Se curaron un poco las heridas en los minutos siguientes, la enfermería improvisada estaba a rebosar de nuevos heridos, la mayoría con rozaduras o balazos.
Todos estaban ayudando como podían, nadie tenía demasiados conocimientos de medicina pero hacían lo posible para aligerar la carga del único sanador que había sobrevivido al ataque, ayudaban colocando vendas y poniendo ungüentos. Por otro lado los que más fuerza tenían estaban apilando los cadáveres para después darles una correcta ceremonia funeraria.
Colocando venda se acercó a su cuarta frazada y había alguien conocido, Kimeria estaba tendida sobre el suelo, con toda la camisa y el pantalón llenos de sangre.
-Oye - la sacudió - ¿qué ha ocurrido? - la creadora abrió los ojos lentamente y la miró.
- Un par de disparos me alcanzaron - explicó a media voz - uno en el hombro y otro en la pierna, otro me rozó el costado del abdomen - casi sonrió - cuando la situación se calmó no me podía mover.
Le puso las vendas y ayudó a que se recostara otra vez. Cayó dormida enseguida, Derily le había dado su tónico a Tiri para que les diera unas gotas a todo el mundo para que pudieran pasar mejor su condición. Además ella ya no lo necesitaba más y trataba de ayudar en lo que más podía.
Karum, la madre de Makiara y Kimon habían desaparecido de su vista hacía bastante tiempo ya, y no se les veía contentos.
Había pasado ya cerca de una hora cuando terminaron de atender a todos los heridos y ella se alejó del lugar. Estaba cansada, su mandíbula dolía, también la pierna, fue a sentarse a la zona de las fraguas, allí hacia un poco más de calor y eso le sentaba bien, tenía frio y no se sentía bien. El silencio le había dado tiempo para pensar y eso le había hecho peor, había matado a dos personas, en defensa propia, pero no se sentía bien, además eran soldados de Blackcrown, eran sus compatriotas.
- No te sientas mal Derily - Kimon apareció de la nada, seguía siendo molesto que leyera pensamientos - viste los bichos esos - se sentó a su lado - estos hombres y mujeres ya no estaban vivos, eran muertos andantes solamente.
- Eso no hace que me sienta mejor - renegó ella - quería ayudar a curarlos no esto - no sabía qué hacer ni que pensar.
- Escucha - cruzó las manos - las situaciones a veces no son lo que queremos ¿sí? - su rostro se ensombreció - hace cuatro meses estaba en una misión con mi hermana.
- Vantara - asintió ella.
- La misma - se acomodó su pelo - estábamos en los reinos del sur siguiéndole la pista a un extraño culto que se propaga por el continente - eso era un dato extra para saber - pasamos por las aldeas humanas, viendo mujeres, niños y ancianos, todo el mundo siendo quemado por ser considerados herejes.
- ¿A dónde quieres llegar? - ya la estaba impacientando.
- A que nunca dejes de pensar en ayudar - eso la dejo un poco sorprendida, no era exactamente lo que ella creía acerca de ese sermón - cuándo ves tanta muerte e injusticia en algún momento dejas de sentir, pero si pierdes esa parte de ti ya nada importa - estiró la mano hacia la pila de cuerpos - puede que eso no sea la última vez que pase, pero no dejes que te detenga un solo momento malo, porqué te puedo asegurar que no será el único - le tocó con el dedo la frente - esa cosa de allí se insensibiliza rápido ante la muerte, pero ese - le señaló el corazón - debe ser tu guía, puede que de mil personas logres salvar a una, pero no dejes que eso te detenga de hacer lo mejor por esa única vida - dejándola confundida Kimon se desvaneció.
- Fue un buen discurso - dijo alguien desde atrás - algo sentimentalista, pero es bueno saber que hay sombras así - el hermano de Makiara se sentó a su lado, donde había estado Kimon.
- ¿Qué quieres? - preguntó no de la mejor manera, pero no tenía ánimos de hablar.
-Gracias por hablar con mi hermana y ayudarla - casi murmuró mientras comía unas nueces o algo así - nunca ha sido demasiado... amigable.
- ¿A qué viene eso? - Dranel le dedicó la misma mirada que Makiara tenía siempre.
-Solo quería agradecerte, aunque está herida... - comió otra nuez - no lo sé, ella está contenta - se levantó - gracias por eso, nunca había logrado hacerla sonreír - dijo y se fue, y no, con esa actitud..., pensó.
Necesitaba aire fresco para pensar, el ambiente allí dentro estaba abombado. Caminó por el suelo de piedra esquivando un pequeño fluente de agua y se dirigió al túnel para salir. Después de un minuto estaba subiendo por la rudimentaria escalera de madera hasta el exterior. Fuera se había desatado una tormenta, había truenos, el agua caía a cantaros y el cielo estaba negro. El panorama cuando salió no era mejor que el de abajo, había cuerpos por todos lados y algunas personas habían subido para acomodarlos.
- Son los soldados que vigilaban la superficie - habló alguien a su derecha y ella miró, era la madre de Makiara, estaba sentada bajo un toldo fumando - vinieron desde el pueblo minero, según me dijo un soldado moribundo - le dió una calada a su cigarrillo - es casi como si nos hubiesen estado esperando - la miró con esa mirada fría que tenía su familia - tu eres la mascota de Tryona ¿no? - eso la chocó un poco, nunca la habían rebajado tanto.
- No sé a qué te refieres - dijo tratando de obviar la denigrante pregunta que le había hecho aquella mujer.
- Sabes exactamente que es lo que estoy diciendo - tiró el cigarrillo y caminó hacia ella - solo no olvides tu lugar - la tomó del hombro con fuerza - la torre no es lugar para personas débiles - le susurró y desapareció otra vez en el hoyo del suelo.
Derily caminó bajo los toldos de los carros para mojarse lo menos posible, ya no se oían disparos en el puente, pero era muy probable que la lluvia y los truenos lo tapasen. Si el día no había sido ya lo suficientemente malo lo que había dicho aquella señora era inquietante y molesta, ¿enserio pensaba así? ¿Ella formaba parte del consejo de la máscara enserio?, la dudas revoloteaban por su cabeza, era demasiado diferente a Tryona.
- Esa mujer no me cae bien - habló Karum de la nada y ella se asustó un poco - no sé porque Tryona la mantiene cerca.
-¿Qué tanto escuchaste? - Derily enserio quería que alguien más hubiese escuchado eso para confirmar que no era algo de su imaginación.
- Todo - Karum se sentó a su lado - tranquila, eres mejor que muchos que dicen tener un linaje excelente - la instructora pasó su brazo por encima de sus hombros a modo de abrazo - en mi experiencia el nombre, los legados, la posición social, nada de eso importa en el momento en que te apuntan con un arma o están a punto de cocinarte viva - eso la sorprendió y miró a la mujer en busca de respuestas - sí, me paso, fue hace algunos años - contó - y justamente me acompañaba un chico que decía ser de los mejores nigromantes que habían pisado el mundo, y que venía de una de las mejores familias de Blackcrown - soltó una risita pero no continuo.
- ¿Y qué pasó luego?
- No pudo invocar nada en el momento más tenso y se desmayó, no volvió a hacer una misión de campo nunca - explicó - ahora creó que se dedica a archivar cosas o algo así.
-Que feo - no se le ocurría nada peor que un trabajo de escritorio.
- El punto aquí es que solo tu habilidad y tu valor importan cuando estas al borde de morir - la liberó de su abrazo - no te tomes a pecho lo que una mujer sin habilidad dice - eso sonó con cierto rencor - ahora vamos dentro, la lluvia está empeorando.
Iba a entrar pero algo llamó su atención, Kimon estaba parado casi al comienzo del empedrado del puente con algo en la mano, bajo la lluvia, se lo veía inquieto. Así que se acercó a él.
-¿Qué ocurre? - le preguntó cuándo estuvo a su lado.
- Estoy esperando - contestó con un tono de voz tranquilo que no reflejaba lo mismo que su cuerpo - solo hace falta que... - cerró el catalejo con fuerza y salió corriendo en dirección a la entrada de la cueva.
Ella trató de mirar a lo lejos pero entre la lluvia y la distancia no logro ver nada, así que lo más rápido que pudo siguió al joven hasta la cueva.
- ¿Qué fue lo que paso? - lo alcanzó justo cuando estaba empezando a bajar.
- La bandera esta izada - explicó ansioso - ¡lo lograron! - una chispa de esperanza empezó a circular por todo su cuerpo.
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Blackcrown - Sangre y Sombras
FantasySu curiosidad la ha llevado al limite, ahora debe partir hacia su castigo, se enfrentara a desafíos que pondrían de rodillas a cualquiera y terminara destapando algo peor de lo que se podría imaginar. ¿tienes la fuerza para conocerla? ¿tendrá ella l...