(Angie)
Deseo irme a casa pero parece que el cielo se va a caer a gotas, bendito clima de Japón, se supone que ya comenzó el verano y las lluvias no quieren parar, me encanta el clima fresco, pero el cambio tan brusco me ha provocado un resfriado que apenas estoy pasando, reviso mi celular y no hay nada nuevo, hace como una semana que los mensajes de mi novio se cuentan con los dedos de una mano, se supone que pronto terminara la gira, que volverá a casa, pero su pequeña ausencia alborota a la pequeña voz de la ansiedad que me grita miles de cosas nada bonitas mientras yo pretendo hacerme la sorda; necesito volver a casa antes de ponerme a llorar acá en la escuela, así que me armo de valor, abro el paragua y me aventuro bajo la lluvia torrencial, las gotas salpican mis piernas y a tan solo 2 cuadras ya mis zapatos están mojados pero continuó hasta la estación de tren donde el piso es tan liso que resbalo y caigo como un costal de papas, atraigo miradas disimuladas mientras tomo mis cosas aguantándome las lágrimas, pero a pesar que me di un buen golpe, mi depresión no es por ello; el vagón está repleto, me quedo aplastada como una sardina enlatada, nuevamente mis ojos se empañan, pero me trago ese sentimiento, hasta que luego de los eternos 15 min más otra caminata, llego a casa, donde me despojo de la maldita ropa mojada y me tiro en la cama a llorar abrazando las almohadas.
—Prometiste confiar en él —me digo a mi misma entre sollozos, se me va la vida llorando hasta que me cubro con las mantas y me quedo dormida ante el cansancio mental.
—Nena —escucho un susurro, siento caricias y al suspirar percibo un perfume masculino muy conocido —Estoy en casa, despierta al menos unos minutos —besa mi mejilla a lo que abro los ojos, la luz me cega por un instante pero al incorporarme y recuperar la lucidez reconozco el rostro del rubio a lo que parpadeo incrédula —Quería que fuera una sorpresa pero nos retrasamos en el camino por la lluvia y he llegado bastante tarde —me peina con los dedos.
—Baru —mi voz se vuelve un hilo y al instante le salto encima para abrazarlo con fuerza, quiero volverlo uno con mi cuerpo, es un pensamiento retorcido pero así es el amor, esta vez estoy llorando pero de pura felicidad —Debiste avisarme igual, estoy vuelta un desastre y no te hice de cenar.
—No importa —frota mi espalda desnuda —Es un atuendo hermoso el que traes —si, me quede dormida solo en bragas, pero me importa un comino, solo quiero tenerlo así, aspirar el olor de su cabello, de su cuello y que me abrace —Traje de cenar, pero antes iré a ducharme —me aparta con cuidado a lo que abulto los labios.
—¿Puedo entrar contigo? —me sonríe al instante y asiente así que espero que se despoje de toda su ropa para yo sacarme las bragas y seguirlo a la ducha, bajo el agua tibia, aunque sea estrecho lo disfruto, porque amo ver como su cabello se empapa y el agua corre por su cuerpo, le ayudo a restregar su espalda a lo que me devuelve el favor sin contenerse a tocar mis pechos con la excusa de que los está enjabonando —Te extrañe mucho y más estos últimos días que casi no me escribías —me abraza por detrás, su cuerpo está muy resbaloso.
—Lo siento, estaba muy ocupado y agotado, pero también te extrañe —me giro a mirarlo y acuno su rostro entre mis manos.
—¿Todo bien durante la gira? —sonríe y pega su frente a la mía.
—Celosa, no estuve con otra chica —me siento aliviada y avergonzada —Prometiste que confiarías en mí, debería enojarme contigo.
—Perdóname —le planto un pequeño beso y luego no deja escapar mis labios, se funde en ellos, despacio, su boca está más caliente que el agua tibia que se derrama sobre nuestros cuerpos, acaricio su nuca y sus cabellos mojados; me coloca contra la pared mientras besa mi cuello, se acomoda entre mis piernas, busca mi entrada para deslizarse con suavidad, a lo que me aferro a él, flexiono una de mis piernas a la altura de su cadera y la sostiene, así tiene más facilidad para moverse, me muerdo los labios porque quiero escucharlo gruñir y suspirar, parece que lo necesita más que yo, no se contiene al embestirme con fuerza, terminando demasiado rápido, se queda así, apretándome contra la pared.
ESTÁS LEYENDO
Estrella oxidada.
FanfictionUn artista es una persona capaz de llenar tu vida de colores, es una figura prácticamente idolatrada que admiras como si en un pedestal de cristal reposara, una inspiración para tus días, un amor para tus fantasías. Pero no todo lo que brilla es oro...