"Todos debían elegir un bando en la famosa Danza de los dragones pero Daenys solo podía pensar en el azul del cielo y soñar en volar por él para huir a lugares aún por conocer."
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👩❤️👨 Daenys (OC) x Aemon...
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Colocó el huevo al sol. No hacía demasiado frío y la calidez de los rayos de sol podrían ayudarlo a relajarse. Hacía unos días que el huevo había empezado a hacer ruidos raros y a moverse. No sabía si era buena señal ya que nunca había visto un huevo abrirse. Temía estarle haciendo daño a su dragoncito.
“¿Daenys?” —Aemond llegó a su lado.—
Por fin, había quedado con él para contarle su decisión. No quería que se enterará por su padre o por los susurros del castillo. Debía ser ella.
“Aemond. Siéntate.” —le señaló a un lado de ella.— “hace un buen tiempo.”
“¿Estamos aquí para mirar el cielo de nuevo?”
Ella negó con la cabeza.
“Ya le anuncié a mi padre con quien me casaré.”
“¿Ya? Creí que sería en el día de tu nombre.”
“No me hace falta más tiempo. Sé a quien quiero.”
Aemond la miró intensamente.
Cuando estaba por abrir la boca, el huevo crujió haciendo un ruido sonoro.
“Oh, no. ¿Qué ocurre?”
Volvió su atención al huevo viendo cómo se rompía.
“No, no, no. No lo he matado.”
Agarró el huevo que se caía a trozos en su mano y se quedó con una cosa viscosa en su mano, y un pequeño dragón azul.
Aemond soltó una carcajada.
“Es tu dragón. Daenys, tienes a tu dragón.”
La respiración de Daenys se agitó con alegría. Su mundo se iluminaba.
El pequeño dragón se removió encima de ella y lo dejó a su lado para verlo dar unos pasitos.
“Aemond, es mi dragón.”
Dejándose llevar por el momento terminó a abrazándole. Él se quedó estático en su sitio.
“¿Aemond?” —se separó unos centímetros para mirarle a los ojos.— “¿Qué ocurre?”
“Y-yo... no puedo tocarte.”
“¿Por qué no? Eres mi prometido.”
“¿Qué?”
El ojo de Aemond se abrió ampliamente, y una sonrisa apareció en su rostro.
Ese instante le devolvió el abrazo con fuerza.
“¿Por qué yo?”
Aemond preguntó cerca de su oído.
“La pregunta es; ¿por qué no tú? Eres para mí y yo soy para ti.”
“Pero Aegon-...”
Daenys lo interrumpió.
“Aegon se casará con Helaena y será nuestro hermano. Nada más.”
“Pero él es mayor y podéis casaros ya y puede darte hijos.”
Aquellas palabras parecieron calcadas de una conversación que había tenido con el príncipe.
“¿Quién te ha dicho eso, Aegon? No dejes que él tenga tanto control sobre ti. Ni que cree esos complejos sobre tu persona. Eres Aemond Targaryen, mi prometido, y pronto esposo.”
Ambos se miraron a los ojos fijamente, con amor. Y tras la última vez, Daenys tuvo vergüenza de dar el primer paso.
Pero antes de averiguar si estaban listos, el dragón hizo un ruido parecido a un rujido.
“¿Cómo lo llamaras?”
“¿Sky-pie?” —dijo con duda y Aemond la observó extrañado.—
“Creí que me pondrías un nombre de algún dios valiryo.”
Ella negó.
“No. Mi dragón tendrá su propio nombre, su propia razón de existir y su historia.”
“Entonces, skypie será.”
Se quedaron en silencio por un momento. Hasta que Aemond habló de nuevo.
“Podría ser una práctica para el futuro.” —dijo observándolo.—
“¿Cómo?”
“Como si fuera... nuestro hijo.” —Aemond bajo la vista avergonzado incapaz de mirarla.—
“Es una idea fantástica. Pero sin el como, él será nuestro primer hijo.”
Daenys le agarró la mano felizmente y él observó sus manos juntas.
“¿Te sigue molestando que te toque?” —le preguntó insegura apartando la mano.—
“No me molesta. Me gusta. Pero es indebido.”
“Puede ser.” —le volvió a tomar la mano.— “pero si nadie nos ve, no pueden juzgarnos.”
Aemond la observó de lado.
“De acuerdo. Pero solo darnos la mano.”
“¿Por qué?”
“¿Qué más quieres hacer?”
Ella se sonrojo.
En la mirada de él no encontró burla, solo curiosidad. Así que lo vio con inocencia.
Solo serían las manos.
De momento.
Cuando el creciera le pediría algo más que las manos.
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🚦 Historia de mi invención basada en la Danza de dragones que se encuentra en la obra de Fuego y Sangre de George R.R Martín. ¡NO de permite su copia!
