Cap 5: La deuda.

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(Marian)

Las tardes son totalmente aburridas a pesar de estar es esta maravillosa ciudad pero simplemente no me gusta salir sola, prefiero quedarme en la biblioteca de la universidad adelantando deberes o simplemente leyendo hasta que mis ojos no dan para más, al llegar a casa preparo la cena y cuido de que todo este en perfecto orden, soy un poco meticulosa con la limpieza gracias a mi madre pero Angie está encantada, solo llega a comer y a charlar conmigo, ella no es muy ama de casa que digamos, pero igual a mi no me cuesta hacer estas cosas.

—Salgamos este domingo ¿te parece? —ambas sentada alrededor de una pequeña mesa ratonera, disfrutando de la sencilla cena.

—Lo siento, no puedo —me extraña su respuesta.

—¿Por qué no? Se supone que estas libre —hago una pausa, veo como baja la mirada y se atiborra de arroz —¿Estas saliendo con alguien? —se ahoga violentamente así que me levanto para darle palmadas en la espalda hasta que recupera el control —Pensé que no había secretos entre nosotras.

—No es eso... —vuelvo a mi lugar y ella esta cabizbaja, —Es complicado.

—El otro domingo te quedaste fuera, no es complicado, si estas saliendo con alguien solo dímelo, igual no es algo malo.

—Es muy malo, temo que me golpees —intento sacar conclusiones por mi misma pero es difícil predecir a Angie, es muy reservada con esas cosas, seguramente será alguien de su trabajo ¿Qué tiene de malo?

—¿Muy malo? ¿Acaso sales con un hombre casado? ¿Con un estudiante? ¿Con un Yakuza? —ella niega ante mi lista de malos hombres.

—Peor.

—¡¿Qué es peor que un Yakuza?! —y mi mente se ilumino al recodar decenas de documentales acerca de ciertos lugares que quiero visitar —¡Es un Host!

—¡No! —chasquea la lengua y totalmente resignada me lanza una mirada digna de lastima —Su-Subaru —y ahora me siento como en medio de una tormenta de nieve aunque jamás he estado en una, en mi país con suerte y llueve.

—¿Subaru? ¿Ese Subaru? ¿El Subaru vocalista de Royz? —asiente a regaña dientes y yo realmente siento ganas de estamparle la cara contra la mesa unas 15 veces hasta que reaccione, pero solo me levanto y voy al balcón, necesito tranquilizarme, debo pensar cuidadosamente lo que debo decir, hay que tener cierto grado de tacto para tratar a Angie —¡¿Estás loca?! ¡¿Cómo puedes estar enredada con ese tipo?! —pero yo no poseo esa cualidades.

—¡Sabia que me ibas a regañar por eso no quería decirte nada! —solo me quedo admirando la calle, estoy totalmente atónita, la conozco, ella no es el tipo de chica que tiene sexo casual, pero ahora; me ofrece mi caja de cigarrillos y el encendedor, lo tomo de mala gana —Se que es una locura, incluso yo me siento terrible por esto.

—Angie, no es que sea malo, el problema eres tu —coloco un cigarrillo en mis labios y lo enciendo, doy una calada y exhalo lentamente —No estás hecha para estas cosas.

—¿Por qué no? ¡No me trates como si fuera inferior a ti!

—¡No es eso! Para de una vez con el drama, si te digo las cosas es porque sé cómo eres, Subaru no es para ti ni para ninguna mujer —frunce el seño y sé que esta discusión se pondrá más fuerte, ella está totalmente prendada por él.

—¡Se cuidarme! ¡No es como si fuera a enamorarme de Subaru, yo también busco divertirme un poco para que no te quejes de lo aburrida que soy! —su voz cada vez más alta, haciéndome enojar, solo dejo el balcón tomo un abrigo y prefiero dar una caminata para calmarme a pesar de que Angie sigue discutiendo.

Estrella oxidada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora