Capitulo 25

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— Mi niña — dijo la máscara apenas la vió — siéntate por favor — hizó lo que le habían indicado y se situó junto a Karum, agradecía que la silla fuese acolchada — ahora mírame a  fijamente — los ojos de Tryona tenían el mismo color que los suyos pero eran más profundos, era fácil perderse allí, después de unos segundos la mujer apretó el puño y apartó la vista — tenías razón — pudo notar cómo Karum también se tensaba a su lado.

— N-no hay forma — era la primera vez que escuchaba tan nerviosa a su instructora — no es posible — estaba muy nerviosa y se levantó de la silla, todo lo que hacía era negar con la cabeza y moverse frenéticamente por la habitación, ella no sabía que pasaba.

— Mírame otra vez por favor — ella obedeció a su gobernante y cruzaron miradas otra vez — párate y levántate la camisa — le ordenó, pero eso le pareció extraño.

— ¿Es necesario?

— Tranquila, sólo necesito ver tu abdomen — eso le parecía aún más extraño pero igualmente lo hizo, se sacó el abrigo y se levantó un poco la camisa.

Tryona se levantó y dio vuelta al escritorio, la situación le parecía incomoda, la máscara mapeaba con la vista su abdomen como si buscara algo.

— Allí — dijo con un tono algo mas ¿emocionado? — en ése punto — señaló justo el punto donde la mujer misteriosa había clavado su uña hace unas noches.

— ¿Puedes hacerlo? — preguntó Karum desde la ventana.

— No veo que sea algo extraño, pero está claro que es obra de ella — había algo en todo esto que no lograba unir, un dato que aún se le escapaba — bueno, voy a necesitar que te recuestes, esto puede doler.

No era misterio que Derily nunca se enteraba muy bien de las cosas pero en ese momento estaba completamente desconcertada, no entendía absolutamente nada. Obedeció y se recostó en un sillón que había en la pared. Tryona se sacó su tapado negro largo quedando vestida igual que ella, con una camisa blanca y pantalón a juego con sus botas negras, se arremangó y empezó a frotar sus manos, pero se detuvo.

— Será mejor que la sostengas también — le dijo a Karum y eso ya la empezó a preocupar.

— ¿Esto es seguro? — le preguntó a la máscara mirándola a los ojos.

— Tranquila — repitió — soy la mejor en la magia de maldiciones — dió un aplauso y del golpe de sus palmas salieron luces lilas. No otra vez…

La señorita Monfequi estaba sosteniéndola y ella estaba recostada con su camisa a medio abrir. Tryona estaba haciendo movimientos extraños en el aire y murmurando cosas aún más raras. Sus dedos comenzaron a trazar líneas de luz en el aire sobre su abdomen y un dolor empezó a extenderse en todo su cuerpo, cada uno de sus músculos se tensó y Karum lo notó.

— ¡Está funcionando! — dijo esperanzada la instructora.

La máscara termino de trazar la líneas y estas formaron un círculo con runas que no concia en su interior, acto seguido estiró la mano hacía su abdomen y en el aire empezó a sujetar algo invisible y a tirar de él, ella comenzó a gritar, el dolor era desgarrador y su mente se estaba nublando. No supo cuánto duro ese estado, pero al igual que había aparecido de golpe se desvaneció y su vista se aclaró, enfocó bien y pudo ver a Tryona luchando por sostener una especie de serpiente roja, ¿eso había salido de su interior?

Con un movimiento hábil la mujer desenfundó su hoja de luna con una mano y clavó la punta en el animal, este se retorció y de disolvió en luz roja.

— ¡¿Qué demonios fue eso?! — estaba estupefacta y se levantó de golpe.

— Una serpiente — suspiro Tryona — si necesitabas una confirmación, la puso ahí para que la encontráramos…

— Yo la… la vimos morir… — Karum estaba incrédula y ambas la estaban omitiendo.

— ¡Alguien puede hacerme el favor de decirme que está pasando aquí! — había llegado a su límite.

— Siéntate por favor — la máscara siempre con su tono calmado, pero era lo que necesitaba, todos se sentaron otra vez — estabas maldita y eso que viste era una maldición de sangre — estaba claro que no había entendido ni una sola palabra, lo único que había podido captar era que ya no estaba maldita — es magia antigua y… maligna — cambió totalmente su cara — voy a necesitar que me cuentes absolutamente todo de lo que pasó los últimos días.

Abrió la boca y todo lo que había ocurrido simplemente fluyó desde su interior.

— ¡Demonios! — Karum golpeó la mesa cuando les termino de contar todo, incluido su encuentro con la mujer misteriosa — ¡ella estaba muerta! – estaba sacada de sus casillas — ¡la vimos morir!

Ella se sentía incómoda para ese instante, las cosas estaban muy intensas y sentía que no tenía nada que ver con todo lo que estaba pasando.

— Tranquila Monfequi — ordenó la máscara — no es momento de perder la compostura — la instructora farfulló algo y se sentó otra vez.

— Me podrían explicar la historia — preguntó cuando se calmaron — me estoy perdiendo mucho, creó que debo saber quién me maldijo.

— No creo que sea buena idea — dijo Tryona negando.

— Yo creo que si — lá contradijo la instructora — después de todo trató y tratará de matarla — la máscara las miró fijamente durante unos segundos, que parecieron horas, y suspiró.

— Quiero que entiendas una cosa — cruzó las manos sobre el escritorio — la guerra no fue un buen momento, para nadie, hicimos cosas malas que no tienen fundamento ahora mismo — ella supo en ese momento que la historia sería difícil y Tryona se acarició el puente de la nariz — esto paso hace catorce años, sobre el final de la guerra, en ese momento aún era un augurio y después de tanto tiempo había escasez de soldados — se echó hacia atrás en su asiento — llevábamos algunos años aprendiendo esgrima en la torre y la máscara en ese tiempo, mi predecesor — explicó — Tarfan Rotca, tenía la idea de que los nigromantes deberíamos servir como soldados, así que armó unidades de asalto — Derily notó que le costaba mantener el tono de voz — no quiero sonar engreída, pero era una de las mejores augurios de ese momento y se asignaron diez apariciones a mi mando, incluyendo a Karum — la señaló con la mano, de ahí se conocen, pensó — y a su hermana mayor Vanira.

- Éramos niñas todavía – murmuro Karum.

— Es cierto — acompañó Tryona — yo tenía veintitrés y Karum tenía dieciocho.

— Mi hermana tenía veinte — agregó la instructora y la máscara asintió.

— Habíamos cumplido ya algunas misiones, evitando ataques antes de que se hicieran, hasta que siguiendo un mal rumor acabamos en una torre…

— Como en la que estuvimos hace unas semanas — le explicó la señorita Monfequi a Derily y ella asintió.

— Estábamos sobre la montaña, no había un punto más alto allí, ni lo hay en todo Blackcrown — Tryona se estremeció al recordar — estuvimos rodeados durante tres semanas, con recursos limitados.

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora