Una vida normal era la que llevaba la joven _____, en tranquilidad, con familia y amigos por los que era amada. Nada fuera de lo normal.
Hasta que cierto día su vida dio un vuelco por la culpa de ciertos hermanos Woods de una manera inesperada. Tras...
Tras dos meses, el frío comenzó a calar más que nunca. No sé si puedo decir que lo que Jeff y yo tenemos es una relación, nunca le hemos dado nombre. Tal vez porque nos sentimos menos culpables, o al menos yo, ya que en el fondo me preocupa la reacción que podría tener Liu. Ante esa ansiedad, Jeff me había propuesto que se lo dijéramos, pero aún soy incapaz, necesito tiempo para armarme de valor. Y más ahora, que irónicamente la relación entre ambos hermanos había parecido mejorar.
Sí, ahora Liu había cambiado su actitud sorprendentemente. Hacía un mes y medio aproximadamente decidió hablar conmigo: "Trataré de cambiar, no voy a intentar convencerte de que mis sentimientos por ti no eran porque te viese similar a Susan, porque sé que por mucho que lo repita, debe sonar difícil de creer. Pero al menos quiero demostrar que me importas" dijo, y "También trataré de reconciliarme con Jeff, o llevarnos bien en la medida de lo posible, sé cuánto te preocupa la relación entre él y yo". Y cumplió. Jamás pensé que de verdad conseguiría cambiar, se sentía como la relación que había al principio, fluida, agradable y sobre todo me daba mi espacio. Mientras que con Jeff, dejó a un lado la hostilidad y ese juzgamiento continuo, incluso trataba de reír con las bromas del azabache.
Me sentía cómoda, y a la vez, me daba miedo que las cosas se fueran al traste.
Suspiro mientras le lanzo la pelota a Smile por el salón y éste me la trae felizmente de vuelta. Acaricio su cabeza, y menea su cola eufóricamente. Me pregunto si Jeff ya habrá terminado de ducharse, así que decido subir las escaleras. Veo aún la puerta del baño cerrada, así que intuyo que aún no ha acabado. La idea de esperarle en su habitación no me parece mala, mientras leo algún cómic o algo, así que entro, ya que tengo su permiso.
Me percato de que se ha dejado la ropa limpia doblada sobre la cama. "Olvidadizo", pienso para mis adentros con una sonrisa. La tomo y me dirijo hacia la puerta del baño. El suelo fue limpiado esta mañana, así que se lo dejaré ahí justo frente a la puerta, con el frío que hace dudo que quiera salir en toalla a buscar su ropa. Me agacho y la coloco en el suelo, me incorporo dispuesta a marcharme.
Me sobresalto cuando antes de que siquiera me de tiempo a dar un paso, la puerta se abre frente a mí. Mis mejillas se vuelven rojas al ver a Jeff, llevaba una toalla alrededor de la cintura, pero esta parecía haberse bajado un poco. Mientras tanto con una más pequeña secaba su rostro. Puedo ver por completo su torso desnudo perlado por el agua, su cabello despeinado y mojado. Mierda, mi corazón se ha acelerado como si fuese una maldita adolescente. Todo pasó en cuestión de segundos, cuando alza la mirada y me ve. Me observa con las cejas elevadas por la sorpresa y algo desconcertado, rápidamente sus mejillas y orejas se ponen completamente rojas.
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Cierra la puerta bruscamente, haciendo que el aire azote mi cabello.
—¿¡Qué demonios haces ahí!? —Noto su voz nerviosa a través de la puerta.
