Aún recuerdo el día que decidí saber quien sería mi futura esposa. Aquello no podía hacerlo hasta el día de la boda, pero soy un Diablo desobediente, lo mío es romper las reglas.
Junto con mis guardas fuimos aquel convento.
En ese entonces tenía veinte años y Sophi, como cariñosamente le digo, tenía ocho.
En diez años aquella pequeña niña iba a convertirse en mi esposa. Actualmente, esta a punto de cumplir diecinueve.
Aún recuerdo el día que la conocí, estaba sentada frente a un lienzo, dibujando. Tomé un banquillo, me senté a su lado.
Nunca olvidaré nuestra primera he inocente conversación.
Le dije que era talentosa, para tener ocho, plasmar majestuosos paisajes.
Me contesto; que quería ser artista cuando fuese grande, quería ser igual a su pintor favorito, quería ser como Claude Monet.
A pesar de ser criada en un convento, Sophi goza de lujos y una ostentosa vida, no es para menos, es la futura esposa del Diablo.
Es una niña delicada, femenina, pero Sophi tenía madurez y una perspectiva de vida igual a un adulto, como yo.
Aquel día tomé su pequeña mano, le prometí que sería una excelente artista, igual que Monet, me encargaría que así fuese. Selle aquella promesa, dándole un beso en la mano.
Con Sophi, también rompí las reglas. Cuando cumplió diez años le regale un cuadro de Monet, a los quince se habia convertido en una de las mejores exponentes de arte. Dibuja en la clandestinidad, pero me he encargado que sus pinturas sean famosos afuera.
Desde el primer día que la conocí, prometí cuidar de ella, siempre he estado presente en su vida, he velado por su bienestar. El día que abandone ese convento, no lo hará para convertirse en la esposa de un Diablo y morir.
Esto también es por ella, más que su futuro esposo, he sido aquel hermano mayor que ha prometido protegerla. . . . .
Al escuchar el nombre de Jungkook, Taehyung mira para todos lados, al parecer no esperaba que su llamado lo hiciera el abogado acusador.