CAPÍTULO SEIS

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Llegamos por fin al final del pasillo donde subimos unas escaleras de madera, Zeth vuelve a presionar un ladrillo que está más salido de la pared y otra puerta se abre frente a mis narices.


Zeth apaga la antorcha y vuelve a tomar a Hila en brazos, salgo,  es entonces cuando me doy cuenta que estamos en el salón de baile y que la puerta es uno de los muchos espejos repartidos. 


Subimos lo más callados que podíamos, llegamos al piso superior donde Zeth se dirige a la primera habitación del pasillo. Su habitación es lila con dibujos de flores doradas en los marcos de las puertas y ventanas.


Zeth la recuesta sobre su cama y apaga la lamparita de un buró que de seguro dejó encendida antes de bajar al columpio. Salimos de la habitación y caminamos por el pasillo juntos hasta las últimas dos habitaciones, las nuestras. Ninguno se atreve a romper el silencio.


Nuestras puertas están frente a frente. Genial. Solo espero que no ronque muy fuerte porque si oigo un solo ronquido hasta mi habitación saldré aunque sean las 4 de la madrugada a patear su gordo trasero y decirle hasta de lo que se va a morir por roncar como un pinche toro.


-Zeth, ¿Cómo pudo Hila bajar sin que nadie la detuviera?- me voltea a ver


-Hila es pequeña, y,  por lo general, aunque me desagrada la idea, los guardas están más al pendiente de mi, pero ahora que has llegado podrán estar más al pendiente de mis hermanos. Además de que sale por la puerta pequeña de la cocina que conecta con el bosque y de ahí se echa a correr -Asiento


-Espero y deseo con todas las fuerzas de mi corazón que...-


-¿Te deje pasar a mi habitación? No tenías que echar tanto royo bonita, solo tienes que pedirlo-


-Cerdo, yo iba a decir que...-


-Soy una persona inigualable y completamente sexy que te alegras de haber conocido aunque sea en estas circunstancias-


-Serás idiota cara de mandril, solo iba a decir...- pongo mi mano sobre su boca antes de que se le ocurra algún otro cometario "inteligente" – espero que no ronques, y si lo haces, que no se oiga hasta mi habitación porque sea la hora que sea voy a salir a patear tu gordo trasero ¿entendiste?-


Asiente y retiro mi mano de sus labios.


-Entonces admites todo lo demás, eso de que soy condenadamente sexy y que te alegras de haberme conocido...- ahora quien lo calla soy yo


-Nunca voy a admitir eso cara de mandril, pero sí puedo decir que me alegro de conocerte- una sonrisa empieza a formarse en sus labios- pero no te hagas ilusiones niñato – es demasiado tarde, ya tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque esta vez no es de arrogancia ni nada por el estilo, parece ser pura felicidad.


-Buenas noches Zeth-


Se acerca lo suficiente para depositar un beso en mi mejilla, el cuerpo no me responde es como si se hubiera vuelto a desconectar, siento mis mejillas arder.


Me guiña un ojo y antes de entrar a su habitación se voltea, me ve a los ojos y dice:


-Hasta mañana alitas-


Y dale con su apodo, bueno ese juego se puede jugar de dos, cara de mandril.


Me quedo congelada hasta que siento como regresa la movilidad a mi cuerpo, es entonces cuando abro la puerta de mi habitación y me tiro sobre la cama pensando en lo mucho que puede suceder en un solo día.

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Hola pequeños mutos.

Este capítulo es corto y como he estado inspirada subiré en un ratito el otro.

¡Ya tengo otra vez a Pao de editora! (aplaudo como foca retrasada feliz)

Los queremos. recuerden comentar y dar estrellitas.

Este capítulo está dedicado a Alejandro Luna (alejandrluna20), estén pendientes de él, ya que está escribiendo una historia a la cual le veo mucho éxito, cuando comience a publicarla se los haré saber.


Con cariño Dany.

Créditos(editora): Paola

A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora