Capitulo 16

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Cuando Derily recuperó la conciencia le dolía todo, su ojo derecho estaba totalmente cerrado y latía del dolor, trato de moverse, sintió una gran molestia en la zona baja de la espalda y las náuseas la invadieron, giró en la cama y escupió sobre el suelo, no salió nada.

Se sentó y vió a su alrededor, ella no reconocía el lugar, claramente no estaba en la arena, vió a Tiri en otra cama y se levantó con mucha dificultad, caminó apoyándose contra la pared y se desplomó en el suelo al lado de su amiga, estaba dormida aún y sólo llevaba su camisa, estaba vendada en su brazo derecho y también tenía una venda en la cabeza, le tomó la mano y Tiri se revolvió en la cama.

— No, no, no señorita — entró una mujer por la puerta vestida con un batón celeste — ¿porque está fuera de su cama? — la levantó del suelo y la llevó al catre de madera de nuevo, tenía una fuerza impresionante — tiene que hacer reposo — su tono se volvió más dulce.

— ¿Cómo esta ella? — preguntó, su voz casi no salía, a Derily en ese momento solo le importaba su amiga.

— Tranquila — la ayudó a recostarse — la señorita Sancers está bien, el sanador solo le dio un calmante y se durmió — la ayudó a meterse en la cama — tú también deberías dormir un poco, al dejar de producir adrenalina debes haberte sentido algo mareada ¿no? — ella asintió, suponía que eso era lo que le había pasado, aunque no entendía a que se refería realmente.

— ¿Cuánto he dormido? — estaba totalmente desfasada en el tiempo.

— Solo una noche — anotó algo en un cuaderno — no deberían tener problema para que las den de alta esta tarde —cerró el cuaderno y la miró — ahora mírame fijamente — la señora tenía unos ojos negros profundos, pero ella no sabía que buscaba, le tocó la frente – tus sentidos parecen estar funcionando bien, la hinchazón del ojo tardara algunos días en bajar pero fuera de eso no tienes nada físicamente — hizó un garabato más en el cuaderno que llevaba consigo y lo cerró — intenta dormir, el momento ya paso.

Es fácil decirlo, pensó. Se recostó otra vez y se tapó con la manta, cerró el único ojo que podía abrir y trató de seguir el consejo de la mujer, pero revivía una y otra vez el momento, sentía una y otra vez las patadas, gritaba cada vez que veía a Tiri tirada en el suelo pero nadie la escuchaba y se despertó en un grito, se refregó a cara y miró la habitación, ya no había nadie allí y su ropa estaba limpia al lado de la cama, no sabía quien la había cambiado pero llevaba una especie de pijama, se sacó la ropa con mucha dificultad, le dolía un poco el cuerpo todavía, las marcas negras eran muy contrastantes con su piel gris claro. Su ropa estaba limpia, no había notado lo sucio que estaba su abrigo hasta ese momento, arregló un poco su pelo y se puso el pequeño pasador de metal, lo había comprado porque era la cabeza de un oso y se parecía al anillo, si es cierto que apenas sostenía su corto pelo, pero le quedaba bien.

Salió de la pequeña casa de madera y miró a su alrededor, siendo sincera no sabía dónde estaba, pero podía ver lejos a su derecha la enorme construcción que era la arena, el sol ya estaba en sus últimos momentos de luz. Miró hacia todos lados, con un solo ojo era más difícil, y sentada en una silla, durmiendo, estaba la señorita Monfequi, tenía cara de preocupación así que trató de despertarla suavemente.

— ¿Derily? — preguntó parpadeando rápido para acostumbrarse a la luz — ¡Derily! — gritó y abrió los ojos como platos — le dió un abrazo, ella se quedó tiesa ante el fuerte apretón e hizo un gesto de dolor — lo siento — la soltó rápido pero se le llenaron los ojos de lágrimas — lo siento tanto — esta vez la abrazó con más cuidado — sé que les di el día libre y les dije que recorrieran la ciudad pero nunca pensé que pasaría eso — sonaba realmente afligida — ¿puedes andar?

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora