*Pov Liu*
A pesar de lo preocupada que estaba, mirándome desde el sofá acabó aceptando. Me levanté de la silla y me acerqué a la bolsa que traje conmigo, mientras sentía como sus ojos seguían cada uno de mis movimientos. Se acabó incorporando a duras penas, nerviosa. Yo me senté en el sofá también, pero manteniendo algo de distancia. Metí la mano dentro de la bolsa y saqué un espejo. La observé a ella nuevamente, ahora se encontraba algo sorprendida.
—¿Un espejo? —Preguntó algo incrédula.
—Sí, un espejo. Decías que no te conseguías imaginar a ti misma. —Le respondí sin mucha importancia.
Puse el espejo mirando hacia ella, a la altura de su cabeza para que pudiera verse. Cuando hice aquello se quedó con los ojos clavados en su propio reflejo sin decir nada. Dejé que siguiera analizándose durante algo más de tiempo.
—¿Y bien? ¿Te reconoces? —Seguí sosteniendo el espejo.
—Sí, ahora sí. —Sonó algo más aliviada. —Pero... Tengo la cara totalmente destrozada. —Frunció el ceño.
—Que va, estás como nueva. —Comenté sarcástico.
Me miró casi fulminándome con la mirada. He de admitir que me causaba cierta gracia ver sus reacciones o como sobrellevaba a veces la situación. Sin embargo, no sabría decir si tenía la suficiente fuerza mental para poder aguantar todo lo que se le iba a echar encima a lo largo del tiempo que estuviera aquí. ¿Cuánto tiempo se mantendría siendo ella? ¿Cuál es su límite antes de perder la cordura? Por ahora, esto le ayudaría a mantenerla, mientras ella se reconociera así misma era un buen avance.
—Gracias supongo, muy amable. —Me respondió con el mismo sarcasmo, ahora mirándome a mí.
Reprimí las ganas de reírme un poco y acabé guardando el espejo de nuevo en la bolsa.
—Ya va siendo hora de irme. —Le dije levantándome del sofá y quedándome frente a ella. —¿Algo que quieras antes de que me vaya? —Pregunté, a lo que ella se removió algo inquieta sobre el sofá.
—Quiero ir al baño... —Su tonó fue casi susurrante.
—Está allí. —Señalé detrás de mí con la mano. Ella frunció el ceño. —¿Qué ocurre? —Inquirí confundido.
—Ya te lo dije antes, no puedo moverme. —Respondió algo incómoda.
Ya entendí, tenía que acompañarla al baño. Esto era un poco problemático.
—Bueno, te puedo acercar hasta allí, el resto tendrás que apañártelas como puedas. —Suspiré.
Noté que su mirada era algo angustiosa pero era todo lo que podía hacer por ella en esta situación. Me acerqué a ella agachándome un poco, pasé su brazo alrededor de mi cuello y le ayudé a levantarse del sofá. Ahora su cuerpo estaba algo más pesado que antes, después de haberse relajado ahora le era más complicado poder moverlo, estaba sin energías seguramente. Avanzamos a paso lento para evitar que tropezara, en vano por supuesto. Cuando llegamos a la esquina donde estaba aquel pequeño baño improvisado que le hice me percaté de como se tensaba y apretaba más su brazo alrededor de mi cuello.
—Vamos, yo no puedo hacer más de esto. —Le respondí con más seriedad.
—Lo sé. —Tomó una bocanada de aire, nerviosa.
Soltó su brazo que estaba alrededor mía y conforme lo hizo tropezó, al menos se apoyó en la pared dentro del pequeño aseo. Le eché la cortina y me retiré unos pasos de allí para que estuviera más tranquila. Espero que no tarde demasiado y no haya más problemas, llevaba más rato del esperado aquí abajo y si Jeff se daba cuenta seguramente me preguntaría. Tampoco podía esperar mucho, su cuerpo estaba fatal por todas las heridas y estar en la misma posición en esa incómoda silla no le iba a poner fáciles las cosas. A este paso se quedaría sin movilidad o podría acabar generando otros problemas de salud aparte de las heridas y golpes de su cuerpo.
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Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)
FanfictionUna vida normal era la que llevaba la joven _____, en tranquilidad, con familia y amigos por los que era amada. Nada fuera de lo normal. Hasta que cierto día su vida dio un vuelco por la culpa de ciertos hermanos Woods de una manera inesperada. Tras...