𝔼𝕟 𝕖𝕝 𝕖𝕩𝕡𝕣𝕖𝕤𝕠 𝕕𝕖 ℍ𝕠𝕘𝕨𝕒𝕣𝕥𝕤

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~𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧~

Cuando desperté a la mañana siguiente, había en el ambiente una definida tristeza de fin de vacaciones.

La copiosa lluvia seguía salpicando contra la ventana mientras me ponía los jeans y una blusa de cuello alto y manga larga.

Nos vestiríamos con las túnicas del colegio cuando estuviéramos en el expreso de Hogwarts.

Por fin, Hannah, Ginny, Hermaione y yo bajamos a desayunar.

Acabábamos de llegar al relleno del primer piso, cuando el señor Weasley pasó metiendo mucho ruido, con la túnica puesta del revés, me eché contra la pared, y desapareció de la vista a toda prisa.

Cuando yo y las demás entramos en la cocina, vi a Harry, Ronald, Fred y George sentados a la mesa y a la señora Weasley buscando nerviosa por los cajones del aparador («Tengo una pluma en algún sitio!», murmuraba) y al señor Weasley inclinado sobre el fuego, hablando con...

Para asegurarme de que mis ojos no me habían engañado, los cerré con fuerza y volví a abrirlos.

Semejante a un enorme huevo con barba, la cabeza de Amos Diggory se encontraba en medio de las llamas.

Hablaba muy deprisa, completamente indiferente a las chispas que saltaban entorno a él y a las llamas que le lamían las orejas.

—... Los vecinos muggles oyeron explosiones y gritos, y por eso llamaron a esos... ¿cómo los llaman? «pocresías». Arthur, tienes que ir para allá...—

—¡Aquí está!—dijo sin aliento la señora Weasley, poniendo en las manos de su marido un pedazo de pergamino, un tarro de tinta y una pluma estrujada.

—...Ha sido una suerte que yo me enterara. Tenía que ir temprano a la oficina para envíar un par de lechuzas y encontré a todos los de Uso Indebedi de la Magia que salían pitando. ¡Sí Rita Skeeter se entera de esto, Arthur...!—continuó la cabeza del señor Diggory.

—¿Qué dice Ojoloco que sucedió?—preguntó el señor Weasley, que abrió el tarro de tinta, mojó la pluma y se dispuso a tomar notas.

La cabeza del señor Diggory puso cara de resignación.

—Dice que oyó a un intruso en el patio de su casa. Dice que se acercaba sigilosamente a la casa, pero que los contenedores de basura lo atraparon por sorpresa.—dijo, como si no le diera cretidos a lo que decía.

—¿Qué hicieron los contenedores de basura?—inquirió el señor Weasley escribiendo como loco.

—Por lo que sé, hicieron un ruido espantoso y prendieron fuego a la basura por todas partes. Parece ser que uno de los contenedores todavía andaba por allí llegaron los «pocresías».—Explicó el señor Diggory.

El señor Weasley emitió un gruñido.

—¿Y el intruso?—

—Ya conoces a Ojoloco, Arthur. ¿Que alguien se acercó al patio de su casa en medio de la noche? Me parece más probable que fuera un gato asustado que anduviera por allí cubierto de mondas de patata. Pero, si los del Uso Indebido de la Magia le echan las manos encima a Ojoloco, se la ha cargado. Piensa en su expediente. Tenemos que librarlo acusándolo de alguna cosa de poca monta, algo relacionado con tu departamento. ¿Qué tal lo de los contenedores que han explotado?—dijo la cabeza del señor Diggory, volviendo a poner cara de resignación.

-Sería una buena precaución. ¿Ojoloco no usó la varita? ¿ No atacó realmente a nadie?-repusó el señor Weasley, con el entrecejo fruncido y sin dejar de escribir a toda velocidad.

𝓗𝓮𝓪𝓿𝓮𝓷 𝓟𝓸𝓽𝓽𝓮𝓻 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora