Cap 19: Montaña rusa.

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(Angie)

Llega abril con una fuerte lluvia, al parecer nos quedaremos este sábado en casa, un poco de descanso no viene mal, he tenido una semana bastante agitada aunque claro que preferiría estar con Subaru ya que solo alcanzamos a vernos los fines de semana, lo cual no es suficiente para una chica enamorada porque seguro debe estar con otra o peor, con la Sachizorra, ya sé que no tengo moral para juzgarla, no, la verdad lo hago porque puedo y quiero es mi mente así que puedo ofender a quien yo quiera.

—Ha estado lloviendo mucho últimamente —la pequeña está sentada en el suelo pegada a la puerta de vidrio que da al balcón —¿Cuando dejara de llover?

—Ni creas que te daré permiso de fumar en la habitación, mejor busca algo que picar —hace un puchero pero termina yendo a la cocina, yo me acurruco más en la cama y vuelvo a centrarme en la película que están dando de la cual no entiendo una mierda porque es más aburrida que escuchar un partido de ajedrez por radio, al instante siento un bulto que se me viene encima —¡Marian! — me quejo ya que me ha lastimado un poco —¿No puedes estar tranquila?

—Me aburro —me abraza con fuerza y vuelvo a quejarme, a veces suele comportarse como una hermana molesta y justo lo hace cuando yo quiero estar tirada como una morsa.

—Ponte a estudiar o algo, que se yo, aprovecha de descansar —no tengo ni ánimos para forcejear con ella, solo me acurruco hasta volverme bolita en la cama —Quítate de encima que no me dejas ver la película.

— Esa película es mas ladilla que vecino aprendiendo a tocar trompeta —resoplo pero para mi suerte se quita de encima — ¿Y si salimos a caminar bajo la lluvia?

— Ni loca saldremos con esta tormenta ¿Quieres pescar un resfriado? Mira que abundan en estos días justo por personas imprudentes como tu — bufa y vuelve a tirarse sobre mi así que termino regañándola una vez más —¿Así jodes a Kuina también? Con razón te puso collar.

—¡¿Por que tienes que mencionarlo?! — se levanta y se pierde a la cocina, suspiro para nuevamente disfrutar de mi momento de flojera que dura demasiado poco porque al rato ya tengo encima a la morenita la cual empieza a sacudirme.

— ¡Te comportas como un perro! — esta vez me toca forcejear para quitármela de encima ya que me empieza a hacer cosquillas lo cual sabe que no me gusta, al contrario de tranquilizarla se pone aun más molesta ya que me golpea con la almohada — ¡No abra una pelea de almohadas! Déjame hibernar en sana paz.

—Que aburrida eres, apuesto a que si Subaru te llamara serias capaz de aguantar ¡Vientos despiadado, Infernales desiertos! ¡Escalarias hasta el último maldito cuarto de la maldita torre más alta! Solo para encontrarte al rubio tirándose a la vieja — pongo mala cara, no es necesaria tanta crueldad, me vuelvo a tumbar y me hago un ovillo bajo mi cobija —Oye, solo era una broma — la ignoro así que tira de mi manta para llamar mi atención —An, solo estaba jodiendo, no seas sensible ¡Estoy muy aburrida! ya sé que soy incapaz de estarme tranquila, soy una molestia.

— Bueno, ya que estas tan aburrida y arrepentida, hazme las uñas mientras yo sigo en estado de coma gracias a la crueldad de tus palabras — se que no lo ha dicho para lastimarme a veces solo dice las cosas por decirlas pero ya que esta como animal con sarna mejor le doy algo que hacer; al final se distrae arreglando y pintando mis uñas de manos y pies, mi celular suena indicando que tengo un mensaje en cuanto lo abro suelto el chillido ignorando que seguro mi compañera me ha mirado raro, es que mi rubio me ha enviando una linda foto de èl cubierto hasta la nariz con una cobija.

Subaru: Mirando una peli de terror en un día lluvioso, tengo un poco de miedo.

Angie: Pobrecito mi nene, me gustaría hacerte compañía pero está lloviendo demasiado.

Estrella oxidada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora