*Pov Jeff*
Llevaba unas horas caminando, la noche comenzaba a caer. Metí las manos en el bolsillo de mi sudadera, empezaba a refrescar. La brisa azotaba los árboles con suavidad del bosque y sentía la presencia de animales nocturnos a mi alrededor. Aún quedaba tiempo hasta llegar al lugar al que quería llegar. Las ramas seguían crujiendo bajo mis pies con cada pisada.
Un presentimiento, casi como algo instintivo, me decía que esta noche estaba teñida de maldad. Sin poder explicarlo, pero ignorándolo seguí con mi camino. Sonreí de la emoción, necesitaba un pequeño éxtasis, que la adrenalina inundara cada poro de mi piel.
*Pov Liu*
Me levanté de la silla para estirarme, mientras tanto observaba a la chica que seguía tendida en el sofá frente a mí, acababa de terminar de cenar. Habían pasado horas, yo no me moví prácticamente de la habitación, solo para traer algo más de comida y poco más. Por supuesto, asegurándome de no tardar más de unos minutos por si acaso, dudaba de que ella fuera a hacer alguna tontería teniendo en cuenta su condición física, pero mejor prevenir que curar. Estuvo contándome cosas acerca de su vida, tal y como exigía el trato. La noche ya había caído así que encendí la luz de la habitación. Aún estaba pensando en qué hacer con ella, no debía atarla pero dejarla totalmente libre en la noche, quizás significaba que tendría que hacer guardia. Podría echar el cerrojo de la puerta e irme yo a mi cuarto simplemente, pero no iba a correr riesgos y dejarla sin ninguna vigilancia.
Sin previo aviso escuché unos cristales en la parte de arriba romperse, seguramente una ventana. Automáticamente me puse en alerta, también vi como la chica se sobresaltaba, sus nervios se habían disparado de golpe.
—¿Qué ha sido eso? —Preguntó mirándome con algo de miedo.
—No lo sé, voy a subir. No te muevas de aquí pase lo que pase, y mantente callada. —Le miré con seriedad.
Ella asintió sin rechistar. Yo subí las escaleras rápidamente para averiguar que ocurría. Maldecí ni siquiera tener un cuchillo en la mano, lo había dejado en la mesa del salón antes de bajar al sótano con la chica, puesto que dudaba mucho de que fuera a necesitarlo. Abrí de golpe la puerta una vez llegué al final de la escalera, entrando directamente al salón. Repasé con la vista todo, sin embargo no hacía falta encontrar la causa del ruido.
Mierda.
Los cristales de una de las ventanas del salón estaban completamente rotas, y sobre ella una criatura desagradable. Su cuerpo era extremadamente delgado, tenía la piel de un tono grisáceo, pero lo más escalofriante era que le faltaban sus dos brazos, tenía unas grandes garras en los pies y unos dientes muy afilados que se dejaban mostrar. Su boca estaba abierta, dejando caer pequeñas hileras de baba. Sabía que clase de bestia era, pensaba que tal vez solo era una leyenda urbana, pero me equivocaba. La Bestia Obscena Brutal, mejor conocida como B.O.B.
Fue cuestión de segundos que sus negros ojos se enfocaran en mí y soltara un grito desgarrador. Corrí hacia la mesa donde tenía el cuchillo, mientras que la salvaje criatura se dirigía hacia a mí a una velocidad vertiginosa. Apenas me había dado tiempo de agarrar el cuchillo y girarme hacia él, antes de que sus dientes pudieran desgarrarme la cara, le atiné un fuerte puñetazo con la mano que tenía libre. La criatura tambaleó soltando un agudo quejido, pero no cayó al suelo, tenía mucha resistencia. Antes de darme tiempo a lanzar otro ataque, se había recompuesto, me moví un par de pasos con rapidez para evitar otro intento de morderme. Se notaba que estaba más furioso que antes. Seguí esquivando como pude, retrocediendo o moviéndome hacia los lados, pero no era capaz de encontrar una brecha para contraatacar. A pesar de mis reflejos e intentar seguir su ritmo para evitar que me dañara, no pude evitar un fatídico golpe.
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Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)
FanfictionUna vida normal era la que llevaba la joven _____, en tranquilidad, con familia y amigos por los que era amada. Nada fuera de lo normal. Hasta que cierto día su vida dio un vuelco por la culpa de ciertos hermanos Woods de una manera inesperada. Tras...