(Marian)
-Pequeña perra es hora de que te levantes-me acurruco a un mas, estoy cansada por estarme toda la noche pendiente de Kuina.
-¿Qué hora es? ¿Te sientes mal? -me tapo hasta la cabeza.
-Son las 7 de la mañana y estoy bien por ahora -me abraza y empieza a toquetearme hasta hacerme cosquillas, termino por quejarme pues muero de sueño -Tengo que ir a grabar así que levántate.
-Pues lárgate, yo me iré más tarde, déjame dormir un poco mas -a duras penas forcejeo para mantenerle las manos quietas pero cada que hunde sus dedos en mis costados, chillo y me retuerzo -Yuu deja de joderme, no he dormido casi nada, eres un maldito desconsiderado.
-¿Qué son esas palabrotas? -me deja en paz por un instante pero es solo para arrancarme las cobijas, hago una pataleta incluso lloriqueo es que estoy tan cansada que ni puedo abrir los ojos, le escucho reír -¿Dónde se ha visto una doctora con la almohada puesta? Tienes que cumplir con tu trabajo, me acompañaras hoy.
-Pero has dicho que te sientes bien.
-¿Y si me da fiebre de nuevo? -ya no me queda otra opción que acompañarlo, le digo que se aliste primero así aprovecho de desperezarme, pero en cuanto me deja sola termino por quedarme dormida otra vez; siento un peso sobre mi espalda, de pronto hace frio -¿Todo tengo que hacerlo por las malas? Si que te gusta ser maltratada -gruño pero termino por chillar cuando me clava un mordisco en un hombro.
-¡Yuu! Lo entiendo ya estoy despierta, duele, duele -chillo pero no me suelta, incluso aplica más fuerza y siento que me arrancara un trozo -¡Duele mucho no seas tan bruto! -me retuerzo pero eso solo empeora mi dolor, continuo suplicando hasta que se apiada de mi alma y me suelta, deja que me levante, termino sentada sobre el borde de la cama intentado calmar mi dolor masajeando el área afectada.
-Eres una llorona -hago un puchero, mientras observo cómo se pasea en toalla por toda la habitación buscando que ropa ponerse, su cabello empapado hace que las gotas de agua resbalen por toda su espalda tatuada, me incita a que me levante y le abrase solo para sentir la suavidad de su piel más el delicioso aroma a jabón que desde acá puedo percibir, termino por soltar un descuidado suspiro que retumba por toda la habitación, se torna hacia mí de inmediato y claro que me cacha mirándolo como idiota embobada -¿Y ese suspiro? -sonríe ampliamente pues seguro el ego se le ha disparado como un cohete, intento disimular pero toda la sangre se me ha ido a la cara.
-Fue un bostezo -cual bala perdida me voy al baño para alistarme, en la ducha discuto conmigo misma por andar soltando tanta debilidad junta, además medito el hecho de que no se qué diablos le fisgoneo a Kuina ya que... supongo que a mi me parece muy lindo. En menos de 20 min estoy vestida y luchando con mi cabello, sería feliz si se quedara húmedo todo el día, pero apenas se seca parezco recién salida de un incendio o que me electrocute, me peino he intento arreglarlo de las mil y una forma pero termina frustrada, así que me doy por vencida, voy a la sala para alistar mi bolso con las cosas necesarias -Si tienes tiempo me llevas a un salón de belleza o a comprar unas tijeras.
-No te cortaras el cabello.
-¡Si lo hare! Además es mi cabello -me fulmina con la mirada y luego me hace señas de que me acerque lo cual hago con un poco de miedo, me obliga a darle la espalda con la brusquedad que lo caracteriza, me pregunta si tengo algo para atar mi cabello así que asiento, me peina con los dedos esta vez siendo bastante gentil y al parecer empieza a hacerme una trenza, al final le tiendo la bandita.
-Ya esta -corro a mirarme al espejo, una perfecta trenza mantiene toda mi melena en su lugar, me sorprende bastante ya que ni yo podría haberme peinado de semejante manera aunque luchara por unas 3 horas -¡Se me hace tarde! Si me reclaman descargare mi furia en ti.
ESTÁS LEYENDO
Estrella oxidada.
FanfictionUn artista es una persona capaz de llenar tu vida de colores, es una figura prácticamente idolatrada que admiras como si en un pedestal de cristal reposara, una inspiración para tus días, un amor para tus fantasías. Pero no todo lo que brilla es oro...