CAPÍTULO DIECISÉIS

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Todos los recuerdos que he tratado de contener vuelven a mí con ráfagas rápidas, interminables. Trevor...Sara...la casa...

Intento controlar mis reacciones ya que noto que me he puesto pálida. Me detengo en el sendero de tierra que cruzamos a través del bosque, siento la mano de uno de los gemelos en mi cintura y otra en mi brazo, la verdad es que no sé cuál de los dos es el que me está sosteniendo pero se lo agradezco, si no me estuviera sosteniendo yo ya estaría con la cara del color del piso.

-¡Kalia!- grita, creo que es Corban, termino por perder el poco control que aún tenía sobre mi cuerpo. Me desplomo aunque no me desmayo, siento mis rodillas tocar el piso y esta vez no me puede sostener lo suficiente, solo lograr que mi cabeza no de contra el sendero.

-¡Kalia!-Zeth voltea y sus ojos verdes se abren lo suficiente como para poder observar a detalle su magnífico color, vaya, creo que ya iniciaron las alucinaciones. Antes de que pueda decir que me encuentro bien, Zeth ya me tiene en sus brazos, me alza y se pone a un costado del camino donde crecen flores silvestres, ahí se arrodilla tratando de no pisar mis alas, coloca mi cabeza sobre su pecho y me abraza.

-¿Qué tienes?- he visto a Zeth con varias expresiones en su cara, pero ninguna se compara a esta. Está preocupado, se nota a leguas de distancia. Mi corazón se emociona y en lo único en lo que puedo pensar es en que le importo. Ahora no cerebro tonto, deja de pensar eso y concéntrate en la excusa que vas a decir antes de que alguien se dé cuenta de que no quieres ir al siguiente pueblo y o más importante... que no se enteren del porqué.

-Estoy bien- sé que no me cree- en serio... solo que...este...no estoy acostumbrada a andar tanto de pie... siempre estoy volando- ¡vaya! Por fin empiezas a funcionar con normalidad cerebro. Bueno la excusa es creíble y no tan fantástica. Bastiaan se coloca del otro lado también con cara de alguien que está oliendo basura.

-Kalia, ¿¡Que rayos!?- rodeo los ojos, Zeth lo fulmina con la mirada, me junta más a su pecho, como cuando tienes comida y no quieres compartir. Pero con que cosas raras los comparo.

-Estoy bien, ya aléjense- no hacen caso- ¡espacio vital!-no espero a que reaccionen, me doy impulso con mis alas y me levanto. Zeth se va de espaldas y Bastiaan se cae de nalgas, aunque sigo pálida no puedo evitar soltar una carcajada que lo único que logra es que tanto Bastiaan como Zeth me lancen una mirada asesina y que yo pierda ligeramente el equilibrio, pero ahora me sostiene Owen.

-Con calma Kalia- dice

-Gracias Owen-

Me sonríe y pasa uno de mis brazos por sus hombros para sostenerme, por favor que no me apeste la axila. Si los ojos de Zeth mataran estoy segura que Owen no llegaría ni a dar el siguiente respiro. Se acerca a zancadas y me quita el brazo de los hombros de Owen.

-Ya la ayudo yo- su voz trasluce enojo pero si no me equivoco a la vez preocupación; aunque no lo quiera reconocer mi corazón da saltos, se retuerce de felicidad mientras a todo pulmón "me encantas", estúpido corazón, te voy a poner en una jaula y voy a aventar la llave a un volcán con lava a punto de hacer erupción.

No sé qué es lo que sea que empiezo a sentir por Zeth pero sea lo que sea me gusta más de lo que debería.

-Descansemos hoy, total, solo faltan algunas horas para el anochece, continuamos mañana, es probable que lleguemos en la tarde al pueblo si nos levantamos temprano.- otra vez esa opresión en el pecho. No quiero que nadie se entere de lo que pasó en ese pueblo, el único que sabe es Raiyel y eso porque me encontró justo después del acontecimiento...

Hacemos una pequeña hoguera y cenamos las pocas provisiones que nos quedan, después de eso extendemos en las cuales cada cual se acuesta como quiere. No tengo ganas de dormir, es mas no creo que pueda conciliar el sueño en toda la noche.

Me alejo un poco del grupo, me elevo un poco solo por no caminar (mi flojera a veces me impresiona, pero así te amo querida flojera, sin ti el mundo no sería igual), desde mi punto sobre una pequeña colina puedo observar todo el campamento a la perfección. Es un buen lugar para vigilar, si no puedo dormir al menos puedo jugar al pervertido que ve a todos dormir. Yo y mis pensamientos...haber ahí está Lila con el bebé ya dormidos al igual que Owen y Corban, Bastiaan se sigue moviendo pero no tarda en dormirse y Zeth...¿¡Zeth!? ¡¿Dónde carajos está el cara de mandril?!

Me levanto de un sopetón revisando toda la periferia hasta que siento una mano en mi cintura. Inmediatamente me giro y le doy un puñetazo a quien quiera que sea. Un pequeño grito ahogado sale de sus labios. ¡Mierda!, ¡Es Zeth!, Pues qué bueno, estoy orgullosa de ti Kalia, atte. Tu subconsciente.

-¡O por los cerdos...digo cielos, lo siento Zeth, pero es tu culpa! ¡Nunca me asustes así tarado cara de mandril!- el solo me mira sobándose la mejilla pero con una sonrisa enorme en el rostro, no me aguanto, me abalanzo y lo rodeo con mis brazos y un calor reconfortante me invade todo el cuerpo junto con la común electricidad que siento siempre junto a él. No sé por qué lo hago, solo que necesito consuelo y un abrazo es el mejor que existe, el me hace sentir protegida y segura, aunque sé que debe de ser al contrario no puedo evitarlo. Por un momento se siente sorprendido pero cuando sale de su asombro me abraza. Ojala se pudiera detener el tiempo.

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Un capítulo pequeñisimo más de discusión irónica con Zeth y.... el secreto de Kalia saldrá a la luz. Gracias a todos los que están leyendo. Recomienden la historia.

Los quiero. Con cariño Dany.

Sin editar. Les recomiendo que se pasen por la historia de mi amigo que apenas está comenzando pero que le veo un gran futuro, se llama "La cuarta luna creciente" y es escrita por: alejandrluna20.


A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora