Podía ver tus ojos en cada pantalla de la ciudad, escuchaba tu nombre ser mencionado por cada persona que pasaba a mi lado, mientras decían lo increíble que eras, y todo lo que estabas logrando al lado de los seis increíbles chicos más. Oía tu voz c...
Nota importante: Detalles sobre la vida de Amira, después de su beca para Londres, la estadía ahí y demás, se irán mostrando poco a poco, así que no se preocupen si algunas cosas no quedan claras conforme pasan los capítulos, eventualmente lo harán, hasta que llegue el punto de la historia en donde sabrán todo a detalle, de principio a fin, así que solo les pido paciencia hasta ese momento ❤️✨
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Amira
La brisa fresca recorría cada parte de aquella pequeña habitación, con mesas cortas y sillas del mismo estilo, para beber y comer en el suelo de forma cómoda y tradicional, pero más allá de eso, lo que impresionaba más de aquel Hanok, era su ubicación, y la increíble vista que tenía de la cuidad de Seúl a la distancia, pero especialmente la naturaleza abundante de al rededor. Hacia mucho tiempo que no presenciaba tal vista, no una qué me transmitiera esos sentimientos de nostalgia, serenidad, y por supuesto, la sensación de estar en casa. Era como si durante mucho tiempo había reprimido esos sentimientos de sentirme nuevamente cómoda en el país donde habia nacido, crecido, madurado, y del cual, hace casi dos años había despedido, para no volver, a excepción de dos ocasiones.
Durante la próxima hora, todo mi equipo hablaba entre ellos, mientras reían y bebían, tomando como tema de conversación cualquier trivialidad qué sugiera en el momento, por mi parte, trataba de seguir la corriente de su charla, pero ese día partícularmente me encontraba totalmente distraída, y por motivos qué no quería aceptar, mi ánimo se encontraba en una extraña combinación entre la nostalgia y la inquietud. Sentía varias emociones en mi interior qué creía haber enterrado hace mucho tiempo, pero que inesperadamente, estaban ahí, presentes, solo que tampoco quería divagar mucho en ellas, no ahora.
—¿Estas bien? —La voz de Hoin me saca de mis pensamientos, trayendome de vuelta a la realidad.
Hasta ahora me daba cuenta que en algún momento de la reunión me había apartado un poco del equipo, en silencio, pensativa y, posiblemente, con la mirada perdida en lo mismo.
Al notar la mirada preocupada de Hoin sonrío, afirmando.
—Lo estoy, solo me siento un poco cansada de tantas reuniones durante esta semana.—Le sonrío, acomodándome en mi lugar.
Hoin hace una pequeña mueca.
—Me refiero a este día, a volver a escucharlo luego de casi dos años... —Ante la pregunta directa guardo silencio unos segundos.
Su voz era igual, nada había cambiado, pero de alguna manera, no se sentía como él mismo. Durante la conversación con Euntalk, quien se había apodado así mismo Lewis, y Michael, pude sentirlo más liberado y relajado, igual a la primer vez que lo conocí, solo que más maduro, algo totalmente distinto a como estaba en la última fase de nuestra relación, claro, tenía mucho que ver en la carga que teníamos ambos en ese momento, pero definitivamente era otra persona.
