"Todos debían elegir un bando en la famosa Danza de los dragones pero Daenys solo podía pensar en el azul del cielo y soñar en volar por él para huir a lugares aún por conocer."
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👩❤️👨 Daenys (OC) x Aemon...
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Daenys caminaba con su huevo pegado a su pecho. Había estado toda la mañana junto al fuego para calentarse ella y al huevo. No podía despegarse de él, se había convertido en un ser con ella. Y su temperatura iba subiendo poco a poco, si lo mantenía pegado a ella podría conservarlo así. No se atrevía a dejarlo desprotegido en su alcoba, ni mucho menos en cuidados de los sirvientes. Sentía un tipo de protección que nunca había sentido por ninguna otra persona o animal.
“¿Qué llevas ahí?” —Aegon llegó desde atrás agarrándose a su brazo y caminando junto a ella.— “¿Un huevo?”
“¿Eh? Si.” —intentó apartar el huevo de la vista del príncipe, al ver que este no la apartaba ella cambió de tema.— “¿Has estado de nuevo bebiendo?”
Él negó con la cabeza.
“Desde que mi abuelo está aquí no deja de vigilarme. Es exasperante. Yo solo quiero beber y...” —se detuvo al ver por dónde se dirigía su conversación.—
“¿Y seguir acosando a señoritas para llevarlas a tu cama?”
“No.” —la observó por un momento.— “bueno, si. ¿Cómo sabes eso? ¿Me has estado vigilando tú también? ¿Tanto te intereso?”
La volvió por el brazo que la agarraba para que quedarán cara-a-cara. Él tenía una sonrisa en su rostro.
“No es por eso. Es que los susurros en los pasillos son cada vez más fuertes.”
“Estás celosa.”
“No estoy celosa.”
“Si fueras mi esposa no tendrías que preocuparte de eso.”
“Si fuera tu esposa irías detrás de cualquier mujer en este castillo, porque eres así. No puedo cambiarte por mucho que sea hija del rey.”
“Por eso me gustas. Sabes ver los colores de la gente al instante.”
“No lo creo.” —apartó la mirada escondiendo su disgusto.— “no sé qué colores tienes tú.”
“Yo llevo los colores de mi familia.” —Aegon le agarró el rostro para que lo girara hacia él.— “pronto serás mi familia también.”
Aegon pegó su cuerpo al de ella, en un abrazo íntimo pero Daenys se removió incómoda por la situación y la localización en la que se encontraban. Cualquiera podrían verles y mal interpretar su relación.
“Ya soy tu familia, Aegon. Soy tu hermana.”
“No de madre.”
“Si de padre. ¿Eso no tiene valor? Hablando de padre, sufrió un desmayo y no te vi por ahí.”
“Padre sufre muchos desmayos, es normal.”
“No es normal, está enfermo.”
“Es cuestión de tiempo, Daenys. Que él nos deje. Tú lo habrás conocido como padre y rey pero yo lo he visto enfermo toda mi vida y soy su primer varón.”
“¿Y qué?”
De un pequeño empujón lo alejó de ella.
“Que al igual que tú, escucho los susurros. Cada vez son más fuertes.”
“No se a que te refieres, príncipe.”
Aegon la agarró por la mano obligándola a caminar hacia una sala vacía. Ahí la apoyó contra la pared y Daenys dejó caer el huevo, él se pegó de nuevo a ella. Sus cuerpos estaban muy cerca, demasiado. Y sus rostros... Daenys podía sentir la respiración de Aegon en su rostro.
“Yo y tú. Somos hijos de nuestro padre.” —Aegon susurró en su oído, hablaba con dureza y su respiración estaba acelerada.— “llevamos la sangre de fuego, corre por nuestras venas sin descanso y con pasión. Nosotros tomamos lo que queremos, sin preguntar, princesa.”
Aegon empezó a besarle el cuello, no supo decir que emociones tomaban su corazón. Ningún hombre se había atrevido nunca a poner un dedo sobre ella y él era el primero en tocarla como un hombre a una mujer.
Daenys comprendió que Aegon se creía por encima de la palabra de la ley, y de su padre.
“Aegon.” —puso las manos sobre el pecho masculino intentando apartarlo.— “Aegon, Aegon.”
Repetía su nombre indecisa. Su corazón latía rápidamente, y no podía pensar con claridad pero no podía dejarle estar por encima de ella.
“¿Princesa?” —la voz de Aegon se agitó agarrándole el trasero con ambas manos.—
Daenys bajó las manos colocándolas en la barriga de Aegon, agarrándose en la camisa que llevaba.
“No, y-yo...” —movió la cabeza haciendo que sus narices se rozaran y sus labios se acercarán, sus alimentos se entremezclaban.— “nosotros...”
Sus labios se juntaron en un movimiento desesperado por Aegon que empezó un beso brusco y apasionado.
El pecho de Daenys golpeaba el de él por su respiración agitada, y sus manos se movieron hacia la nuca del príncipe acariciándola.
Aegon repartió su beso hacia su cuello, besos de arriba hacia abajo. Las manos del chico se acercaron a los pechos femeninos acariciándolos por encima de sus ropajes.
“¿Princesa?” —Aegon la cargó haciendo que sus piernas rodearán al príncipe.— “Mi futura reina. Mi reina.”
Daenys lo agarró del rostro observándolo en silencio.
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🚦 Historia de mi invención basada en la Danza de dragones que se encuentra en la obra de Fuego y Sangre de George R.R Martín. ¡NO de permite su copia!