Capitulo 31

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Hacía ya un par de horas que los habían metido dentro de un carro tirado por caballos, su humos no había mejorado pero al menos habían podido dormir todo a la vez.

Karum les resaltó algo obvió, que debían ir lo más rápido posible a la ciudad. Por eso iban con caballo supuso.

Cuándo llegaron a buscarla moviéndose de carro en carro fue algo bastante extraño, tenía bastante curiosidad, debía ser algo bastante importante, realmente esperaba que fuera para decirle algo acerca de porqué le había hecho eso.

La parte difícil fue cuándo tuvo que pasar ella también saltando, casi se cae al menos tres veces. Cuando llegó al carro dudó si entrar pero la escalera sobre la que estaba parada no era más que un pequeño palo y no le tenía mucha confianza.

— Viniste — habló Tryona cuándo ella cerró la puerta.

— No es como si hubiese tenido opción, tu guardia es bastante persuasiva — Derily se sentó en un sillón junto a una ventana.

— Escucha, yo... — la mujer estaba algo nerviosa — no estoy orgullosa de lo que hice anoche — no era la única que no lo estaba — cuándo Vanira te dijo que eras mi único apego no mentía — eso la sorprendió un poco — hay una parte de mi historia que nunca te conté, que nunca le conté a nadie, pero es importante que la conozcas para que puedas entenderlo mejor — hizo una pausa excesiva y Derily ya empezaba a impacientarse — yo tuve una hermana — eso era nuevo — murió en la guerra, al igual que mis padres.

— ¿Cómo ocurrió? — preguntó ella.

— Eso ya no importa — se replegó en su silla, el vaivén del carro era casi tranquilizador — ella era ayudante en la biblioteca de la torre, nunca se le dió bien luchar — Tryona suspiró — cuándo nos enlistaron le dije que no lo hiciera, que no era necesario — se notaba que aún le afectaba su tono se empezaba a volver más duro — que conmigo bastaba para cumplir con el alistamiento familiar pero ella quiso defender nuestra vida y las de las personas — un lagrima rodó por su mejilla — cuándo desperté en la ciudad la guerra ya había terminado y sólo pude ver su tumba — las lágrimas caían a mayor caudal y Derily se acercó a consolarla.

— Está bien, está bien — ella le acarició la cabeza.

— Cuando te vi allí, después de que Vanira desapareció yo... — ya estaba recuperando un poco el tono — entré en pánico, no podía arriesgarte — Tryona la miró con sus ojos blancos.

— No era tu decisión — Derily se volvió a alejar.

— Lo sé — admitió — por eso lo siento. Después me contaste que cuándo te dejé ella apareció y... me arrepiento de lo que hice.

Ella le dijo muchas cosas más, no quería hacerla sentir culpable pero necesitaba hacerlo, le había quitado la posibilidad de ayudar, lo peor es que si alguien hubiese muerto no se lo podría perdonar y Tryona desde que la llevo a la ciudad había sido como una hermana mayor para Derily, entonces tenía la confianza y el cariño para decirles las cosas.

— Taria — dijo la máscara después de un silencio excesivamente grande.

— ¿Qué? — no había oído bien.

— Taria — repitió — mi hermana se llamaba Taria — la mujer sonrió con tristeza — Taria Varpas — eso fue algo confuso para ella.

— ¿Pero tu apellido no es Cormorc? — preguntó.

—Lo es, soy hija del segundo matrimonio de mi padre — explicó — y como él no venía de una familia importante, por eso siempre adoptamos el apellido de nuestras madres — eso tenía sentido, al igual que ella tenía el apellido de su madre, Madaro — tanto mi hermana cómo yo.

— Puedo preguntar si sabés algo de la ciudad — comentó ella después de un tiempo más y se revolvió en su silla, no era para nada cómoda.

— Han llegado algunos cuervos — Tryona suspiró — no te voy a mentir, la situación no es buena.

Le contó que al principio los propios guardias de la ciudad no sabían que pasaba, sus compañeros volvieron antes de lo que esperaban pero estaban raros, sin previo aviso comenzaron a atacarlos, actualmente la zona media y zona baja estaban casi perdidas al igual que la zona alta y el peaje del puente, aun había gente resistiendo en la zona de las torres pero la situación no estaba bien.

— Acércate — le dijo cuándo terminó de contarle, pero ella dudó un poco.

— ¿Para qué? — preguntó.

— Tú ven — le ordenó — y muéstrame tu brazo — Derily obedeció y se empezó a levantar la manga derecha, seguro que quería inspeccionar la piedra en su muñeca por alguna razón — ese no, el otro — rió un poco, Tryona tenía una linda risa.

Ella hizó caso y se levantó la manga izquierda, dejando a la vista la marca luminiscente, su marca de castigo, la misma que la máscara le había dejado hace ya casi un mes. Tryona pasó su mano por ella mientras murmuraba algo que ella no comprendía y después de unos segundos la marca desapareció.

— ¿Por qué? — preguntó porqué no entendía ese pequeño gesto.

— No creo que todavía haga falta un castigo — Derily se volvió a sentar — cuando paremos los absolveré a los demás — eso la ponía algo contenta.

La mujer se levantó y medio tambaleando por el bamboleo del carro fue hasta una estantería y sacó algo de un compartimento, ella no veía el que. Se dió vuelta y tenía su libro en la mano, por eso no lo había encontrado, se lo dió y volvió a sentarse.

— Intenté quemarlo — admitió Tryona — pero no lo logré.

— Yo pensé muchas veces hacerlo — dijo mientras acariciaba el tomo con los dedos — ¿puedes enseñarme a leerlo? — no se le había ocurrido antes pero recordó que la máscara había podido leerlo.

— Sabía que me dirías eso — reconoció la mujer frente a ella mientras se acomodaba su pelo rubio — pero debo pedirte algo antes de acceder — ella estaba contenta de que aceptara.

— Cualquier cosa.

— No sigas el camino que marca eso — le advirtió — las cosas que hay en él son perturbadoras, no son buenas y si descubres la manera destrúyelo.

Blackcrown - Sangre y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora