Podía ver tus ojos en cada pantalla de la ciudad, escuchaba tu nombre ser mencionado por cada persona que pasaba a mi lado, mientras decían lo increíble que eras, y todo lo que estabas logrando al lado de los seis increíbles chicos más. Oía tu voz c...
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Amira
Me quedo apoyada sobre la puerta del cubículo del baño hasta que esa mujer finalmente se va. Cierro mis ojos en un suspiro pesado en lo que mis pensamientos divagan en distintas emociones, las cuales se reducían a la evidente preocupación de todo lo que estaba sucediendo.
¿Como había llegado a esta situación? ¿Hasta dónde podía llegar la obsesión de estas personas, que sin saberlo, me arrinconaban a tanta tensión y preocupación?
Entendía su admiración por Jungkook y los chicos de Bangtan, cualquiera que conociera su arte y el corazón de cada uno de ellos por individual, realmente quedaría atrapado por sus esencias y matices. Pero, ¿por qué llegar a los extremos tan obsesivos y enfermizos? ¿Por qué acosarlos a tal punto de hacerlos sentir miserables por no poder hacer nada en contra de su obsesión? ¿Por qué interferir en sus vidas a un nivel que no solo los acosaban a ellos, sino también a las personas a su alrededor?
—Me frusta no poder defenderte... —Murmuro a mi misma mientras la imagen sonriente de Jungkook llena mi mente.
Casi de inmediato la frustración invade mi pecho.
Me toma unos segundos más tomar el valor para salir del baño, ya que me preocupaba que esa mujer aún estuviera a los alrededores y se diera cuenta que estuve todo este tiempo escuchando su conversación, situación que sería un problema más. Sin embargo, y afortunadamente, logró salir completamente sin ningún problema, ni indicios de que ella estaba cerca.
En cuestión de minutos me encuentro afuera de la cafetería buscando en mi teléfono un taxi que me llevara a la dirección que Jungkook me había enviado, y en donde estaría esperando por mi, también ansioso por todo lo que estaba sucediendo.
Casi de inmediato un señor toma mi viaje, a lo que la sensación de alivio llega nuevamente a mi. Al mirar la dirección que Jungkook me había enviado, reconozco al instante que no estaba tan lejos de aquí, de hecho, estaba bastante cerca.
—Esperaba que estuvieras más lejos... —Digo algo preocupada. —Creo que puedo irme caminando, así me relajo.
Rápidamente cancelo el viaje, y miro a mi alrededor por inercia, no obstante mi mirada se detiene en Neul, quién me miraba desde la planta alta de la cafetería, mientras bebía de su taza. Sin ningún tipo de paciencia le sostengo la mirada por unos segundos hasta que ella misma la parta.
No queriendo perder más el tiempo me giro y comienzo a caminar, sacando mis audífonos para acompañar el camino con un poco de música, la que siempre lograba relajarme en muchas maneras.
—¿Señorita Amira? —Una voz a mis espaldas, hace que me detenga y me gire para buscar a su dueño.
El enfermero de mi padre, Young-soo, cuya vestimenta era casual, estaba a unos cuantos pasos atrás mío, con su bolso deportivo cruzado y, al parecer, también escuchando música. Era la primera vez que lo encontraba fuera del hospital de una manera tan relajada, pero sin dejar de lado su habitual mirada neutral.
