𝔹𝕖𝕒𝕦𝕩𝕓𝕒𝕥𝕠𝕟𝕤 𝕪 𝔻𝕦𝕣𝕞𝕤𝕥𝕣𝕒𝕟𝕘

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~𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐇𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧~

No pude pegar el ojo en toda la noche.

Me la pasé viendo el oscuro dosel de mi cama, agobiada por mis pensamientos.

No podía dejar de discurrir en que pasaría si encontraban a Sirius, ¿acaso eso era lo que sabía la profesora Trelawney?

¿A qué se refería Sirius al decir que el dolor en la cicatriz de Hannah y Harry se sumaba a una serie de extraños rumores que le han llegado?

Suponía que los rumores a los que se refería Sirius era lo ocurrido en los Mundiales de Quidditch y la Marca Tenebrosa invocada en el cielo.

Pero una cosa me llavba a pensar en otra...

Recordé la muerte de las dos personas que había visto unos meses atrás y que seguía recordando con tanta claridad y tan vivido como la primera vez que lo ví.

Harry y Hannah igual habían visto por medio de un sueño la muerte del anciano, en el cual habían participado Pettigrew y Lord Voldemort.

Y yo había dejado ir a Pettigrew y que se reuniera nuevamente con Voldemort.

Todos esos pensamientos perturbaron mi sueño, y, resignada a no poder dormir, me puse hacer garabatos en mi cuaderno.

A la pálida luz del alba Hannah se levantó y vistió (según ella discretamente y sin despertar a nadie), y bajó a la Sala Común.

Yo me quedé en la habitación hasta que dió la hora del desayuno.

(...)

—Le han contado una mentira, chicos.—Le espetó Hermione en el desayuno, después de que ellos nos contarán que le habían enviado una carta a Sirius diciéndole que no les había dolido la cicatriz que había sido imaginación suya.—No se imaginaban que la cicatriz les doliera y lo saben.—

—¿Y qué?—repusó Hannah con brusquedad.

—No queremos que vuelva a Azkaban por nuestra culpa.—Explicó Harry con voz ariada.

—Déjalos—le dijo Ronald a Hermione bruscamente, cuando ella abrió la boca para argumentar contra mis hermanos.

Y, por una vez, Hermione le hizo caso y se quedó callada.

(...)


Durante las dos semanas siguientes, intenté no preocuparme por Sirius, y agobiarme por Voldemort, Pettigrew y los dos muertos que había visto.

La verdad era que cada mañana, cuando llegaban las lechuzas, no podía dejar de mirar en busca de Hedwig, y al pensar en Sirius por consecuencia pensaba en lo demás, y por las noches, tampoco podía evitar representarme horribles visiones de Sirius acorralado por los dementores en alguna oscura calle de Londres, a Voldemort recuperando su fuerza, gobernando el Mundo Mágico cómo un neonazi y diciéndole a mis hermanos, amigos y patrino que yo ayudé a escapar a Pettigrew, y, también, cada que cerraba los ojos revivía la muerte del anciano y la mujer.

Entre una cosa y otra intentaba apartar mis pensamientos, pero era inútilmente imposible.

Hubiera querido que mis clases avanzadas y extras de Pociones, que el cuidado de mi planta belladonna (que hacía para obtener puntos extras en Herbología y no reprobar), que el tiempo que pasaba con Draco y su comportamiento extraño y adquirido desde tercer año, me distrajera, pero no.

𝓗𝓮𝓪𝓿𝓮𝓷 𝓟𝓸𝓽𝓽𝓮𝓻 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora