Capitulo 30

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Después de ese… extraño momento con el hermano de Makiara regresó a dónde estaban Kimon y la otra muchacha, en ese momento, viéndolos juntos, eran parecidos. Tryona estaba allí, aun portando su máscara pero ya no su corona, a lo mejor para estar más cómoda.

—No siento flujo en su cuerpo — escuchó que decía la mujer enmascarada — no hay magia.

—¿Cómo es posible? — le preguntó Karum que estaba en un banco a su costado, ambas dejaron de hablar cuando llego Derily y Tryona se sacó la máscara para mirarla.

—¿Cómo se te ocurre hacer eso? — la regañó sosteniéndola por los hombros — podrías haber muerto — podría haberlo hecho tranquilamente, Derily no tenía demasiada experiencia luchando.

—Escuchen sé que fue temerario — trató de explicar — pero eso no es lo que importa, además no hay tiempo para eso — enserio creía que lo que había pensado podía servir de algo — alguna conoce una especie de lenguaje que es como las runas pero quizás más viejo.

—¿Talarami? — dijo realmente sorprendida la máscara — algo sé, pero a que viene.

Les explicó un poco cual era el plan, recordó que leyendo el libro negro había visto una ilustración de una criatura parecida al gato con las colas de escorpión, quizás algo de información podrían sacar de allí.

—Pero yo no puedo leerlo — concluyó.

—Después vamos a tener una charla de porqué aún tienes ese libro — dijo Tryona con un tono severo — vamos — Karum hizo un amague de levantarse pero la máscara no se lo permitió — tu quédate, no tienes fuerza — la señorita Monfequi no discutió ante esa actitud y ambas partieron hacia el edificio.

Las dos recorrieron las escaleras desde el quinto piso del estadio, que era donde estaba la enfermería, hasta la avenida principal y el panorama en la ciudad no era lindo, desde la entrada podía ver como los cadáveres trataban de subir las grandes escaleras que llevaban a la casa de gobierno, pero la infantería pesada Bragter empujaba la horda y estos caían, pero sin magia no había nada que pudieran hacer, creyó ver algunas aves volando y reduciendo a polvo a algunos pero no estaba segura.

—Aún hay nigromantes allí… — afirmó Tryona con tono algo melancólico, pero a ella se le ocurrió una idea.

—¿Puedes enviar un cuervo hasta allí? — preguntó y la mujer la miró como si fuese obvio.

Le explicó cómo, infundiendo las armas con energía, habían podido cortar a la criatura gigante y disolver en polvo a los cadáveres, también le dijo que podía ser cualquier clase de energía ya que Tiri también había podido. Haciendo caso a su nuevo descubrimiento Tryona envió un ave de energía con el mensaje hasta lo alto de la escarpada colina, cuando Derily le preguntó por qué un cuervo de energía y no uno físico le respondió que para conservar fuerzas.

—¿Cómo descubriste eso? — le preguntó la máscara mientras corrían hasta el edificio.

—Fue una casualidad — reconoció — no me hubiese dado cuenta si Tiri no hubiese llegado — le contó exactamente como sucedió y cada vez que lo decía para ella tenía más sentido — entonces eso, mi hoja tiene flujo de energía permanente.

—Por eso no pude cortar ninguno — algo había entendido — apurémonos.

—Oye — hablo unos metros antes de llegar al edificio — ¿puedo preguntarte algo? — a Derily en serio le inquietaba eso y la mujer a su lado asintió — ¿Por qué no te moviste durante el discurso de Vanira? — Tryona se detuvo y también lo hizo ella, ambas quedaron mirándose y la mujer frente a ella se acercó tanto que podía sentir su respiración en la oreja.

—La energía que emanaba el otro encapuchado… — susurró a su oído — era la más fuerte que sentí en mucho tiempo — se alejó otra vez — no hubiese podido hacer nada — se notaba por su tono de voz que eso realmente la molestaba, pero la explicación la dejo tranquila — no... Podía moverme — agregó.

Habían tardado diez minutos en llegar al edificio desde la arena y esperaba que lo hubiesen hecho lo suficientemente rápido, porqué cada segundo era valioso y así como corrieron a través de la avenida empedrada corrieron escaleras arriba hasta el cuarto que Derily compartía con su amiga. Pero cuando entraron se llevaron una sorpresa.

—Piensas bien niña — Vanira estaba sentada en la cama de Tiri con el libro en la mano — hola jefa — eso ultimo lo pronunció con un tono que ella no reconoció y mirando fijamente a los ojos a Tryona.

—Con que de verdad sobreviviste — podía notar como la mujer a su lado estaba tratando de mantener la compostura.

—Con una buena cicatriz en el pecho pero si — Vanira se movió a una velocidad sobrenatural y estampó a Tryona contra la pared mientras la sostenía con su mano suspendida en el aire, ella estaba paralizada pero inconscientemente envió energía a la roca y su hoja apareció en su mano — tu quieta ahí, si quisiera matarlas ya lo habría hecho — movió la cabeza mientras miraba como un depredador a su presa — hm, no eres tan fuerte como pensaba — la soltó y Tryona cayó al suelo tosiendo — tu deducción fue buena niña — su hoja desapareció de su mano — veamos si puedes llevarla a cabo — con ese último desafío desapareció otra vez y Derily corrió a ayudar a la mujer en el suelo.

—Me paralizo — balbuceó mientras tosía — no podía moverme — sus capacidades realmente daban miedo — ve por el libro — tosió otra vez y ella corrió a buscarlo a la cama.

Después revolver como loca en un tomo que tenía más de mil páginas al fin la encontró y si eran parecidas, un gato negro gigante con dos colas de escorpión, cruzo otra vez el cuarto en dirección a Tryona que ya estaba sentada bien y podía respirar normalmente.

—Aquí esta — dijo pasándole el libro y la mujer le dio un repaso rápido.

—Sin duda el talarami y es viejo — lo leyó más a fondo — se llaman… Morfags y su mayor debilidad es… el fuego — hizo un sonido de enojo — no tenemos demasiados ignus, pero quizás sumados a nosotros podríamos limpiar la ciudad — se levantó del suelo con mucho esfuerzo y se tocó el cuello.

—Bien, ¿qué hacemos? — preguntó convencida Derily.

—Tu no, tú te quedas aquí — sin tener tiempo para que reaccionara Tryona puso dos dedos en su frente y su mundo se desvaneció.

— Qué egoísta ¿no? — la despertó una voz pero no podía moverse — ¿quién diría que haría eso? — reconocía la voz, era Vanira — si lo piensas esta situación ya la vivimos ¿no? — dijo y ella recordó su primer encuentro cuando ella estaba paralizada en una habitación de la torre — que sepas que a fin de cuentas si lograron hacer algo, pero yo quería ver que hacías tú — se sentía frustrada, no se podía mover, no podía hacer nada otra vez.

—Ya es hora de irnos — volvió a hablar el hombre de la vez anterior y con la misma frase.

—Bueno niña — Derily sintió como recorrían su cara con el frio acero del recazo de un cuchillo — estaremos en contacto — escuchó como los pasos avanzaban un poco y luego dejaban de sonar.

Después de unos minutos empezó a escuchar golpes en la puerta, pero eran algo más fuertes que alguien tocando, eran más como patadas, después de un retumbos más la puerta se abrió y escucho muchos pasos, alguien se acercó a ella y Derily sentía miedo, su respiración estaba acelerada y no podía abrir los ojos, no sabía que estaba ocurriendo. Volvió a sentir dos dedos en su frente, recuperó la movilidad y se levantó de golpe.

Tryona y el mayor Torpsa estaban allí frente a ella, Derily la miraba a ella con ojos llorosos y la mujer la abrazó pidiendo perdón.

—Vanira estuvo aquí — le dijo ella primero.

—Le prometí a tus padres que te protegería, pero no dejas de estar en peligro — le murmuró — lo siento — ella le iba a decir algunas cosas pero el mayor la interrumpió.

—Están subiendo ya.

— Cierto — la máscara recuperó su compostura y se levantó de la cama — partimos ya en dirección a Blackcrown — y dándole esa noticia salió seguida por el mayor, sin darle tiempo siquiera para desahogarse.

Se quedó alli, sentada. La resaca después de la parálisis era horrible. La parálisis en si era horrible. No podía procesarlo aún.

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora