Dos años pasaron de lo ocurrido en del templo guanyln.
Jingyi vive ignorando los intentos de su padre en acercase al él, mientras que jin ling se disgusta al ver dicha interacción de padre e hijo ya que su primo tiene el placer de por lo menos tene...
EL cuerpo de la joven de repente fue rodeado por una neblina espasa de color negro, ella no grito, no hubo lamento, ni lagrimas, lo ultimo que vieron en su rostro fue una sonrisa para luego verla desaparecer entre la bruma oscura.
El templo comenzó a temblar provocando que varios escombros comenzaron a caer, un pedazo golpeó el brazo izquierdo de jin ling mientras que otro pedazo cayó rozando los pies de huaisang. La bruma que rodeaba solamente a la joven discípula comenzó a dispersarse por todo el templo causando más destrucción.
—¡CORRAN!— grito wei ying tomando a Yuan en su brazos para abandonar el lugar, lan zhan le siguió de cerca mientras llevaba a rastra a sushe desde el cuello de sus túnicas.
Zixuan tomó de la muñeca a jin ling llevándolo como si fuera un barrilete afuera del edificio, huaisang iba detrás de él con intenciones de colgarse en su cuello. Jingyi espera a su padre, xichen trataba de sacar su espada pero ésta era sujetada con fuerza por jin guangyao, aún le quedaban fuerzas a pesar de su estado.
—Er-ge...— su voz apenas logra salir de su garganta —...por favor quédate y muere conmigo.
—No— su respuesta fue rápida y directa —Mi esposo me espera— y sin decir más saca su espada sin importarle en lastimar la mano del jin, toma a jingyi desde la cintura para cargarlo de costado como si fuera un cachorro bebe.
Jin guangyao solo ve su espada quería que volteara a verlo aunque sea una vez pero no lo hizo, sus ojos comienzan a humedecerse y gruesas gotas abandonan sus cuencos deslizándose por sus mejillas. Si, se hizo tantas ilusiones, tantas esperanzas, no importa si estas iban y venían siempre terminaba con una chispa de esperanza la cual era destruida para después volver a pegar sus piezas y volver a intentar.
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El veneno se había esparcido hasta su corazón, pueden sentir como a este se le reduce sus latidos como poco comienza a dar sus últimos latidos, ve por últimas vez la espalda del lan para luego dirigir su visa a aquellas estatua la cual le callo algunos pedazos, su vista se volvió negra ya no ve, ni oye, ya no siente nada.
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—A-yao— es la voz de una mujer, esa voz llegó de repente, siente que la conoce pero no recuerda de dónde —Hijo...— '¿Hijo? ¿Esa mujer me llamó hijo?' —Abre los ojos a-yao...— tal como lo pidió lo abrió, se asombra al ver que se encuentra en un lugar tranquilo pero en realidad no es lo que le sorprende sino, es volver a ver a su madre en carne y hueso luego de mucho tiempo, trata de lanzarse a sus brazos sin embargo le es imposible una barrera invisible que se lo prohibió, fue cuando noto este pequeño detalle, el lado donde se encuentra su madre es un campo de flores con un sol brillante, pero en donde se encuentra él es solamente tierra muerta completamente oscura y fría.
—¿Por qué hijo?— la voz de su madre llama su atención —¿Porque hiciste todo ese mal?.
