IX.

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A la mañana siguiente desayuné algo muy ligero, me vestí con ropa cómoda y llevé otro cambio para la hora de salir. En toda la Academia había una locura, al parecer el evento era muy esperado cada año y los alumnos, maestros, ex-alumnos y familiares acudían a ver el espectáculo que siempre brindaban los de nuevo ingreso.

 Al entrar al recinto teatral me quede helado, para ser de una Academia era enorme, aunque bueno no me esperaba menos de la mas importante de Seúl. Todos hacían su ensayo general, nosotros no éramos la excepción.  Las luces, el escenario y los vestuarios estaban listos. Muchos de mis compañeros se veían increíbles. Y yo, me quedé estupefacto. Cuando vi llegar a Jimin. 

<<¡Dios Mío! ¡Se ve increíble!>> Él se había teñido el cabello, en un lindo rosa pastel.    Un hermoso maquillaje con labios del mismo tono a su cabello. Sin duda alguna las miradas estaban sobre el bello doncel que era mi amigo. Luego estaba yo, luciendo totalmente normal, despeinado y de lo demás ni hablamos. 

—¡Bebe! —llegó Jimin gritando a lo lejos en cuanto me vio. 

—¡Hola Minnie! —respondí sintiéndome cohibido. 

—Amigo, ¿Qué tienes? ¿Estás bien? ¿Por que esa carita? —pregunto mi amigo preocupado

—¡Jimin te ves bellísimo! —y él respondió con un simple gracias bebe, de modo tranquilo sin alardear.

—¿Por que no puedo verme como tú? —lance la pregunta sin esperar una respuesta. 

—¿Cómo yo? —quedándose con la duda 

—Si, así de lindo. —le respondí haciendo un berrinche de niño pequeño.

—Pero si eres lindo bebe y yo estoy para ayudarte, seré tu Hada Madrina. Y precisamente   tenemos el tiempo justo para hacerlo, así que vámonos, no tenemos tiempo para dramas.  —me tomo del  brazo y me llevaba arrastrando hasta nuestro camerino, yo le decía que estaba bromeando, pero el no me escucho.

—Siéntate aquí y yo haré la magia. Tú solo confía en mi, y no quiero preguntas ¿Entendido? 

Y así fue, no dije una sola palabra y todo paso tan rápido. A mi cabello castaño  le hizo risos, me preparo la piel, utilizo un maquillaje muy ligero, uso sombras, delineo mis ojos, puso rubor, un poco de iluminador  y termino con mis labios con algún  tono que se que jamás me hubiera atrevido a utilizar. 

—Déjame verme Jimin... —le suplicaba en tono impaciente.

—No, aún no... —contesto tajante.

Jimin vestía totalmente de blanco, con una camisa suelta, pero transparente que no dejaba nada a la imaginación. Y mi vestuario, era una camisa negra de satín, (ya que no quería mostrar transparencias como él) y pantalones del mismo color. Ambos estaríamos descalzos, para poder bailar. 

—¿Me veo bien? ¿Cómo me veo? —mis nervios estaban a flor de piel por la intriga de ver como lucia. 

—No Kim Taehyung, no te miraras al espejo hasta que te termines de cambiar. Así que entra allí y hazlo.

—¿Jimin ya me puedo ver al espejo? —volví a preguntar, antes de volverme loco.

—Solo unos detalles mas bebe. —me coloco un par de aretes colgantes,  que hacían juego con mi pulsera. 

—Ahora si, ¡estas listo! ¡Estoy muy orgulloso de mi creación!  ahora quiero que cierres los ojos —destapó el espejo de cuerpo completo que estaba justo frente a nosotros. 

Jamais Vu [Hopev]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora