24: Perdidos

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Perdidos
Nicolás

—Entonces, ¿nunca has salido con nadie?

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—Entonces, ¿nunca has salido con nadie?

Ella nego.

—Mis padres me enviaron al internado y ahí pasé casi toda mi adolescencia.

—¿El internado no era mixto? —pregunte confundido.

—De hecho, si, pero yo pasaba completamente encerrada en mi mundo, ya sabes, me preguntaba por qué mis padres me habían abandonado en un lugar así, así que quería llamar su atención con buenas notas... quería sobresalir académicamente para que ellos estuvieran orgullosos de mi, pero entonces llegó Lillie a mi vida y simplemente me arrastró de mi burbuja.

Sonreí.

—Es algo que Lillie hace sin siquiera darse cuenta.

—Si, ella es mi mejor amiga desde ese momento. Fue raro, fue muy raro porque todos hablaban de la nueva, decían que era el diablo, que era muy mala, que era ruda, pero la verdad es que Lillie no es así, no fue, ni es mala, aunque le tenia miedo.

—¿Le tenias miedo?

—No me culpes, decían muchas cosas sobre ella, incluso llegaron a decir que se había besado a un cura y que había incendiado una escuela para matar a todos los que estaban dentro.

Empecé a reírme fuertemente.

—La gente inventa muchas cosas y para aclarar Lillie no quería matar a nadie en ese incendio, bueno, tal vez estaba aventando libros a diestra y siniestra, pero era por una buena causa, el incendio empezó solo, no porque Lillie lo comenzará.

—Si, lo supe después.

—Y desde ese entonces nunca se han separado.

Ella sonrió negando.

—No se librara de mi ni muerta.

Y empezamos a reír.

Si, había tomado esta oportunidad. El señor de los cielos me había enviado una oportunidad y no pensaba desaprovecharla así que después de mi pequeño accidente de anoche con Candace decidí invitarla a salir esta noche.

Conversamos durante horas, caminando y riendo por el Sena. Su compañía era grata y lograba entender porque Lillie y ella eran tan unidas.

—Claro, una vez nos escapamos y cuando volvimos alegamos que nos habían abducido los extraterrestres.

Y ella estaba riendo a carcajadas.

—Lillie se lo tomo tan en serio que hablaba en un idioma que se había inventado, su actuación fue demasiado convincente tanto así que llamaron al cura de la Iglesia para que ayudara a traer a Lillie de vuelta, pero cuando estaban exorcistandola soltó la risa y entonces nos castigaron por dos semanas. Nos tocó limpiar los baños de toda nuestra sección, fue horrible y asqueroso, pero al menos no llamaron a nuestros padres.

Mi exilio con la abuela 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora