CAPÍTULO DIEZ

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—¿De qué diablos hablas? — digo al escucharla hablar entre dientes.

—Les contaré con una condición— se acerca a Ronn y toma uno de los cigarrillos que él guarda en los bolsillos de su chaqueta —tienen que prometerme que no van a contarle la verdad a Cobra, jamás.

—¡Lo prometemos! — exclama Ronn sin dudarlo.

—Ya déjate de tanta mierda y habla de una vez por todas— le digo.

—Eres demasiado impaciente, ¿no? — se acerca a la cama.

—Mi paciencia tiene un límite— me mira con esa maldita cara como si supiera todo de mí.

—Mis padres fueron bastante, despiadados en algún tiempo— ¿de verdad solo va a contar su histaria así?, no tuve que pedírselo mucho — hace años, la familia de cobra era tan poderosa como la de mi padre, vivían en una guerra constante por el territorio y ya saben cómo es este negocio.

—Sobrevive el más fuerte— añado, mientras me quito mi sudadera y la dejó sobre la mesa.

—¡Correcto!, después de años en conflicto mi padre se dio cuenta que ya había muerto mucha gente de ambos lados, así que necesitaba tomar una decisión rápida. Eran ellos o nosotros. Una noche decidió darles una sorpresa, entró a su mansión y asesino a todo su personal y luego a sus padres. Una vez que cortas la cabeza de la serpiente, por más que su cuerpo salte ya no hay nada que pueda hacer en tu contra. Esa lluviosa noche papá volvió a casa con 3 niños pequeños, uno de 10 años “Tom”, una niña de 6 “Mina” y otro de 2 años “Cobra”. Mi madre siempre había soñado con una familia numerosa, pero le costaba mucho quedar embarazada, así que luego de tenerme tardó mucho en poder concebir a Lucas, cuando papá volvió esa noche con esos niños ella estaba muy emocionada, aún recuerdo su sonrisa amplia. Recuerdo que los niños lloraban, ella los consintió e hizo que prepararan habitaciones para ellos, con el tiempo les compró ropa nueva y juguetes. Lucas tenía 2 años al igual que Cobra, así que eran muy unidos. Mis padres arreglaron los papeles y se hicieron cargo de ellos legalmente. Durante algunos años fuimos como verdaderos hermanos, hacíamos todo juntos y ellos veían a mis padres como suyos, parecía que de repente teníamos a la familia perfecta, esa que mamá siempre había querido.

—¿Por qué ahora Cobra les odia tanto? — interrumpe Nico.

—Mis padres fueron asesinados una noche mientras dormían, Lucas escucho los disparos desde su habitación y sin saber lo que iba a encontrar detrás de la puerta, entró sin pensarlo topándose con una escena desagradable. A sus doce años tuvo que ver a sus padres cubiertos de sangre, tenían disparos en el rostro, en su torso, en sus extremidades. La persona que había hecho eso, en serio los odiaba. Ese día los gritos de mi hermano se escucharon por toda la mansión, jamás habíamos sentido un dolor tan grande. El tiempo pasó, por ser la mayor tuve que ser la cara de la familia Ford, tuve que ser fuerte y seguir de pie haciéndole frente al negocio. Tuve suerte de que la mano derecha de mi padre “Víctor” se encargó de entrenarnos, fue nuestro guía y nos instruyó para poder manejar todo por nuestra cuenta, nos enseñó a usar un arma para defendernos. Durante un par de años muchos quisieron matarnos, pero los 5 nos cuidamos unos a otro; y Lucas, mi pequeño y tierno hermano se había convertido en la sombra de papá, un hombre egocéntrico, frío, calculador, despiadado. Por más que buscaron el asesino de mis padres no lograron dar con el culpable, entonces nos dimos por vencidos e intentamos seguir con nuestras vidas. Una madrugada, aquella noche parecía cobrar vida de nuevo, está vez también yo había escuchado aquellos disparos que parecía que provenían del estudio, así que corrí con mi arma en la mano para saber que pasaba, estaba aterrada; de un momento a otro la imagen de mis padres cubiertos de sangre era lo único que volvía a mi mente. Al llegar me detuve junto a la puerta, Mina y Tom, ambos estaban tirados en el suelo, cubiertos de sangre. Lucas estaba de pie junto a ellos, me acerqué. Estaban muertos. La tragedia se había repetido, lo que había temido tanto estaba sucediendo una vez más. Enloquecí, al igual que Lucas— sus lágrimas comienzan a salir.

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