Cap 29: 48 horas.

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(Marian)

—¡¿Qué te crees para desaparecer asi?! ¡No he pegado ojo en toda la noche mientras tú estabas de lo más feliz! —le grito apenas la veo entrar, ella tan solo se paraliza, esta vuelta un completo desastre.

—Lo siento, Mari.

—No me jodas Angie, eres una maldita desconsiderada ¿Qué coño crees que soy? —me recargo en la puerta de la habitación.

—Ya me disculpe, de verdad lamento no haber avisado, igual seguro dedujiste que fui con Subaru —menciona mientras se libra de sus zapatos.

—¿Y no podías avisar? Al menos dejar una nota, enviar un mensaje ¡Lo que sea! Te vas en plena noche lluviosa y no quieres que me preocupe ¡¿Y si te pasaba algo?! —me exaspero al verla tan tranquila.

—Deja de exagerar, es un país seguro deja los traumas atrás.

—¡¿Tu que sabes?! Además solo te fuiste para estar con ese...

—¡Marian tu no eres mi madre! Además deja de ser tan cara dura que cuando se te pega la gana llegas a la hora que quieres y sin decir una mierda, no estoy de humor para tus sermones yo sé cuidarme sola —pasa a mi lado casi apartándome.

—Perfecto —me torno hacia ella pero muy tranquila se pone a buscar una toalla y a deambular por la habitación —Pero cuando te vuelvan a botar ni vengas a llorar en mi hombro como la gafa que eres, es mas, para ahorrarme tanta estupidez mejor como que pienso en mudarme.

—Haz lo que te dé la gana, para pesimista yo, no me hace falta que tu también pongas mas piedras en mi camino, querida amiga mía —se encierra en el baño mientras yo chillo de exasperación, ya que estoy alistada me marcho a la universidad con todo el mal humor con el que se puede empezar un día, traigo una cara de ogro peor que la de Sherk con la que paso todo el día, tal vez por eso ningún puto profesor se atreve a preguntarme ni la hora.

—Marian, toca estudiar esta tarde —ordena Ryu como el dictador que es mientras cada quien guarda sus libros.

—No estoy de humor, prefiero hacerlo por mi cuenta.

—Cualquiera que se cruce en tu camino se da cuenta que no estás de humor ¿Te ha terminado tu novio? —gruño.

—Mucho menos estoy de humor para tus chistes, si necesitas alguien a quien molestar ¿Por qué no te consigues una novia? Seguro que te hace falta —me fulmina con la mirada, termino de guardar mis cosas y me marcho; tengo demasiada tensión en el cuerpo así que voy a los probadores donde suelo cambiarme para ir a correr por todo el campus como una desquiciada, lo hago hasta que mi respiración se vuelve dolorosa, hasta que incluso las piernas amenazan con fallarme ¡Estúpida Angie! ¡¿Acaso cree que no soy capaz de mudarme?! Mas necesita Juan a Pedro que Pedro a Juan ¡Que le den! Continúo a duras penas, solo me detengo al tropezar, quedo tirada sobre el pasto por un instante hasta que me doy vuelta para fijar la mirada en el cielo que se tiñe de naranja para dar paso al atardecer, de nuevo recuerdo nuestra discusión ¿Por qué no puede entenderlo? Lo único que quiero es protegerla. Odio el regresar a casa es inevitable el toparme con ella, solo me toca ignorarla para no discutir de nuevo, paso directo al baño a asearme y luego me instalo a estudiar tal como prometí al fastidioso de Ryu.

—Estas comportándote como una niña ¿lo sabías? —hago como que si no escuche absolutamente nada —Me disculpe por salir sin avisar ¿Por qué tienes que exagerar tanto la situación? —sigo pegada a mis apuntes —Creo que lo que te molesta es que fui con Subaru.

—Me importa una mierda tu vida personal, déjame estudiar —intento cortar la charla.

—No seas obtusa, ponte un poquito en mi lugar ¿Jamás has hecho locuras por amor? —se sienta muy cerca.

Estrella oxidada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora