Estrella oxidada.

Cap 28: Espinas y rosas.

(Marian)

Como de costumbre hoy sábado llego temprano a casa de Kuina, no había venido desde antes de vacaciones, tal cual espere no está todo tan limpio como yo lo estaba manteniendo, doy un hondo suspiro y alguien sale a recibirme, es la gata consentida que se enreda entre mis piernas mientras maúlla, me pongo en cuclillas y la saludo acariciando su cabeza, de inmediato se acuesta solo para que yo siga dándole mimos así que no me niego, prefiero los perros pero tampoco es que odie a los gatos, la hago ronronear y retorcerse pero de un momento a otro me clava las uñas, rápido retrocedo por el dolor mientras que ella huye como carterista, en definitiva me quedo con los canes, ellos son mas dóciles, fieles y amorosos; el dueño de la casa menciono que llegaría hasta caída la tarde pero que igual debía venir temprano porque hay un montón de quehaceres atrasados, voy a la nevera a tomar una lista que siempre suele dejarme.

—Lavar la ropa, quitar el polvo, limpiar el baño, limpiar la cocina, ordenar mi closet, barrer y limpiar el piso —alguien tendrá que pagarme, bebo un poco de agua antes de poner manos a la obra, por suerte sigo acostumbrada a hacer todas estas cosas, mientras avanza un ciclo de lavado hago otra tarea, pico algo de la nevera casi desierta a la hora del almuerzo y continuo hasta dejar todo reluciente, la hora se me fue volando ya casi cae la tarde así que corro a darme una ducha ya que con tanto ajetreo estoy apestando, en cuanto salgo me topo con que aun debo doblar y guardar la ropa, lo hago aun estando en toalla, en cuanto cierro el closet para dar por terminadas mis labores alzo la vista y notó algo encima de este, rápido busco algo para subirme y así alcanzar mi objetivo, me encuentro con un libro, unas revistas, algunas hojas y un block de notas, bajo todo para sentarme en el piso a husmear, se me sube un poco la sangre al rostro, todo es contenido +18, un libro sobre sadomasoquismo, lo hojeo, me doy cuenta que de verdad en un materia informativo, ahora paso a las hojas, parece información sacada de internet, dominación y sumisión, deberes, derechos, practicas, rituales, este hombre está bastante aferrado a este tema, ahora el block de notas, es la deforme letra de Kuina tendré que ponerlo a hacer caligrafías, fantasías sexuales, esto si que esta bueno de leer.

—Deberías usar las gafas o terminaras metiéndote en las hojas —me sobresalto, el corazón se me sube a la garganta al verlo recargado en el marco de la puerta observándome -¿Esta interesante la lectura? Claro que si, lo suficiente como para que no notaras que llevo un rato aquí -cierro el cuaderno de inmediato.

—Solo curioseaba un poco —recojo todo, pero él se acerca y termina por sentarse frente a mí.

—Está bien, es bueno que te eduques porque hasta ahora solo demuestras ser una mujer que le gusta el sexo rudo.

—¿Qué? Igual también lo disfrutas.

—Podría encontrar a una mejor, una que si me satisfaga como deseo —toma las guías y busca algo —Una sumisa debe ser, respetuosa, humilde, sincera, culta, debe aceptar sus errores, debe escuchar, debe esforzarse y lo mas importante, debe ser obediente —me mira, en sus labios se dibuja una sonrisa burlona —Y tu eres una zorra, mal educada, ególatra, mentirosa, cerrada, huyes de tus errores, eres holgazana y una insoportable de mierda.

—Pero igual me dejo azotar y esas cosas ¿Que mas quieres? -menciono entre dientes, sus acusaciones no me gustan ni un ápice.

—Quiero todo de ti —se me viene encima, busco retroceder pero esto siendo pegada contra el armario -Quiero tu cuerpo, tu voluntad, tus sentimientos, todo Marian -mi respiración se torna pesada, rosa sus labios contra los mios —Entrégate a mi de una vez por todas, se que lo deseas.

—¿Y que ganó yo? Porque hasta ahora todo...

—Silencio, hasta ahora nada, porque no me has dado nada ¿Que ganas? Libertad, aunque parezca ilógico me da un leve beso, uno tan delicado que sus labios apenas tocan los míos para luego levantarse —Sigue leyendo, incluso te dejare saber mis fantasías, muchas de ellas las escribí pensando en ti —se aleja, lo veo tomar una toalla y meterse al baño, de inmediato me levanto para vestirme con un cómodo pijama, me hago con el material que antes leía y lo dejo sobre la mesa de la pc, es hora de ir preparando la cena pero frente a la desértica nevera no tengo idea de que preparar, así que me voy al sofá a ver la TV en espera de que Kuina salga de baño porque yo si respeto la privacidad de las personas, cambio de canales y no hay nada interesante que ver, voy a por mi interesante lectura para seguir curioseando, ¿Que libertad hay en someterse a una persona? No importa por donde lo mire, sigo sin entender sus palabras, indagó en sus fantasías las cuales se basan en tener casi una mascota, demasiados juegos de roles, fetiche con la ropa en exceso, perforaciones, tatuajes, humillar, creo que empiezo a sudar, seguro las mas ofensivas están inspiradas con mi imagen... —Veo que si te interesa el tema —otra vez me pega el susto de mi vida, anda en toalla y aun goteando agua.