𝓗𝓮𝓪𝓿𝓮𝓷 𝓟𝓸𝓽𝓽𝓮𝓻 (Draco Malfoy)

𝓒𝓲𝓮𝓵𝓲𝓽𝓸

~𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞~

—¿Es enserio?—preguntó Sirius sorprendído, con una sonrisa incrédula dibujada en sus labios.

No le daba créditos a sus oídos, no sabía si había escuchado bien, si era parte de su imaginación ó si sus amigos le estaban jugando una broma.

Y si éso terminaría siendo una broma, el mayor bromista de su década se sentiría muy dolido, decepcionado y rencoroso con sus amigos.

—Sí, Sirius, es en serio.—Contestó James Potter con una sonrisa aun más grande que la de su amigo (si es que eso podría ser posible).

Su rostro estaba iluminado, sus ojos avellana estaban brillando con emoción e ilusión.

Cuando Lily le contó, sintió que su corazón se detuvo, que sus pulmones se quedaron sin oxígeno y unas ganas tremendas de llorar.

Durante varios minutos, James se había quedado en shock, sin saber si debía llevarlo a un médico o darle una bofetada para que reaccionara.

Afortunadamente para él, reaccionó justo cuando Lily apenas había levantado la mano, sin darle la oportunidad de golpearlo.

—No me estás tomando el pelo, ¿verdad?—Le preguntó el pelinegro, comenzando a tiritar de emoción—. Dime que no es broma, Cornamenta, dime que no es broma ó te juro por tu madre que te mató ahora mismo. No juegues con mis sentimientos, James. Dime que es cierto.—Repetiá, evolucionando su titiriteo a unos brincos de emoción.

—No, Sirius, no te estamos tomando el pelo. ¡Estoy embarazada!—Le contestó Lily, sobándose la pancita.

Repentinamente, Sirius se detuvo y miró a James y a Lily intercaladamente con una amplia sonrisa.

—¡Felicidades, Lily!—le dijo Remus, acercándose para abrazar a su amiga.

—¡NO LO PUEDO CREER!—gritó con emoción, sintiendo la felicidad desbordarse de su cuerpo—¡VAMOS A SER PAPÁS!—

Pegaba unos saltos altísimos y más de dos veces se pegó en la cabeza con la lámpara de araña, pero no sé inmutó.

—No, Sirius. Nosotros vamos a hacer papás.—Específico James, señalándose a él y luego a Lily con el dedo índice.

—Por eso, es lo mismo.—Dijo Sirius sin darle importancia.

—No lo és.—Dijo James, negando con la cabeza.

Lily y Remus miraban la escena con una sonrisa en sus rostros.

—Sí, lo es. Tú, James Potter y yo somos uno, lo que significa que vamos a tener bebés.—

—Bien, James, recuerda que no toda la atención siempre estará dirigida hacia ti. Ahora, los que importan son los bebés y Lily, así que traga tu orgullo.—

—No busco atención, Sirius.—Dijo cansinamente.

—¿Y que estás haciendo ahora?—Le contradijo Sirius—. Vamos hacer papás, Lily—Le mencionó Sirius cómo si la pelirroja no se hubiera entrado ya que llevaba tres bebés en el vientre.

Se acercó a Lily y la sacudió sin cuidado.

—Ya… lo… sé…, Sirius… ¿Quién… crees… que… se… enteró… primero…?—Le comentó Lily mientras su amigo la seguía sacudiendo.

—Bueno, ya basta, Sirius. No queremos molestar a Lily.—Le dijo Remus, alejando a su amigo y agarrándolo fuertemente de su mano para que no se acercara a Lily.

—Perdoname, Pelirroja. Creo que me emocioné un poco…—le murmuró dedicandole una sonrisa apenada.

Esa tarde, los amigos se sumergieron en un ambiente de alegría y celebración, compartiendo risas y anécdotas mientras festejaban las buenas noticias que les unían aún más.