"Todos debían elegir un bando en la famosa Danza de los dragones pero Daenys solo podía pensar en el azul del cielo y soñar en volar por él para huir a lugares aún por conocer."
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👩❤️👨 Daenys (OC) x Aemon...
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Smutt±¹⁸
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Una semana. Faltaba una semana para el día del nombre de Aemond y por fin ambos celebrarían su boda. Habían pasado cuatro años y ambos cada vez ser comprendían mejor. No sólo por sus charlas nocturnas, que nunca fallaban, ni una sola noche. Sino también por sus movimientos más avanzados físicamente.
Aemond todavía no se liberaba, estaba atado a aquella promesa de no tocarla, a pesar de ser prometidos, y las obligaciones de su familia y su nombre.
“¿Llevas aquí mucho rato?” —le preguntó saliendo al balcón de su alcoba.—
“Si, pero así he tenido tiempo a solas con la luna. Es hermosa.”
“Bueno, pues si quieres te dejo a solas con tu querida luna.”
Daenys iba a darse la vuelta pero Aemond la agarró de la mano y la hizo sentarse encima de él, con las piernas a ambos lados de su cuerpo y mirándose a los ojos.
“Oh, mi princesa está celosa ahora.”
Aemond empezó a besarle el cuello. Ella se dejó llevar cerrando los ojos, y asintió con la cabeza incapaz de poder hablar.
“Vamos, hablame. Déjame escuchar tu voz melodiosa. Que digas mi nombre.”
“Aemond.”
Susurró y sintió las manos masculinas en su trasero haciendo que sus cuerpos se pegaran demasiado.
“Aemond.”
Volvió a decir dirigiendo los labios al cuello masculino y dejando un rastro de saliva.
“Daenys, solo falta una semana.”
Ella se quejó moviendo sus caderas encima del bulto que había empezado a notar.
“Vamos, por favor. Un poquito.”
Le rogó separándose un poco para poder mirarle.
“Es muy poco tiempo comparado con el que hemos tenido que esperar.”
“Un adelanto aunque sea.”
“No podemos, Daenys.”
Su nombre salió entre suspiros. Había dirigido su mano hasta el bulto en su pantalón y había comenzado a acariciarlo por encima de este.
“Daenys.” —Aemond le agarró la mano.— “recuerda la ropa.”
“Si, nada de quitar la ropa.”
No necesitó más permisos.
Por encima de su pantalón sintió el volumen de su falo, grande y duro. Aún con la ropa pudo localizarlo y acariciarlo con movimientos lentos de arriba hacia abajo.
“Daenys.”
Escuchó su nombre salir de los labios de él, desesperado porque lo tocara.
“¿Qué quieres que haga?”
“Más rápido.”
Le obedeció moviendo la mano más rápido.
“¿Así?”
Él asintió con la cabeza, que echó hacia atrás cerrando su ojo.
Daenys se inclinó hacia adelante, sustituyendo su mano por su propia vagina. Pero siempre con ropajes por encima. La única parte de su cuerpo que mostraba eran sus piernas, que debido a su posición se mostraban ya que el vestido había terminado subiéndose.
Dejándose llevar, Aemond las acarició suavemente al principio, cuando Daenys aumentó la velocidad de sus movimientos, él la agarró más fuerte maldiciendo.
“Joder, Daenys.”
Ella se detuvo al verlo respirar agitadamente y al sentir la humedad en los pantalones del príncipe.
“¿Te ha gustado?”
Él asintió con la cabeza aún procesando su orgasmo.
“No puedo esperar a que termine esta semana.”
Daenys se abrazó a él dejando su nariz en el cuello masculino, donde pudo olerle. Se encontraba muy excitada y cualquier cosa la hacia perder la razón, así que comenzó a besarle el cuello de nuevo.
Aemond dirigió su mano hacia el sexo de la princesa, tocándolo por encima de sus ropas.
“Estás tan sensible.”
“Hmmmm.”
Daenys movió las caderas sintiendo su clímax.
“Si, si, Aemond.”
“Mi princesa.”
Daenys se corrió al escucharle llamarla así.
“Una semana.”
Susurró Aemond sobre la piel de su cuello descubierto.
“La luna no puede tocarte así.”
Dijo Daenys y Aemond soltó una pequeña risa.
“¿Para que quiero la luna si ya te tengo a ti?”
Aemond la abrazó haciéndola descansar sobre pecho. Daenys podía escuchar su corazón que se iba tranquilizando tras el orgasmo que habían compartido.
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🚦 Historia de mi invención basada en la Danza de dragones que se encuentra en la obra de Fuego y Sangre de George R.R Martín. ¡NO de permite su copia!