Capítulo 11

510 46 9
                                    

*Pov Liu*

Jeff apareció por la puerta tras abrir de una patada. Llevaba un par de mochilas colgadas al hombro y un macuto colgado en otro. Venía con la misma ropa con la que se fue, sólo que esta vez teñida de rojo, sangre. Me miró con una sonrisa, se le veía animado.

—¡Liu! ¿Me echaste de menos, hermanito? —Dijo mientras daba un paso, sus pies pisaron el suelo de la cabaña.

Yo estaba algo tenso, no sabía cómo salir de esta. Acto seguido entró un perro de un tamaño considerable rápidamente pasando al lado de Jeff.

—¿Qué demonios...? —Pregunté inmediatamente. —¿Y este perro qué hace aquí? —Inquirí frunciendo el ceño.

—Nueva mascota, ¿a qué es una monada? —Comentó mirándolo.

El perro, al parecer era un husky siberiano, su pelaje era de color blanco y negro, y tenía unos profundos ojos azules. Miraba con curiosidad todo el lugar, pero se mantenía tranquilo. Se acabó sentando en el piso. Sin embargo, mi mente estaba intentando pensar en una forma de salir de esta, tenía que conseguir un par de minutos para poder bajar al sótano y atarla. Jeff dio unos pasos adentrándose en el salón.

—¿Dónde has estado? —Traté intentar sacar algo de conversación, buscando hacer tiempo.

—He estado en varios sitios. Digamos que me lo he pasado bien. —Respondió sin dar muchos detalles.

—¿Y ese perro es de alguno de esos sitios? —Alcé una ceja mirándolo de forma interrogativa y señalé al perro que estaba a tan solo unos pasos sentado en el suelo.

—¡Correcto! —Afirmó contento, parado frente a mí.

—¿Piensas quedártelo? —Suspiré pesadamente.

—Por supuesto, le he cogido cariño. —Comentó imitando un tono más inocente. Rodé los ojos. —Por cierto, ¿qué son esos cascabeles de ahí fuera? —Ahora su mirada se hizo más afilada, necesito tener cuidado con lo que digo.

—B.O.B. —Respondí mientras me levantaba la camiseta mostrando el vendaje que cubría mi pecho.

—¿B.O.B.? No me jodas... —Observó el vendaje con algo de asombro. —¿Ha conseguido hacerte todo eso? —Golpeó con una rápida palmada mi pecho, a lo que emití un quejido, dolía. Bajé mi camiseta, de esa forma le confirmaba que era cierto. —¿Entró aquí? —Frunció el ceño.

—Míralo tú mismo. —Hice un gesto con la cabeza hacia la ventana que estaba ahora tapada con tablones de madera.

—¡Que acojone! —Soltó una carcajada. —Me hubiese gustado verlo, he oído historias sobre él.

—Esos cascabeles eran por si volvía, como comprenderás no tengo ahora mucha energía para ponerme a pelear con él nuevamente. —Traté de seguir justificando el porqué estaban puestos, así no parecería sospechoso.

En el fondo de mí maldecía, ¿cómo era posible siendo de noche que se percatara de ellos?

—Hmm, ya veo. —Se encogió de hombros. Soltó las mochilas y el macuto sobre el sofá.

—Bueno, ya te contaré que tal fue la experiencia con B.O.B. —Señalé a la puerta del baño. —Por ahora, date una ducha, estás hecho un asco. —Traté de persuadirlo, mirando sus zapatillas llenas de tierra, su ropa y rostro con algunas salpicaduras de sangre, especialmente destacaba en su blanca sudadera.

—Iré antes al sótano, quiero ver a la chica. —Comentó dando unos pasos hacia adelante, en dirección a la puerta del sótano.

Mierda, piensa Liu, piensa. ¿Qué podía hacer o decir para que no bajara justo ahora? Cualquier cosa me servía, pero por encima de todo no podía sospechar. Sin embargo, no se me ocurría nada. Jeff es más astuto de lo que parece, si se percata de que intento de algún modo evitar que baje allí, la habré jodido. Siguió avanzado, me tensé cuando su mano se posó sobre el seguro de la puerta, quitándolo, y acto seguido se situó sobre el pomo. Piensa Liu, joder.

Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora