1. Daenys será su nombre.

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Aemma observaba el agua transparente con un tono azul. A través de esta podía ver su estómago enorme debido a su embarazo. El quinto de muchos, y es que solo uno de ellos había salido adelante con éxito. El de su pequeña hija Rhaenyra. Pequeña, eso iba a ser siempre pero en cualquier momento tendría otro pequeño fruto de su amor con el rey. Y aunque este último rezaba para tener un heredero varón, su corazonada le decía que venía una pequeña niña, otra más. No quería decepcionarlo, no de nuevo pero le daba igual si era una niña y nacía saludable y con todas sus extremidades.

“Uy, si serás fuerte.” —la reina sintió una patada en lo bajo del estómago.— “Seras fuerte y nadie te verá desde arriba.”

Se acarició la barriga intentando aguantar las lágrimas de sus ojos.

“Cariño, Aemma. ¿Ocurre algo?”

Viserys entró pero al verla en ese estado corrió arrodillándose junto a su bañera.

“Estoy bien, mi amor. Solo fue una patadita.” —forzó una sonrisa y agarró su mano.

“Eso es bueno, es un niño fuerte.”

“O niña.” —le corrigió.— “Si nace con vagina será niña, pero no le busques la verga lo que no tiene.”

“Ya hemos hablado de esto.”

“Lo sé.” —le interrumpió.— “Pero yo soy su madre y llevo mucho tiempo unida a ella. Lo siento en mi alma.”

“No puedes saberlo. Nadie puede pero un niño... resolvería todo.”

“Un niño. Lo querría igual que a una niña. Pero no es el caso. Es más, Rhaenyra está de acuerdo conmigo.”

“¿Habéis hablado de ello?”

“Más bien discutido. Ella se empeña en llamarla Visenya.”

“No esperaba nada menos de nuestra hija.” —el rey soltó una carcajada.— “Pero, ¿por qué discutisteis?”

“Porque mi hija se llamará Daenys.”

“Es un hermoso nombre.”

“Lo decidí cuando me contaste de aquel sueño que tuviste donde desposabas a una de tus hijas con uno de tus hijos.”

“Si es como tú dices, no habrá hijos a la que desposarla. Si mi sueño es certero, nacerá un niño.”

“No, tu sueño es certero. Aún puedes tener más hijos.”

“Pues Daenys será su nombre.”

El rey no tomó en cuenta las palabras de su mujer, pero Aemma lo sabía. Si no era capaz de darle un heredero varón vivo al rey, nadie le daría valor como reina.

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🚦 Historia de mi invención basada en la Danza de dragones que se encuentra en la obra de Fuego y Sangre de George R.R Martín. ¡NO de permite su copia!

Daenys, la azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora