(Marian)
Perdida en la nebulosa de una galaxia distante, una con nombre y apellido que me causa una terrible migraña, el parloteo de los profesores empeora todo, por suerte mis deseos de ser invisible son escuchados, creo que hoy no me preguntan nada, me siento como un zombie pero en vez de que mi poco subconsciente me grite ¡Come cerebros! Lo único que dice es ¡Yuu esto, Yuu lo otro! Espero no toparme con algo que sirva para cercenarme la cabeza porque estoy a punto de meterme en una trituradora si continuo comportándome como una idiota; por cosas como estas es que intentaba no enamorarme, porque el amor te vuelve una estúpida descerebrada, ya que llevo muy adelantada mi tesis no tengo que quedarme con mi grupo de estudios así que tomo mi pesada mochila y me dirijo a visitar a una amiga con la que no hablo hace un tiempo, la menuda Kaoru quien está practicando como cada día después de clases , me quedo a ver el partido amistoso que resulta bastante breve aunque al final estoy tan distraída que no sé qué equipo ha ganado.
-Cuanto tiempo Marian ¿Quieres jugar un rato? -niego de inmediato.
-La verdad quiero preguntarte algo -le ofrezco un té que aún está fresco y sin hacerse de rogar se sienta junto a mí a disfrutar de su bebida que seguro le hacía bastante falta.
-Pregunta lo que quieras, después de todo somos amigas ¿no? -asiento, es gracioso el hecho de que formamos una amistad más rápido de lo que creí ya que los japoneses son muy exigente a la hora de tener algún amigo, se necesita de un largo proceso para llegar a ese punto.
-Si Tomoya tuviera un problema que lo pone de un humor insoportable e incluso se la tomara contigo ¿Qué harías? -suspira con pesadez.
-Primero, contaría las cosas como son -esta es más pesada que Angie así que me desparramo en las gradas a la espera del sermón porque soy un imán para estas cosas -Porque Tomoya y Kuina son muy diferentes.
-Ya lo sé, mejor vamos al grano que me estoy desesperando -da un largo sorbo a su bebida y termino impacientándome aún más.
-La verdad que no tengo idea que deberías hacer, él es demasiado complicado -resoplo con un caballo, esta conversación solo ha terminado causándome más frustraciones -Lo siento, pero no lo conozco tan bien como tú crees y lo menos que quiero es darte un mal consejo -su gesto es un sincero juzgando por su tierna expresión.
-Está bien, gracias por eso -sonrió para calmarla y eso la relaja, es una buena chica -¿No sabes lo que paso en el último concierto?
-No, se divulgo en ese foro del mal que soy la novia de Tomoya así que ya no puedo asistir a los eventos, es un poco peligroso para mí, es una lástima ya que me gusta mucho la banda -eso es horrible.
-No te deprimas igual lo tienes para ti sola y seguro que a los chicos no les molestara hacer un concierto privado para una buena fan como lo eres tu -mi comentario logra animarla, platicamos otro rato acerca de cómo le va con eso de casarse y de verdad no puedo comprender lo feliz que esta.
Son las 4 pm y ni idea de a donde debería ir, mi mochila pesa más que la culpa, encima se me ocurrió la fantástica idea de caminar en pleno centro donde el ruido no me deja pensar, por suerte luego de deambular un rato logro dar con una plazoleta, antes de sentarme compro un helado triple de chocolate con media fábrica de azúcar para aliviar las penas, porque es esto o irme a un bar, pero si hago lo segundo seguro que Yuu me corta en trocitos y me da de comer a la gata ¿Es que no hay un minuto del día en que no piense en ese tarado? Mi móvil suena y me vuelvo un gato envuelto en estambre de los nervios, en cuanto consigo el dichoso aparato noto que es Angie, le respondo de una vez.
-¿Qué pasa? -es mi saludo.
-Uy, parece que estas decepcionada de mi llamada ¿Y ese mal genio? Bueno, raro es cuando estas animada.
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Estrella oxidada.
FanfictionUn artista es una persona capaz de llenar tu vida de colores, es una figura prácticamente idolatrada que admiras como si en un pedestal de cristal reposara, una inspiración para tus días, un amor para tus fantasías. Pero no todo lo que brilla es oro...