Capítulo 13

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*Pov _____*

Su mirada estaba clavada sobre la mía, sentado frente a mí, en el suelo.

—Barajaré las cartas, hasta que me pidas que pare, cogeré la última carta y esa será la que tendrás que adivinar, ¿captas? —Preguntó el pelinegro.

Asentí y tragué pesadamente, cruzando los dedos mentalmente para que la suerte hoy estuviera de mi parte. Sus manos comenzaron a barajar con agilidad. Dejé que siguiera durante unos largos segundos.

—Para. —En cuanto pronuncié aquellas palabras se detuvo.

Cogió tal y cómo había dicho, la última carta. Dejó a un lado el resto de la baraja, así podía asegurarme más o menos de que no hacía trampa. 

—Primer intento, prueba. —Me animó.

Pensé en qué elegir, pero sería absurdo, era algo al azar al fin y al cabo. ¿Quizás si decía la misma carta en todos las oportunidades aumentaría el porcentaje de ganar? No quería pensar en porcentajes de probabilidad, las matemáticas nunca han sido lo mío, espero que la suerte al azar sí.

—Diamante. —Respondí decidida. 

Jeff negó y la giró hacia mí inmediatamente, mostrándome la carta: el 3 de picas. Fruncí el ceño, ahora me quedaban dos oportunidades, esto era malo.

—¿Continuamos? —Me miró con una sonrisa. Se estaba divirtiendo ante mi frustración, eso estaba claro.

Antes de responderle ya se había dispuesto a tomar de nuevo la baraja y volver a entremezclar todos esas cartas en unos rápidos movimientos. Las manos me temblaban ligeramente. Por favor, por favor acierta esta vez, me repetía mentalmente.

—Para. —Esta vez mi voz no salió con la misma seguridad que anteriormente. 

—¿Cuál será esta vez tu maravillosa y certera predicción? —Se mofó un poco de mí con ironía.

Ignorando que quisiera golpearlo porque lo estaba pasando realmente mal aunque tratara de mostrarme tranquila, respondí.

—Picas. —Respondí insegura. 

Giró la carta, 6 de tréboles. 

—Vaya, la suerte del trébol no te acompaña. —Bromeó. 

Vale, definitivamente quería arrancarme el pelo, tirar las cartas y mandar a la mierda a Jeff. Sabía que no estaba haciendo trampa, o al menos eso quería pensar, pero su sonrisa burlesca me hacían querer golpearlo. No era Jeff lo que me molestaba, más bien era un puñetero juego de azar donde tenía la desdicha de no adivinar ni una sola carta. Miré instintivamente a Liu, y cuando nuestros ojos conectaron hizo un gesto. Se señaló a sí mismo con el dedo índice. Traté de no reaccionar ante su gesto para que Jeff no se voltease, pero no tenía ni idea de lo que el pelicastaño quería decir con eso.  

Volvió a barajar, mi último intento. Me sentía incluso mareada, ¿Iba a seguir atada por un maldito juego de azar? ¿Esta era toda mi suerte? Me desesperaba, no tenía nada que hacer. Mientras Jeff seguía en ello, miré por unos segundos de nuevo a Liu, que nuevamente volvió a señalarse. Aquello me ponía más nerviosa, ¿Qué quieres decirme Liu? ¡No te entiendo! Estaba demasiado frustrada como para intentar descifrar aquél gesto.

—Para. —Dije casi en un susurro, totalmente desanimada. —Déjame pensarlo bien. —Le pedí.

El se encogió de hombros sin darle mucha importancia. Daba igual todo lo que intentara pensar, no tenía solución. Me pasé una mano por el pelo agobiada y desesperada por la situación, volví a posar mi mirada sobre Liu con rapidez al recordar su gesto. Traté de no cambiar la expresión de mi cara al descubrir lo que intentaba decirme. Quería que le mirase. Tenía en su mano un pequeño espejo, que gracias a la falta de luz de la habitación, ya que faltaba poco para que el cielo se oscureciera por completo, no reflejaba nada de luz. Al estar sentado en el sofá detrás de Jeff, era capaz de enfocar las manos de este con el espejo, y yo al estar cara a cara de Liu aunque algo distanciados, podía ver claramente el reflejo. 

Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora