Estrella oxidada.

Cap 33: Esos problemas cotidianos...

(Angie)

—Déjame en paz Baru ¡Dije que basta! —siempre pero siempre que me dispongo a hacer un oficio de la casa donde mis manos se encuentran ocupadas como ahora que estoy lavando los platos, el rubio se pone como un virgen a tocarme las tetas de todas las formas posibles —Te comportas como un puberto—pero no hace mas que reír y darme besos en la cabeza mientras sigue apretujando mis pechos.

—No puedo evitarlo, se sienten muy bien —suspiro ya dándome por vencida, igual nunca puedo ganarle en estos asuntos —Deberíamos tener una cita, nos hace falta pasarla bien —ya paso un mes o mas desde lo sucedido, estamos a mitad noviembre, no puedo creer que el tiempo pase tan rápido.

—Recuerda que igual no puedes hacer demasiado ajetreo —recalco mientras voy secando algunos vasos.

—Pero quiero ir a Disneyland el domingo, ya me siento bien, no seas aburrida —hace pucheritos y yo solo gruño —¿Acaso tendré que convencerte de otra manera? —su diestra asciende de manera demasiado peligrosa, buscando meterse entre mi ropa interior a lo que chillo y me retuerzo en busca de que me deje en paz.

­—¡Esta bien! ¡Esta bien! Pero ya déjame terminar —por suerte atiende mis suplicas aunque celebra el haber ganado, yo solo bufo un poquito molesta por sus métodos tan rastreros para conseguir las cosas —Deberíamos invitar a Kuina y Marian, supongo que tambien querrán divertirse un poco —ahora que estamos distanciadas es muy difícil el pasar tiempo con la morenita, entre mi trabajo y ahora comportarme como una novia, mi vida social se ha visto un poco afectada.

—Bueno, le diré a Kuina a ver si se animan y están libres ­—va por su celular y así puedo secar los platos en total calma mientras me detengo a pensar, aun no asimilo el que este viviendo con Jouji, tantas cosas malas tuvieron que pasar para que al fin esto pudiera pasar, pensé que él me lo pidió al sentirse obligado por lo del ataque, pero es gracioso que nos llevemos demasiado bien, discutimos por tonterías pero del resto es muy agradable el conversar sobre cosas buenas del pasado, el hacernos pequeñas bromas, creo que es mas el tiempo que pasamos riendo que enojados, esto es una relación normal de pareja, o eso creo ya que es la primera vez que estoy viviendo con un chico, me gustaría saber como le va a Marian, me imagino que se la pasa peleando todo el tiempo.

Antes de irme a dormir logre quedar con la morena para hablar antes de la cita doble, pues los chicos tenían un pequeño compromiso así que quedamos de encontrarnos en el parque, hacia como 2 semanas que no nos veíamos y al ultima vez fueron unos breves minutos que casi nos alcanzo para saludarnos; Subaru se fue luego del supuesto almuerzo que prepare, el arroz me quedo un poco salado y si el rubio no apaga el fuego terminábamos comiendo carbón, en esos momento me odio por no aprender cuando estaba en casa con mamá, pero no, porque siempre creía que iba a estar con ella, incluso mis primeros días en Japón me la pase llorando porque llegue a repudiar la comida instantánea y la congelada.

­—No me puedo creer que llegues 15 minutos tardes —le reclamo a la morenita que llega como si nada.

—No quiero perder mis costumbres ¿Ahora que vives con un japones estas abandonando tus orígenes? ­—frunzo el ceño.

—Apuesto que a Kuina no le llegas pero ni un segundo tarde porque quien sabe que cosas te haría —me enseña la lengua de modo infantil para ser ella quien me rodee con sus brazos.

—Te extraño mucho —me desarmo en cinco mil pedazos pues no me esperaba esto, igual le correspondo con mucha fuerza.

—¿Que pasa contigo? Ahora eres una osita cariñosita, no me hagas esto que voy a llorar —demasiado tarde porque se me quiebra la voz y no la suelto por varios minutos ­—¿Que le hiciste a tu cabello? Dios mio has cambiado mucho en estas 2 semanas que no te veía ¡Eres pelirroja!