(Angie)
Delicado y cálido, así es este inocente beso que no busca exigir nada mas, es como un intento desesperado por consolarme en el cual termino refugiada, cierro mis ojos para dejar que el castaño continúe pegado a mí, se atreve a abrazarme cariñosamente, mis lagrimas vuelve a resbalar por mis mejillas, me odio en este momento por estar pensando en Subaru mientras beso a Kento, pero ¿Por qué mi rubio no puede ser así?
—¡Tokio sí que es pequeño! —nos separamos de un salto y termino paralizándome al notar quienes nos interrumpe, es esa odiosa mujer quien en estado de ebriedad casi se cae por tanto reír y el dueño de mis penurias quien no está muy complacido con lo que presencio —Que pena me da esta chica, buscando consuelo en brazos de tu gemelo poco talentoso —se me pasa el efecto del alcohol de una porque tal vez puedo tolerar que me insulte a mi pero a Kento que es inocente de todo ¡No!
—Qué pena da una vieja que se revuelca con un jovencito, eso sí que es vergonzoso —de improvisto busca acercase tal vez para golpearme pero Subaru la detiene.
—Vamos Angie, te acompañare a tomar un taxi —el castaño me sujeta de un brazo y me hala para sacarme de la incómoda escena.
—Oe Kento, luego hablaremos sobre esto.
—No hay nada que hablar Jouji, sabes bien lo que has causado —y esa es lo única conversación que intercambian los gemelos, pronto estoy sumida en mis revueltos pensamientos, sintiéndome aun peor porque al parece a alguna entidad divina le molesta que yo sea feliz un día entero, siempre tiene que pasar algo, con lo bien que la estaba pasando —Lo siento, no debí besarte —esta cabizbajo incluso lo noto un poco avergonzado, es tan tierno.
—Igual yo me deje besar, la culpa es de ambos —no quiero arrepentirme de lo que paso, no mientras el rubio andaba de parranda sin ningún remordimiento de conciencia y yo me embriagaba para matar mi pena—Lo que dijo esa mujer no es verdad, sé que no eres él aunque se parezcan, así que no...
—Lo se y me alegra saberlo, eres una chica tan dulce —me detengo en seco y él junto a mi, nos miramos, me ganan los nervios pero tengo que decirlo aunque tal vez estoy malinterpretando las cosas, con sutileza me acomoda un mechón de cabello rebelde tras mi oreja —Angie deberías dejarlo antes de que sea peor, yo estaré al final del camino para consolarte.
—Ya soy un caso perdido, estoy enamorada de tu hermano y no soy tan buena como dices, lo siento mucho —antes de que pueda pronunciar palabra me aventuro a correr tan rápido como mis torpes pies me lo permiten ¿Me arrepentiré algún día de esto? Tal vez, pero no puedo incluirlo en mi vida porque sería un desastre. Logro tomar el último tren de la noche, en el camino mi mente sigue dándole vueltas al asunto y en cuanto llego me topo con mi compañera en pijama pegada a un montón de apuntes, le saludo y me tomo mi tiempo, me doy un baño, alisto mi pijama nada sensual, para así poderle soltar toda la sopa a una demacrada morenita que parece un zombie pero aun así tiene la energía suficiente para el chisme.
—¿Cuándo le puedo pegar a Subaru? —la fulmino con la mirada y ella infla las mejillas.
—Marian pegarle no ayudara, al menos a mi no me ayudara en nada aunque a veces si me dan ganas de hacerlo —se ajusta las gafas y yo abrazo una almohada.
—¿Por qué no se lo dices?
—¿Decirle qué?
—Que estas enamorada de él —eso es impensable para mi, se que joderia todo si se lo digo aunque es muy tonto si aun no se ha dado cuenta de mis sentimientos.
—Me daría una patada en el culo para mandarme directo a la mierda, no importa lo lindo que a veces se comporte conmigo, sé que es solo para que yo caiga redondita en su cama —tuerce la boca levemente pues sabe que tengo razón, es la cruel realidad que ambas afrontamos.
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Estrella oxidada.
FanfictionUn artista es una persona capaz de llenar tu vida de colores, es una figura prácticamente idolatrada que admiras como si en un pedestal de cristal reposara, una inspiración para tus días, un amor para tus fantasías. Pero no todo lo que brilla es oro...