44: Hierba Mala

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Hierba mala
Lillie Torres

La situación estaba incómoda y tensa, él sabía que lo sabíamos todo o al menos parte importante de los sucesos en donde él era el mayor antagonista, nosotros no retrocedimos ni un poco, no abrimos la boca para absolutamente nada, apenas se oigan n...

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La situación estaba incómoda y tensa, él sabía que lo sabíamos todo o al menos parte importante de los sucesos en donde él era el mayor antagonista, nosotros no retrocedimos ni un poco, no abrimos la boca para absolutamente nada, apenas se oigan nuestras respiraciones por encima de la música que provenía del salón. Esto era puras miradas y espera, al parecer Patrick no pensaba negar o aceptar las cosas, pero yo sí que pensaba ordenarle bajar esa arma con la que nos apuntaba con buen pulso.

—Lo sabemos todo, así que no creo que sea el momento para que nos amenaces con esa arma —pedí a Patrick—. Te darán muchos años en prisión, yo que tú utilizo este tiempo para huir.

—¡Cállate! —Patrick me grito— ¡Cállate, maldita entrometida!

Pero no me calle, debí, pero no lo hice.

—Estas en problemas y te fastidia que esta chica a la que tanto subestimaron haya descubierto todas tus andanzas —continué— Por eso recurres a esta medida desesperada porque sabes que de esta no te salvas, ni siquiera intentando huir, es mejor que nos sentemos, bebamos algo de té y empieces a confesar todo.

—¡Cállate, maldita mocosa! —advirtió—. Zac, esta chica está loca, tú y yo sabemos que todo es una mentira.

El silencio de Zac dijo mucho.

—Gritaré y todos vendrán a ayudarnos —continué.

—En serio, creo que de allá vengo y adivina que, todos estaban bailando y con el ruido no creo que tus gritos puedan ser socorridos.

Mierda.

—Patrick, deja a Lillie fuera de esto —pidió Johnson.

—¿Que hay de todas las cosas que dijiste de ella? ¡Eh! ¿Ahora estás de su parte?

—Estoy viejo —admitió— y ver a Lillie una chica joven en un cargo tan importante, pues la envidia me cegó, es evidente que no tanto como a ti. Puedes al menos decirnos la verdad de una vez por todas.

Patrick estaba nervioso y maldiciendo. La pistola iba de la cabeza de Johnson a la mía, ese fue el jueguito por los siguientes minutos.

—Es obvio que no va a...

Y todo hizo clic en mi cabeza. El rompecabezas estaba completo.

—¿Que? ¿Que maldita niña?

—Oh, demonios —solté— tu no solo robaste, sino que lavaste dinero con nuestra empresa, es por eso que asesinaste a Agosti, él fue el primero en descubrir tu sucio negocio. Agosti habló de ti, tenemos evidencia en la que explica como tú eras la cabecilla de todo, pero él se equivoco, él no vio el panorama completo —y yo estaba completamente extasiada, por fin lo comprendía—. Todo empezó con la muerte de Mila, ¿no es cierto? Ella falleció y poco después Johnson cayó en cama por mucho tiempo, ¿y que pasa cuando el gato se va? Pues los ratones se pasean como si estuvieran en su propia casa y mientras... oh Dios mío, ahora todo tiene más sentido. Cuando Johnson cayó en reposo Félix se encargó de esto, era la cabecilla y mientras todos creíamos que esta empresa iba por el camino del bien, vienen ustedes dos y ¡pum! Lavamos dinero... dios, que avaricia la que tienen los hombres.

Mi exilio con la abuela 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora