Trataba de despertar, pero mi cuerpo pesaba, se sentía igual a cuando quieres despertar de una pesadilla, me sentía adherido a la cama.
Mi boca estaba reseca a causa del jadeo que provocan los delirios, mi respiración estaba agitada.
Al parecer, acabo de tener un cuadro de fiebre, estoy empezando a despertar, trataba de abrir los ojos, pero estos pesaban demasiado, volvían a cerrarse.
Me sentía atrapado en mi propio cuerpo. Escuchaba voces, pero no podía distinguirlas, alguien acariciaba mi cabeza, podía sentir la suavidad de sus manos tratando de calmar el desespero en el que se encontraba mi cuerpo.
Cuando volví en sí, estaba sumergido en una bañera con agua fría.
Mis ojos ya no pesaban tantos, fui abriéndolos poco a poco, veía borroso, no distinguía nada a mi alrededor. Movía la cabeza de un lado a otro, me sentía drogado, en cámara lenta.
Alguien hablo, su voz era profunda, se sentía lejos. Era la voz de mi Diablo, me llamaba una y otra vez
—Jungkook, despierta
Habla con dificultad—¿En dónde estoy?
—Despierta
—¿Eres mi Diablo?
Ríe—Sí, soy tu Diablo
—¿No estoy soñando? ¿No morí? ¿No estoy delirando? ¿No estás jugando con mi mente?
Se hinca quedando a la altura de kook, le toma el rostro—No, estoy aquí, tan real como el amor que siento por ti—Le besa la mano.
Abrí los ojos, poco a poco recobre la visibilidad. Tenía su rostro a escasos diez centímetros, estaba en mi confusión, no sabía si era realidad o mis delirios.
Su rostro se veía aún más hermoso, era igual al de mis dibujos, pero con algunas pequeñas diferencias. No me equivoqué, es tal cual lo imaginaba, suponiendo que es su verdadero rostro.
Tiene el cabello largo, este cae sobre sus ojos. He tenido varios encuentros con mi Diablo, pero era la primera vez que lo veía reír, su sonrisa era cuadrada, serena, no parece una persona mala o un ser macabro, todo lo contrario, mi Diablo parece un ángel.
Toma agua con la mano, la derrama en el rostro de Kook—Estaba preocupado por ti.