42: Fantasma del pasado

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Fantasma del pasado
Lillie Torres

Llegamos a casa no hace mucho y afortunadamente llegamos a tiempo para que Amanda contestara la llamada de Candace

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Llegamos a casa no hace mucho y afortunadamente llegamos a tiempo para que Amanda contestara la llamada de Candace. Hoy nos salvamos, al menos eso quería pensar.

—Gracias por ayudarme... —agradecí a Santi— sin tu ayuda no se que habría pasado.

—Es un placer haber sido tu compañero de peligrosas aventuras.

—Ah, no te quejes, te tocó el trabajo fácil.

Y Santi se ofendió.

—Dios, tuve el trabajo más difícil, tenía que estar con todos mis sentidos activados por si alguien llegaba a descubrirme, peor, tenía que estar pendiente de ustedes para huir con rapidez. Y no hace falta que lo digas, hice muy bien mi trabajo.

Sonrió coqueto.

—Tienes una sonrisa tan brillante que hasta podría dejarme ciega —bromeé—. En fin, muchas gracias y mil disculpas por el pequeño atropello.

—Lillie, si llega a pasar cualquier cosa, estoy aquí para ti —susurró con un tono más serio, agarrando un mechón de mi cabello, para ponerlo detrás de mi oreja— no importa si es de noche o de madrugada, estaré siempre para ti, no lo dudes.

Su amabilidad casi me derrite como el sol de verano derrite los chocolates. Bese su mejilla y me despedí. Al cerrar la puerta encontré a Amanda revisando su computadora. Me quedé unos segundos pegada a la puerta, tratando de recomponerme. Inhale y exhale.

—Ahora si, me cuentas todo —exigí.

Me había equivocado, lo peor aún no había pasado, pero estaba por pasar.

—Descubrí que mamá no se fue por puro gusto, ella no nos abandonó —confesó Amanda— fue mi padre quien la sacó de nuestras vidas al descubrir que mamá estaba enamorada de otro hombre. Así que la envío a un hospital psiquiátrico, la interno por años. Dios, mi padre es un monstruo...

Y yo tenía la boca abierta.

—Eso no es verdad... ¿como sabes todo esto?

Amanda se levantó cerrando su laptop. Esta vez prestándome toda la atención.

—Encontré a mamá hace seis meses, así que fui a visitarla, ¿recuerdas cuando me fui de viaje escolar a Italia? —preguntó y yo asentí— Pues no fue un viaje escolar, mentí para ir a buscar a mamá, con mis ahorros pude llegar y verla... ella vivía tomando medicinas y la hacían creer que estaba loca, resulta que papá esta sin dinero y por eso habían dejado de darle esos medicamentos a mamá, tuve que pagar con mis ahorros a un enfermero para que la ayudara a escapar, así fue, escapó hace dos meses y es por eso que papá anda hecho un tigre, sabe que si mamá se recupera totalmente podría destruirlo por completo, quitarle lo mucho o poco que tenga, incluso meterlo en la cárcel. El ahora tiene miedo, lo se.

Mi exilio con la abuela 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora