Capítulo 24

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*Pov Liu*

Tenía un rostro plácido durmiendo sobre el desgastado sofá. Me acerqué en silencio y me agaché para observar su rostro más de cerca. Tiempo atrás pasó desapercibido, tal vez porque ella siempre estaba cubierta de heridas o moratones, pero ahora era diferente. Tenía una cara linda, su cuerpo se veía pequeño y delicado comparado con el mío. Un cabello caía por sus mejillas, acerqué mi mano y lo aparté. Tras notar su piel suave, la dejé en el lugar, acariciándola. Mis ojos bajaron a sus labios, se veían carnosos y encantadores, algo entreabiertos. 

Por unos segundos, frunció el ceño y abrió con lentitud los ojos. Yo no aparté en ningún momento la mano de su mejilla. Me miró algo confusa, incorporándose un poco en silencio. Me gustaban sus ojos, parecían estar plagados de inocencia, me daban calma. Deslicé mi mano desde su mejilla hacia atrás, dejándola detrás de su cabeza con suavidad, enredando mis manos en su sedoso cabello. Volví a observar sus labios. 

Siempre lo había notado, cuando curaba sus heridas y mis manos rozaron su piel, me pareció suave. Cuando una vez dormía, retiré un mechón al igual que ahora, en ese instante también pensé que era sedoso, me dieron ganas de enredarlo en mi dedo de forma inconsciente aquel día. Todo lo ignoré, no quería pensar que aquello me gustaba, tan sólo me convencí a mí mismo de que era una apreciación de ella. Probablemente, quería auto-engañarme desde el primer momento. Y ahora, me enfrentaba a los ojos de ella, como si me quitaran la careta y no pudiera seguir mintiéndome, a ninguno de los dos. 

Ella estaba a punto de hablar, pero no la dejé, no quería hacerlo, deseaba que este momento no se rompiera por las palabras. 

La besé con suavidad. Esta sensación desprendía tanta calidez, moví mis labios y para mi sorpresa, ella también. Era reconfortante. 

—¿Liu? 

Me congelé al escuchar la voz confusa y dolida de Susan atrás de mí. 

Abrí los ojos bruscamente y me incorporé. Mi cuerpo estaba empapado en sudor y mi corazón latía rápido. Había tenido un sueño.

Mis manos no paran de temblar, me siento sucio por tener este tipo de pensamientos hacia _____. Esto estaba mal, no era correcto. ¿En  qué demonios estoy pensando? Mi mente no paraba de darle vueltas desde el día que sospeché que ella y yo nos besamos, no, más bien, cuando yo la besé. Cuando me lo confirmó fue el detonante. Lo único que hacía era ensuciarla cada vez que la tocaba, alguien como yo no tiene derecho a ello. Y por otro lado, un traidor, eso es lo que era. Traicionarme a mí mismo, traicionar al recuerdo de Susan, traicionar a mi intento de redimirme. 

Estoy manchado por un pasado que no podré cambiar nunca, errores que me perseguirán, y no quería repetirlos. ¡Maldita sea Liu!, entiende que ya no hay sitio en este mundo para ti. Alguien como yo no puede buscar la felicidad en alguien más, mucho menos cariño o amor. Ella no me mira como a un monstruo, me acepta en la medida de lo que puede, y eso es más que suficiente para mí, no tengo permitido ser más egoísta de lo que ya estoy siéndolo al estar al lado de una persona como ella. Nadie puede repararme, y tampoco es lo que deseo, esto es lo que merezco. Así que, sea lo que sea que esté comenzando a sentir, tengo que dejarlo ir.

Sucio traidor. Me pasé ambas manos por el cabello, esto era tan frustrante...

Después de un rato en silencio tratando de calmarme, comencé mi rutina de todas las mañanas. Hoy me venía bastante bien mantener mi mente ocupada con el ejercicio. Tras un rato ejercitándome en mi habitación, decidí salir para correr un rato. Sin embargo, al dirigirme hacia el pasillo, justo vi que _____ salía de la puerta del sótano. Estaba a un par de pasos delante mía, nuestros ojos establecieron contacto. Un sentimiento de culpa se instaló en mi pecho, especialmente por el sueño que había tenido. 

Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora