CAPÍTULO TRES

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—Deberías hacernos un favor a todos y darte una ducha hermano, en serio apestas— dice Ronn, acercándose para olfatearme como si fuera un perro policía.

Ambos estuvieron limpiando el apartamento mientras yo dormía. Este lugar parece otro, aunque la humedad y las paredes rayadas no se han ido.

Camino hasta el baño para darme una ducha, me miro en el espejo y no me reconozco. Mi cabello ha crecido mucho, mi rostro se ve pálido y creo que he adelgazado un poco, parezco un mendigo, sin mencionar que Ronn tenía razón huelo bastante mal. Mis ojeras se ven horribles.

“¿En qué parte de mi vida me perdí tanto?”

Me quito el jogger y entro a la ducha. De repente la puerta del baño se abre.

—Te traje algo de ropa limpia, es mía así que espero te quede bien— Nico deja una bolsa de papel sobre el sanitario.
—¡Gracias! — digo.

Toma mi ropa sucia y la lleva consigo.
Luego de vestirme vuelvo a la sala, la ropa me queda un poco ajustada, parece que llevo un top, pero es mejor que nada, ya que tengo todo un siglo sin lavar.

Veo que ambos están revisando las fotografías y tienen el mapa extendido sobre la mesa. Los escucho charlar al respecto.

—Si. Revisé los casinos al oeste y los burdeles más lejanos, pero ella no estaba ahí— agrega Ronn.

—Entiendo, yo estuve vigilando el este, pero tampoco apareció— le contesta Nico.

—¿Qué están haciendo? — me acerco para preguntar.

—Durante estos 5 días que estuviste ebrio y durmiendo, Ronn y yo hemos intentado encontrar a la señorita Ford— dice Ronn. Últimamente he perdido bastante la noción del tiempo.

—Pero esa perra no se deja ver— agrega Nico.

—Parece Batman— Ronn tiene un sentido del humor algo… —aunque para ser honesto, descubrí que las mujeres de los burdeles pasan muchas necesidades, lo que es una lástima porque están tan buenas, ellas…— Nico lo mira con mal modo.

—Ese no es el tema— le contesta.
—Solo digo que, si tan solo las visitáramos una vez al mes, podríamos darles un poco de dinero y contri... — Nico lo empuja.

—Demonios Ronn, ya cállate que no te voy a dar dinero para eso— se dirige a mí — Simon lo que intentamos decir es que en estos sitios no hay nada sospechoso o fuera de lo normal.
Me detengo a pensar unos segundos.

—Están buscando en los lugares equivocados, alguien como ella debe estar poniendo su mejor cara ante la sociedad, si la queremos encontrar deberíamos comenzar por buscar en los orfanatos y centros de acopio— digo.

—Eso que dices tiene mucho sentido, la cara de este lado del negocio siempre fue Lucas, por eso jamás supiste de ella, ¡cierto! —  Ronn me mira con una sonrisa maliciosa.

—Identifiquemos primero los lugares del territorio en los que se mueven los Ford, luego nos dividiremos los sectores, comenzaremos a buscarla desde mañana— digo, comenzando a marcar las ubicaciones en el mapa.

—Yo solo digo que deberías considerar lo de las chicas de los burdeles, caridad hermano, caridad— dice Ronn, tomando una cerveza para abrirla.

—¡Ya cállate y ponte a hacer tu trabajo! — le grita Nico.

Hemos pasado casi toda la noche en esto, el sueño comienza a apoderarse de mí al ver a Ronn dormido sobre la mesa. Hace un par de horas Nico recibió una llamada y tuvo que marcharse en seguida, dijo que tenía algo importante que ir a buscar.

ESCARLATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora