9. ¿Dónde está el fuego Targaryen?

4.9K 475 5
                                    

🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦

🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦

No creía que su padre logrará hacerlo. Verla en su boda, con sus propios hijos, o con un esposo. La enfermedad de su padre avanzaba a una velocidad increíble. Era más rápida que las curas de los maesters y en cualquier momento le darían la noticia de su fallecimiento.

Allí veía a su padre tumbado, por su último desmayo en la sala del trono. Parecía que los disgustos del día a día lo agotaban más que al resto.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una persona. La reina recién llegada a la habitación.

“No te levantes querida.” —le dijo la reina cuando iba a salir y dejarlos solos.— “podemos cuidar del rey juntas, ¿no te parece?”

Asintió sin mirarla. Nunca había estado a solar con la reina, siempre había estado algún príncipe o la princesa Helaena por lo que su punto fuerte no era la conversación.

“Mi padre tardará en despertarse.”

“Mejor. Así podemos hablar a solas.”

Levantó la mirada para mirarla, ahora sí.

“¿Cómo vas con la decisión de tu esposo?” —la reina se sentó en una silla frente a ella, con la cama de su padre en medio.—

“Y-yo aún estoy pensándolo.”

“Comprendo. Los príncipes son dos lujos de candidatos. Los dos Targaryen, con rasgos de la antigua Valirya, con dragones, saben pelear como caballeros y siguen la honradez.”

No supo contestarle. No sabía las intenciones de la reina.

“Pero quizás Aegon sea el indicado. El mayor y más cercano a tu edad. Podríais casaros mañana mismo.”

“Como ha dicho, los dos príncipes son buenos candidatos.” —contestó por fin.—

“Los mejores.” —interrumpió Alicent.— “no encontrarás ninguno mejor que Aegon.”

“Pero ambos tienen cosas buenas.” —hizo hincapié en ambos.— “y no puedo faltarles el respeto, debo pensarlo con claridad.”

“Me alegro que pienses así. Ninguno de mis hijos debe casarse con una mujer descerebrada.” —la reina se levantó y se alejó hacia la puerta.— “pero quería aconsejarte. De mujer a mujer, no quiero que tomes una mala decisión porque no tienes ninguna figura femenina.”

“Tener la tengo, mi hermana Rhaenyra.”

“Oh, querida. Pero ella no está aquí, ¿verdad? Debes buscar otra gente en la que apoyarte.”

Estaba por preguntarle sus intenciones pero ella salió de la habitación sin dejarle abrir la boca.

“Hija.” —bajó la mirada hacia su padre que intentaba sentarse.—

“No se esfuerce, padre.” —le agarró por los hombros por si se derrumbaba por un lado.— “Está aún mal.”

“No la escuches. Cásate con quien tú decidas.” —dijo el rey tosiendo.—

“Creí que tú también querías al príncipe Aegon para que fuera mi esposo.”

“Es verdad que es mayor que Aemond pero ambos son hermanos y no se diferencian por nombre. Así que queda en tu decisión.”

“Esa no fue tu respuesta el otro día. Por como le respondiste al príncipe Aemond creí que no lo querías para mí.”

“Empiezo a cambiar de opinión.”

“¿Desde cuándo?”

“Desde que te he escuchado hablar con Alicent.”

“¿Por qué crees que está tan interesada en mi y en Aegon?”

“Me temo que mi esposa ha caído en las garras de la ambición, como un día le pasó a su padre. Cuando Otto comenzó a actuar en su beneficio, solo tuve que destituirlo pero no puedo dejar a mi esposa. Ni a mis hijos porque ella sea ambiciosa.”

“Pero yo no soy la heredera. Aegon no puede ni siquiera ser rey consorte porque ese papel es de mi tío.”

“No es por tu herencia, mi niña. Es por tu sangre y por tu madre. Es lo que te diferencia de él. Quiere buscar aliados contigo como la esposa de su hijo.”

“¿Para una guerra? Cómo dijo mi hermana. Pero si sabes lo que ocurre, ¿por qué no haces nada?”

“Soy un hombre con una corona que pesa demasiado. Un hombre enfermo sin cura, que pasa más tiempo en el mundo de los sueños que criando a mis hijos.”

“¡Eres el rey! Y, ¡un Targaryen! ¿Dónde está tu fuego? Debes detener esto antes de que ocurra nada. Se van a matar los unos a los otros por un asiento de hierro.”

“Y, ¿que hago, hija? ¿Destituyó a Rhaenyra y nombró heredero a Aegon o sigo defendiendo su herencia como primera hija? Haga lo que haga uno sale odiando al otro y si castigo a uno, el otro se corrompe.”

Daenys no estaba siendo justa, ella defendía a su hermana. Y su herencia. No quería que le quitarán su derecho a reinar pero eso no alegraba al otro bando que parecía cada día más lejano.

🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦🟦

🚦 Historia de mi invención basada en la Danza de dragones que se encuentra en la obra de Fuego y Sangre de George R.R Martín. ¡NO de permite su copia!

Daenys, la azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora