Capitulo 9

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Los soldados de Blackcrown vestían enteramente de negro, tenían un sombrero con una pequeña visera, una especie de protector en el pecho hecho de metal gris donde estaba grabado su escuadrón y estaban armados con una pequeña espada y un rifle de repetición de seis balas. Siempre había querido usar uno pero las armas no reaccionan bien a la magia que recorre sus cuerpos, solo los Kalegtris sin magia podían usar armas de pólvora, para un nigromante o elemental supondría casi una sentencia de muerte, en general los polvos explosivos y la magia no debían juntarse.

La capitana Bancer se diferenciaba solo por llevar una hombrera a juego con el protector del pecho y en la que tenía grabado su rango. El mayor, Marcorius Torpsa, era el que más destacaba, llevando las mismas protecciones que los capitanes pero en negro brillante, portando una espada larga de dos manos y por lo que llego a ver una pequeña pistola en la pierna derecha, además de una capa negra.

Habían traído solo una tropa pequeña regida por una capitana novata, romper el sitio iba a ser diferente, o eso decían algunos soldados que iban junto al mayor, según supo eran una especie de fuerza especial y notó que eran los que movían los carros que iban al fondo de la formación.

- Nos refugiaremos en una de las torres abandonadas a unos kilómetros montaña adentro hacia el norte - se había desorientado un poco durante las vueltas pero pensándolo un poco el camino se desvió al este hace unos días y supuso que en línea recta hacia el este estaba El Barranco. Les explicó un poco el plan su cuidadora.

- ¿Usted vendrá con nosotros? - preguntó Danira en un tono que no reconocía.

- Yo soy la encargada de que ustedes vuelvan sanos y salvos cuando termine el invierno, no puedo encomendarle su cuidado a otras personas - era un tono serio que no conocía de Karum - vamos a vivir, pero recuerden lo que les enseñe durante este tiempo - hizo una pausa como si pensara en algo - Droperk, Derily será mejor que se escondan detrás de alguno de nosotros en caso de emergencia - su rostro cambió a una sonrisa - ahora vengan - los abrazó a todos - no ocurrirá nada.

Llego el momento de separarse una hora más tarde, su grupo de redujo a ellos, Tiri y dos ignus mas, además de los creadores que eran diez y ahora todos juntos estaban subiendo por un camino empinado, tanto que tuvieron que bajar de los carros, solo pudieron llevarlos a la rastra. Los ignus con sus invocaciones hacían lo mejor pero teniendo a Tirfon y a dos aves no muy grandes el ascenso se volvía algo dificultoso.

Pasaron solo quince minutos cuando comenzaron a escuchar los primeros disparos, al principio eran esporádicos, pero después de unos minutos se intensificaron mucho, no estaban tan cerca de la ciudad pero el silencio y el eco hacia que se escucharan, los ánimos estaban muy tensos.

En veinte minutos más llegaron a su destino, era una torre vertical que a estas alturas estaba cubierta por la nieve.

- Quietos - la señorita Monfequi que iba a la cabeza se detuvo - aquí hay algo extraño.

Tenía razón, no había tanta nieve como debería y observándolo mejor había cosas fuera de lugar, algunas marcas en la nieve, pero después de un vistazo no había nadie en la torre o sus alrededores, pero estaba claro que personas habitaban ese lugar, había restos de hogueras apagadas además de algunos estantes con telas y cuencos.

- Creadores ustedes sitúense en la parte alta de la torre, tienen binoculares, revisen la zona - Karum estaba en un estado que ella no conocía, mandaba casi naturalmente - ignus despejen la nieve lo más que puedan, pero no se alejen mucho - se volteó hasta su grupo - Sansoro sácalas del carro - el muchacho asintió - vamos, vamos.

Los creadores subieron a la torre cargando sus pesadas cajas, todas se parecían a la que Kimeria llevaba el día que fueron a su torre, es mas hoy llevaba esa misma caja, Derily no hablo con ella, estaba muy tensa, Tiri y los otros dos ignus estaban derritiendo nieve con sus invocaciones, no sabía cuánto más podrían mantenerlas en este plano, era complicado para cualquier invocador hacerlo durante mucho tiempo, requería mucha energía.

Ella y Makiara siguieron a Sansoro al carro y los demás se adentraron en la torre con la señorita Monfequi.

Sansoro se subió al carro, levantó los asientos como había hecho todas las noches anteriores para sacar la tienda, solo que sacó otras cosas, estaban envueltas en tela y eran al menos unas diez, una destacaba por tener una envoltura al menos treinta centímetros más larga. Derily no miró que eran pero sus dos acompañantes parecían estar seguros, así que no hizo preguntas y las llevaron dentro de la torre.

Tiri y los otros dos ignus tardaron un poco más en volver, se veían cansados y sus invocaciones no estaban por ningún lado. La elemental se acercó a Derily, se sentó junto a ella en el banco y apoyo la cabeza en su hombro.

- ¿Estás bien? - le preguntó a Tiri mientras le ordenaba el pelo.

- No lo sé - contestó y hasta ahí llego la conversación.

Algunos creadores bajaron de la cima, no todos porque debían quedarse vigilando. Estaban reunidos en el piso de abajo, era una habitación de piedra con un hogar en el medio y ya estaba encendido, cosa que agradecía mucho.

- Bien - empezó a hablar Karum - no voy a mentirles, todos escuchan los disparos aun, estamos en zona de guerra y hay que ser cuidadosos, además esto forma parte del territorio de las tribus así que estamos invadiendo - tiró su cabello hacia atrás con la mano y titubeó un poco - podríamos llegar a una situación en la que tengamos que luchar - un murmullo se levantó en el ambiente - sé que no todos podemos hacerlo, así que les diré lo que haremos.

Les dio instrucciones a todo el mundo, los creadores estarían arriba en la torre vigilando con Droperk y una niña ignus que tenía su misma edad, no los iba a hacer pelear, les dio tres de las envolturas a ese grupo, cosas que resultaron ser espadas cortas, parecidas a las que usaban los soldados.

- No sabemos usarlas - habló uno de los muchachos creadores.

- Lo sé - la señorita Monfequi habló con su tono de voz dulce tratando de tranquilizar el ambiente lo más posible - es por eso que se quedaran allí arriba pase lo que pase y sólo lucharan como último recurso.

Karum se colocó su espada a la cintura, era las más larga de todas y también algo más fina, y les dio instrucciones al resto cuando el primer grupo subió. Los hermanos y ella harían de primera línea en la base de la torre, Derily junto con Makiara, Tiri y el otro ignus estarían en el primer piso por si alguien lograba pasar la planta baja. Todos tenían sus espadas, ella sintió el peso de la suya, pesaba más que su hoja de luna y era mucho más grande, media como sesenta centímetros. Makiara le explico cómo blandirlas, fue una explicación rápida, pero le aseguró, de una manera que le pareció rara, que ella los iba a proteger en cualquier caso, luego lo pensó y cayó en cuenta de que no era la primera vez que estaba en un viaje de castigo.

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora