Maratón 4/10
La chica estaba enojada, demasiado molesta y demasiado frustrada. No se detuvo ni un segundo más a esperar al taxi por el que aguardaba desde un inicio, no después de haber visto aquella escena. Tal y como pasaba en las películas, la omega comenzó a caminar directo hasta el viejo departamento que para su pesar, compartía con su hermano, un idiota que solo se encargaba de meterse en problemas y que no terminaba por correr solamente por que era puntual en el pago de la renta, sea como consiguiera el dinero para saldarla.
Abrió la puerta de manera brusca, importándole muy poco si ésta se estrellaba contra la pared al abrirse. Estaba empapada, pequeños riachuelos de agua escurrían desde sus ropas hasta el suelo, definitivamente no había sido ninguna buena idea caminar hasta ahí, sin embargo ya lo había hecho.
- ¡Ya llegué!
No esperó respuesta, no sabía si la habría pero tampoco se afligiría de no recibirla, nada podía afligirla en estos momentos. Perdió su empleo y al "amor de su vida", su mayor fuente de ingresos en solo un día.
Y todo por ese chiquillo imbecil.
Park JiMin, no sabía cuánto esperaba que el jefe Min se diera cuenta del verdadero imbecil al que había contratado.
Fue a su habitación, se detuvo solo unos minutos en el baño dándose una ducha de agua tibia para evitar enfermarse y después se puso su pijama, estaba completamente dispuesta a desvelarse toda la noche haciendo lo mismo que hacían las adolescentes estupidas cuando su novio las abandonaba. Una vez lista se dispuso a ir a la sala topándose con la sorpresa de que la televisión y el gran sillón frente a ella ya estaban ocupados.
- Quitate de ahí, Idiota.
- Uuuy.- El Alfa no hizo caso, nadie le daría órdenes y mucho menos lo levantaría de su sillón. - ¿No se le paró hoy al Jefe Min o por qué tenemos ese humorcito?
- ¡No menciones su nombre, estupido! - El hombre estalló a carcajadas, su hermana era tan temperamental que incluso resultaba chistoso. Le encantaba jugar con los extremos de sus emociones. - Me despidieron.
Bien, eso no le convenía. ¿Como se supone que conseguiría dinero si su única fuente de ingresos dependía de la larga lengua de su hermana? Eso no era algo que hubiera esperado, no cuando su hermana le abría las piernas al jefe de la oficina. Nunca creyó que la despedirían.
- ¿¡Que!? ¿Por? - Estaba atónito. - No fuiste lo suficientemente complaciente con Min o se cansó de ti.
La omega se enrojeció de furia ¿Coló se atrevía? Sin pensarlo estiró la mano hasta alcanzar lo más cercano que tenía; un florero regalo de una de sus insoportables tías, y como un reflejo automático lo arrojó hacia la cabeza de su hermano, fallando en su intento por agredirlo y causando que este se estrellara contra la pared tras ellos.
- ¡No fue mi culpa! Nada fue mi culpa... Todo es culpa de ese maldito chiquillo. - Solo pronunciar su nombre le causaba náusea. - Park JiMin, maldito omega de cuarta.
- Heeey.- Park JiMin, ese nombre le sonaba, y le sonaba muy bien. - ¿Park JiMin? ¿El mismo Omega que fue rescatado junto a sus amigos del burdel ese?
- Ese mismo. - La chica caminó hasta el sillón y se dejó caer a lado del hombre quien interesado por la información se hizo a un lado. - Maldito rubio mal teñido, se encargó de meterse por los ojos del jefe y entre sus pantalones también, ¡Ja! ¿Como no lo haría? Tantos años siendo una puta de cabaret seguramente le enseñó algo. Maldito chiquillo. YoonGi lo subió hoy a su coche ¡SU COCHE! A mi nunca me dejó subir...
¡Eso no le interesaba! ¿Por que su estupida hermana no había mencionado nunca ese nombre?
- Tsss... eso debió doler. - Con falsa preocupación, el alfa pasó su brazo sobre los hombros de su hermana, atrayéndola hacia él. - Ya, dime ¿Como conoció Min al omega? ¿Alguna noche de copas en el burdel?
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"Dreamy" || NamJin/Omegaverse
Fiksi Penggemar- Mgh~ ¡Basta! ¿Por qué el mundo era tan cruel?, nadie lo sabía y si lo hacía seguramente eran lo suficientemente egoístas para compartir la respuesta, o por lo menos eso era lo que pensaba SeokJin. La vida de un omega debería ser hermosa ¿No es ver...