Capitulo 39

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Solitario, era definitivamente la manera en la que podría definirse aquel barrio en la esquina sur de la ciudad y pese a ser solitario no era catalogado como uno de los barrios peligrosos que se podían encontrar en esa ciudad, su ambiente más bien podía ser confundido como el de un barrio tranquilo, donde no pasaba gran cosa y las familias de clase media buscaban establecer su hogar.

Un lugar perfecto para esconderse.

Un lugar que no levantaría sospechas.

Y claramente Lee lo sabía, lo sabía tan bien que fue justo un lugar como ese el que había elegido como madriguera para esconderse.

Podía ver los carros de la policía, uno a uno llegando en completo silencio, tomando su estratégica posición al rededor del edificio que había sido marcado por la omega como el lugar de residencia de Lee, por obvias razones los oficiales se encontraban disfrazados de civiles dándole el arma de la sorpresa a la policía.

El ambiente era tenso, parecía que en cualquier momento alguien podría tomar un cuchillo y cortar sin problemas el aire y sin embargo el alfa en el deportivo estaba completamente seguro de que muy cerca de ahí había cientos de personas descansando en estos momentos, completamente ajenos al crucial operativo que se desarrollaba en este lugar, incluso ignorantes de quien habría sido su vecino desde hacía ya varios meses.

Completamente desconocedores de que posiblemente tenían meses viviendo a lado de un asesino.

Tomaron sus armas y descendieron del vehículo, al fondo podía vislumbrarse la silueta del capitán Min, alistándose para el ataque y preparando los detalles finales.

- Cuando tú nos digas Kook.

La voz del capitán proveniente del auricular en su oreja fue suficiente para erizarle el pelo de la nuca, solo era cuestión de segundos, solo una palabra por parte de su menor y todo comenzaría.

El inicio del fin estaba cerca y podía sentirlo.

- El sitio a las calles aledañas está completo, tenemos agentes cerrando todos los puntos de fuga, no hay lugar por donde se pueda escapar. Puede comenzar.

Es en verdad increíble las reacciones que puede tener el cuerpo humano y NamJoon estaba consiente de ello. Por más increíble que esto pareciera, podía sentir la sangre concentrándose en sus tejidos, la adrenalina entrando a su sistema. Cada movimiento, cada paso, incluso cada respiración era acercarse a terminar con aquel hombre que estuvo a punto de dañar a su omega, de terminar con aquella pesadilla que le había llevado al mejor de sus sueños.

Uno, dos golpes del equipo a la gran puerta de madera y esta cedió abriéndose de par en par, un extraordinario vestíbulo con muebles de roble y abedul se mostró ante ellos, botellas de licor descansando sobre los muebles, pero ni una señal de vida en la casa, algo curioso teniendo en cuenta que aquel era el nido de una de las mayores organizaciones criminales de Corea del Sur. Las luces estaban encendidas y las ventanas cerradas sin dar alguna pista o indicio de fuga o reunión previa en ese lugar.

Raro, si, sin embargo esta seguía siendo una operación en cubierto y no podían arriesgarse a un error. Con una señal de manos, el capitán Min ordenó a los oficiales más cercanos terminar de revisar la planta baja mientras que él junto al par de alfas a su lado acompañados por otros cuantos oficiales se dirigieron al piso de arriba.

- Registren todas las habitaciones- Ordenó el capitán Min- No podemos dejar ir ninguna especie de evidencia, no podemos dejar ningún cabo suelto, todo lo que se encuentre en este lugar puede servir como prueba para el caso...

- ¿Caso de allanamiento de morada, capitán?

En el final del largo pasillo ubicado en la planta alta, una de las grandes puertas que lo llenaban se abrió de par en par, de ella emergió la alta figura de un hombre, pero no era cualquier hombre.

"Dreamy" || NamJin/Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora