Capitulo 19

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Se despertó desorientada y no conseguía recordar en dónde estaba, se sentó con una facilidad que le extrañó, ya no le dolía tanto el cuerpo, ojeó toda la habitación en busca de alguna señal de vida pero no había nadie allí, ni siquiera sabía qué hora era, vió sobre la mesa de noche y allí había otra vez un plato con pan y queso, además de una taza con un líquido violeta de la que salía vapor. Junto a ella una nota, tomó la hoja de papel, repitiendo la rutina de la mañana anterior y la leyó mientras comía.

Buenos días bella durmiente.
Ayer parecías estar durmiendo bien y no te despertamos para la cena…”

Entonces ya era de mañana, había dormido más de doce horas, sí que era un sedante fuerte el que le había dado el sanador, siguió leyendo.

“…Le di dulces a una de las señoras de la cocina y me dio dos clases de queso
Y un té algo extraño, no puedo garantizar que vivas después de tomar eso, pero me prometió que era consumible.
Recupérate pronto, quiero mostrarte lo que he aprendido en los entrenamientos
No me sentiría bien pegándole a una persona convaleciente.
Atte. El pulpo.”

Estas notas las guardaría como recuerdo para la posteridad, era gracioso como se comportaba su amiga, pero le parecía lindo que se preocupara por ella y que haya vuelto a ser la que era antes de que ocurriera lo de la torre. Sin hacer mucho caso a lo que le había dicho el sanador, decidió por su cuenta que ya estaba mejor y se vistió, para ir a devolver el plato y la taza al comedor de la arena, caminaba con algo de dificultad pero ya ni cerca del dolor que sentía antes.

Caminando rápido pasó por fuera de la puerta que daba al círculo central de la arena y pudo ver como todos estaban entrenando, con un poco de esfuerzo encontró a Tiri y vió que estaba luchando de nuevo con Sansoro, pero esta vez algo menos violenta y más técnica, en pocos días había mejorado bastante, considerando que ella realmente no sabía pelear ni siquiera lo había intentado una sola vez en toda su vida. Siguió con mucho cuidado tratando de que la señorita Monfequi, el señor Giot y Sajta no la notaran cuándo pasó detrás de ellos, si bien había una pared entre ella y el grupo también había un vidrio así que hizo su mejor esfuerzo. Pasado el peligro volvió a andar con soltura hacia la cocina, no era tan difícil sinceramente ya que en la arena solo existía un pasillo ovalado que rodeaba el área de lucha y de él salían todas las habitaciones, no había como perderse, al menos en la planta baja, el estadio tenía dos pisos más.

Cuándo llegó a la cocina estaba agitada, pero nada que no pudiera soportar, caminó a través del comedor y entró al área donde estaban los hornos, inmediatamente la golpeó un aroma delicioso a carne y verduras cocinándose. No sabía muy bien donde dejar las cosas pero no hizo falta ni siquiera que hablara porque una de las señoras que cocinaba se acercó a ella.

— Oh, pero miren quien está aquí — dijo con una voz dulce pero con un tono bromista — ¿te sientes mejor mi niña?

— Si — respondió ella — por suerte, vine a devolver esto — levantó las manos sosteniendo el plato y la taza de madera con ambos.

— Eres un amor — la señora se acercó un poco más y le susurró — ¿te gusto el queso? — así que ella era a la que había sobornado Tiri.

— Sí, estaba muy rico, gracias por él — era muy gracioso, queso a cambio de caramelos — y el té también lo estaba — la señora volvió a sonreír.

— Una cosecha especial — se enorgulleció de ella misma — está hecho de una flor que crece en estas montañas.

— Bueno saberlo — Derily no sabía que decir — bueno – juntó las manos _ me marcho ya, si me encuentran aquí me van a matar.

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora