Dos años pasaron de lo ocurrido en del templo guanyln.
Jingyi vive ignorando los intentos de su padre en acercase al él, mientras que jin ling se disgusta al ver dicha interacción de padre e hijo ya que su primo tiene el placer de por lo menos tene...
Cuando Jiang Cheng salió del baño se encontraba soñoliento, con un gran bostezo se recostó en la cama dándole la espalda al joven que estaba ahí.
Jingyi siente la presencia de su madre a su lado, aun con lágrimas en los ojos sonríe y trata de volver a considerar el sueño, ambos no tardé menos de dos minutos en quedarse dormidos.
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Luego del abrazo que tuvo con sus padres, tanto ellos como jin ling se sentaron en una mesa al aire libre, cerca en donde estaba el lago de lotos que su padre creó con sus propias manos para su madre.
Un líquido de un té tibio tocaban los labios de aquel joven viajero del tiempo, frente de él ambos adultos lo miraban con adoración. Jin ling aún se debatía si debía o no decirles lo que ocurrirá en el futuro, ni siquiera sabe si cambiará su futuro o simplemente se creará otro.
Jin ling quería investigar pero sin importarle que si su tiempo cambiará o no, el quería que por los menos su yo de ese tiempo creciera con su padres cosa que él no tuvo el privilegio.
Ahí partes de los sucesos que él no sabe, lo único que sabe son aquello que está escrito o que le enseñan en las clases o los que le cuentan los discípulos y sirvientes. Sin embargo ocurrieron otros sucesos que no toman tanta importancia pero que en realidad son pequeños detalles que pueden cambiar el tiempo.
Cansado de tanto pensar jin ling suelta un suspiro —¿Sucede algo?— pregunta Yanli al ver la frustración y el cansancio en aquel rostro muy parecido al de su esposo.
Jin ling niega con la cabeza, de un trago termina su té, con gentileza yanli se lo vuelve a llenar.
Ambos adultos tampoco sabían qué hacer, estaba feliz de pasar tiempo con su futuro hijo que ya ni siquiera pueden esperar para el que esté dentro del vientre de la mujer creciera y naciera pero no eran tontos y habían visto los ojos lloroso del joven cada vez que su mirada se posaba en uno de ellos, de cómo el joven los abrazo tan fuerte como si fuera el primero que se daban.
Ambos adultos tenían el presentimiento de que algo les ocurría en el futuro y que su hijo quedara sin ellos, y eso les aterraba no querían dejar solo a su hijo tampoco quieren perderse nada de él, no querían abandonarlo.
Pero temían preguntar, temían saber los sucesos, aquellos que tal vez destruyeron el corazón de su hijo. A pesar que el silencio que los rodeaba era cálido y nada incómodo, ellos se debatían qué hacer en ese momento.
Yanli quien aprieta con sus manos su túnica, aprieta los labios para luego soltar el aire estancado en sus pulmones —¿Puedo llamarte a-ling?— tanto zixuan como jin ling ve la hermosa mujer con confusión en sus rostro, yanli dibuja una pequeña sonrisa —Se que aun no naces pero no quiero llamar a mi propio hijo formalmente.
Jin ling se sonroja por eso asiente ante el pedido de su madre —Llámame como quieran— refiriéndose a ambos, los adultos sonríen ante esa respuesta.
