Podía ver tus ojos en cada pantalla de la ciudad, escuchaba tu nombre ser mencionado por cada persona que pasaba a mi lado, mientras decían lo increíble que eras, y todo lo que estabas logrando al lado de los seis increíbles chicos más. Oía tu voz c...
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Miro fijamente a mi padre, con mis brazos cruzados frente a mi pecho. Sentía como mi respiración iba deprisa y la sensación de angustia invadía cada parte de mi corazón, en lo que inevitablemente mi mente viajaba a escenarios desastrosos ante todo lo sucedido a mis espaldas, las cuales ni él, ni Hoin pensaron cuidadosamente y solo actuaron con impulso.
—Papá, ¿si entiendes las consecuencias de esto que le pediste a Hoin podrían traernos? —Digo mirándolo fijamente, sin embargo, mi mirada hacia él jamás podría ser una dura.
Mi padre, quien se veía algo cansado, también me mira, desde una posición bastante tranquila, tomando un té.
—No veo como el inscribirte a la competencia de Arte sea un problema para la familia, hija. —Ante sus palabras, no puedo evitar abrir mis ojos incredulidad.
Respiro profundamente, cerrando mis ojos para tomarme un momento en responder en un tono adecuado.
—Papá, al inscribirme en esta competencia requiere de demasiado tiempo, ese tiempo que prefiero invertirlo en ti. —Digo casi en un tono suplicante.
Había quedado totalmente anonadada cuando Hoin me escribió para confesarme qué mi padre había llenado el formulario en mi nombre para la competencia, ese qué había encontrado en mi habitación, y que además, había tomado una de las tantas pinturas que tenía en mi antigua habitación, qué la entrega de esta, era el sello final para comenzar a competir, y le había pedido entregarla a las oficinas de la Universidad.
Según Hoin, no pudo negarse al pedido de papá, y más allá de eso, estaba totalmente de acuerdo con él. Así que solo se disculpó por ello, pero según él, no se arrepentía.
Por un lado me molestaba que ambos hicieron eso sin mi consentimiento, no porque no anhelara esa oportunidad, si no porque todo era mucho más complicado y complejo qué eso. A Hoin no lo culpaba ya que habían muchas cosas que él aún no sabía, y a mi padre tampoco, pero al menos esperaba más compresión de papá, del porque me negaba a siquiera participar.
