Es culpa de Lillie
Lillie TorresEl señor Hamilton ya nos había presentado a toda su familia. Estaba su mujer, es hermosa y educada, alta y elegante junto a sus tres hijos.
—La cena estuvo deliciosa, señora Hamilton —me apresuré a halagar a la mujer.
Y ella se ofendió.
—Por favor, llámame Grace.
Yo acepté.
—Es la primera vez que Lillie y yo estamos de acuerdo en algo —comentó el señor Johnson—. La comida estuvo exquisita.
—Mi esposa es buena en todo lo que hace.
Y procedió a besarle las manos con delicadeza. Casi nos derretimos todos. Sin duda, él debería ser ejemplo para otros hombres. Mire a Santiago con molestia. Es que era un tremendo cambio, de un hombre cariñoso y caballeroso a un... ogro fastidioso.
Santiago movió su cabeza en un gesto de pregunta, le respondí con una mueca y viré mi cara para el otro lado.
—Lillie, ¿por qué no recoges la mesa?
Y mire impactada al señor Johnson. Es que entendía perfectamente lo que estaba haciendo.
—No, por favor, no se preocupen lo haré yo — Grace se apresuró a aclarar.
La mujer se levanto y comenzó a recoger los platos, pero yo estaba quedando como una vaga.
¡No soy una vaga!
También me levanté y empecé a recoger los platos, no permitiría que Johnson me dejara en vergüenza con los demás a pesar de que su plan era quitarme del camino.
Recogimos todo y seguí a Grace a través de la casa, pero claro yo iba que moría de coraje.—Bueno, ahora que ellas están en lo suyo, nosotros debemos hablar de negocios —dijo el señor Johnson.
Ese hombre no podía ser más despreciable. Se deshizo de mi con una gran excusa y lo peor es que estaba funcionando.
Lillie en la cocina, los hombres en la oficina.¡Imbeciles!
Me marché enojada, pero al menos sirvió para dejar los platos relucientes. No había nada mejor que lavar los platos mientras piensas en las respuestas que pudiste haber dado en alguna pelea.
Pensé mientras secaba los platos. Pude haberle dicho: ¿Es que usted no tiene manos para recoger los platos?Aunque tampoco era una gran respuesta. Hice una mueca, ese anciano siempre estaba a dos pasos de mi. El siempre se salía con la suya.
—Muchas gracias por ayudarme —Grace agradeció.
Yo sonreí.
—De hecho, esto me ha ayudado. Lavar platos debería ser terapéutico.
Grace sonrió y acomodó los platos secos en su respectivos lugares.
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Mi exilio con la abuela 2
RomanceLillie está por cumplir sus dulces 21 años y con eso podrá administrar su fortuna heredada. Será que Lillie cambió? Estará lista para este nuevo papel en su vida? Podrá controlar algo imposible? Será capaz de soportar a su ex? Será posible que...