CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

34 10 5
                                    

Abro la puerta del taxi, cuando de repente comienzo a escuchar la insistente bocina de un coche que se acerca.

—¡Hey! — escucho un grito mientras veo un sujeto bajar a prisa —alto ahí doctor Hawkins.

“Justo lo que necesitaba, ¿qué demonios hace este idiota aquí?”

Randy deja en media calle su lujoso auto deportivo.

—No tengo tiempo— me excuso.

Esta mañana tengo cita en el hospital para examinar mi ojo por última vez, me he recuperado bastante bien, pero Leon es bastante insistente en estarlo revisando. Nuestra relación ha sido muy buena en este tiempo; con mi padre, no diría que es igual, pero al menos ya cenamos en la misma mesa.

—Prometo no quitarte mucho tiempo— él sujeta la puerta con fuerza evitando que la cierre.

—De verdad no es un buen momento— me hala de un brazo y cierra la puerta.

—Puede irse, gracias— volteo, Yamato aparece de la nada y paga la tarifa al chofer —Dr. Hawkins es un gusto volverlo a ver.

—¿Cómo averiguaron donde vivo? — me dirijo a Randy.

—Para ser honesto me costó bastante encontrar tu nueva residencia— saca un cigarrillo —Yamato lo averiguó, es una larga historia.

—Yo de verdad necesito irme, tengo una cita en el hospital— ríen de repente.

—Es el hospital de tu hermano, te puede atender a la hora que quieras— añade Yamato —de igual manera, él me dijo que es una revisión de rutina.

—¿Cómo es que te volviste cercano a mi hermano? — pregunto confuso.

—Dejé la camioneta encendida, y… mal estacionada… y… — se excusa —iré a revisarla.

—Espera, ¿qué? — se marcha a prisa. Es obvio que intenta evadir mi pregunta.

—¿Por qué huye? — digo —en fin, de verdad no tengo tiempo para…— me interrumpe.

—¿Y usted Hawkins, de que huye? — lo miro en silencio —sigue inventando excusas, ¿no?

“¿De qué huyo?, que gran pregunta…”

Honestamente ni yo sé que contestar a eso, hace 5 meses llegué a vivir a este nuevo condominio. Está a más de 3 horas de donde solía vivir, necesitaba un cambio así que me mudé algo lejos de la ciudad. Los únicos que conocen mi dirección son papá, León y Nico.

“Al menos eso pensaba”

Papá intervino con respecto a mi situación con Nico, parece que papá lo sacó de las calles desde que era un niño así que Nico ha trabajado para él desde muy joven como su mano derecha, ha estudiado idiomas y finanzas, también artes marciales. Papá lo mandó a cuidar de mí, sin embargo, nos metimos en cientos de problemas, así que lo castigó un largo tiempo encerrándolo en la casa. Ese día que los encontré en el hospital, pensé que papá lo había golpeado, pero los golpes fueron a causa de su escape de la mansión; él atacó a los guardas de seguridad que lo vigilaban para poder venir a verme al hospital.

“Después de todo, no ha sido tan mal amigo”

—Pasa— abro la puerta de mi nueva casa y lo invito a pasar.

—Este lugar está bastante bonito, se parece más a ti— observa todo con detenimiento.

—¿Quieres algo para tomar? — pregunto.

—No, solo quería darte esto— saca del bolsillo de su saco algunas hojas un poco rotas.

Tomo las hojas y las reviso.

ESCARLATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora