(Angie)
La cabeza me da vueltas y solo el aire fresco que golpea mi cara logra sacarme de la confusión en la que estoy, ya no estamos en la disco, Subaru me rodea los hombros con un brazo y ambos caminamos con cierta torpeza, intento hacer un recuento de los minutos anteriores pero simplemente es como si hubiera estado perdida en alguna dimensión distante, alguien que va delante de mi tropieza y cae quedando apoyada en manos y rodillas, su acompañante suelta una risa pero de inmediato le ayuda a levantarse, ella se queja de haberse lastimado un tobillo así que opta por quitarse los zapatos.
—¡¿Esto es una broma?! Las mujeres son unas maestras en el arte del engaño, note que eras bajita pero eres toda una enana —incluso yo termino riéndome mientras me cubro la boca, Marian va a matarme por esto pero lo más gracioso es que gracias a los zapatos incluso me veo un poco más alta que mi acompañante.
—Pero tú no eres muy alto que digamos ¿De qué te burlas? Apenas mides 1.70 o algo así, búrlate cuando crezcas un poco mas —le discute mientras amenaza con lanzarle un tacón pero al contrario de ofenderse se le va encima y la estruja como si de una muñeca se tratase.
—Siente la diferencia y admite que eres una enana.
—Déjame en paz, eres puto y me puedes contagiar algo, no me... -él continuaba estrujándola en medio de la acera sin impórtale nada, por otro lado mi compañero me obligo a pasar de ellos y poco a poco los fuimos dejando atrás.
—Sera mejor no meternos en ese problema —comentó para luego entablar una conversación sin sentido alguno que igual me hace reír, dejamos la avenida para terminar caminando por una calle pequeña, llena de locales con luces brillantes, entramos a un lugar totalmente calmado, demasiado para mi gusto.
—¿Dónde estamos? Ya debería irme a casa.
—Quiero estar a solas contigo un poco mas —se torna a mirarme y me regala una sonrisa de esas que te hacen suspirar, termino asintiendo como respuesta a que acepto su compañía, pronto esta guiándome a través de un pasillo, todo cada vez más calmado y agradable, abre una puerta y pronto me encuentro en el interior de una impecable habitación, mi cerebro al fin logra analizar toda la información para poder develar las intensiones de Subaru, me giro para salir del lugar pero me estrecha entre sus brazos.
—Tranquila solo hablaremos un rato —cierra la puerta con ayuda de un pie para no soltarme.
—¿Luego me dirás ¨Solo la puntita¨? —acuna mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarlo.
—Y luego tu me pedirás todo —ruedo mis ojos he intento apartarme pero solo termino tropezándome y sigo entre sus brazos, —Es broma, ¿acaso nunca has querido entrar a uno de estos lugares? —me da espacio y camina hasta la cama para sentarse en el borde, doy un leve vistazo a la habitación, está bien decorada, llena de colores rojos que evocan la pasión, me paseo despacio hasta centrarme en una maquina, visualizo algunos objetos relacionados con explicito sexo, —¿Quieres alguno en especial?
—Subaru no mezcles las cosas —me giro a verlo, su expresión de que no rompe un plato me pone nerviosa y termino balbuceando —Es cierto que soy tu fan pero no pienso acostarme contigo ¿Esta claro?
—No te estoy viendo como una fan, eres una mujer divertida y hermosa, me atraes ¿es tan difícil de comprender? —me quedo boquiabierta, paso las manos por mi cabello ¡No juegues a si conmigo! —Prometo que ambos lo disfrutaremos —enarca una ceja y se levanta para acercarse de manera peligrosa, coloca sus manos en mi cintura, sus labios recorren mi mejilla derecha para terminar apoderándose de mi boca en un beso lento, dándome a probar su lengua impregnada de sabor a licor.
—Su-Subaru, detente —murmuro levemente entre besos el toma una débil distancia, sé que no piensa darse por vencido y ni voluntad de rechazarlo no es tan fuerte, con esa sonrisa es capaz de comprar mi mundo, sus labios naturalmente rosáceos me invitan a besarlo nuevamente, a probar ese licor embriagador que es su boca, no me contengo y esta vez soy yo quien termina casi abalanzándose sobre él, me despoja del abrigo y yo del el suyo, mis manos temblorosas buscando donde posarse mientras ya él va un paso adelante, el cierre de mi vestido emite un ruido al ser bajado de una sola vez, pronto sus dedos juguetean con la piel de mi espalda y se abren paso apartando la tela, continua apartando la molesta prenda hasta que esta baja por mis piernas, se distancia y casi de manera inconsciente me cubro los pechos.
ESTÁS LEYENDO
Estrella oxidada.
FanfictionUn artista es una persona capaz de llenar tu vida de colores, es una figura prácticamente idolatrada que admiras como si en un pedestal de cristal reposara, una inspiración para tus días, un amor para tus fantasías. Pero no todo lo que brilla es oro...